Quedan horas para el show de Radiohead en Chile y nos hacemos una pregunta estúpida, tonta, sin sentido pero que igual nos gusta hacernos. ¿Mejor disco de Radiohead? Le preguntamos a gente bacán del mundo y a nuestro staff.
In Rainbows
Me gusta el sonido que tiene ese disco. Por supuesto las canciones que traen son tremendas, ese concepto más orgánico que habían perdido con sus discos anteriores le dan un aire quizás más maduro y emotivo, sin perder en ningún momento esa búsqueda y experimentación que a esas alturas, le caían como anillo al dedo. En definitiva es un disco perfecto.
Camila Santana, amiga de Expectador
Es mi favorito de Radiohead. Sencillamente lo es, porque es un viaje sonoro sin fin, y ojo que no hablo en términos temporales, sino que hay tanto que descubrir, tanto que observar; tuvo mi curiosidad desde el principio y hasta el día de hoy siento que aún no lo “escucho” en su totalidad. Si algo me encanta de este álbum es la producción, y si bien Thom Yorke y compañía son unos malditos perfeccionistas –in a good way–, este disco se pasó de pulcro con el sonido. Claro, también mi canción favorita de los cabeza de radio se encuentra aquí “Weird Fishes/Arpeggi”, un tema sumamente extraño, cautivante y etéreo, pues las sensaciones sólo fluyen y ese ya clásico ritmo de batería ejecutado por Phil se queda para no soltarte nunca. La palabra “preciso” nunca fue tan cierta.
La intimidad que se genera es algo intrigante, pues es como abrir un pasadizo al lado de tus recuerdos más personales e íntimos, pero este no tiene fin, sólo ser. También encuentro que es el álbum más versátil, si hasta se puede bailar con “15 Step”, a pesar de lo ridículamente difícil que es de tocar. Honestamente, aún no me explico como pudieron hacerlo. Por otro lado si quieres algo de distorsión, tienes “Bodysnatchers”. No sé, simplemente este álbum te deja “Nude” y no tienes nada que hacer para contrarrestarlo más que seguirlo hasta “Videotape”.
Jota Ossandón, escritor de Expectador.
Hail to the Thief
En medio de todo el universo que componen los tantos buenos discos de Radiohead, existe un equilibrio que define de manera perfecta todo lo que significa Radiohead como banda y acto. Una mezcolanza perfecta de todo los inventos electrónicos y experimentales de Kid A y Amnesiac, condensados de buena manera con la intensa búsqueda de sonidos de Ok Computer, manteniendo ese toque independiente de sus primeros dos trabajos, y sirviendo como antesala del maravilloso y más reposado In Rainbows. Hail To The Thief es el sonido,la esencia y el impacto de una obra que trasciende generaciones y que siempre sirve como catalizador y cable a tierra, para que el grupo no pierda el rumbo de mala manera. El último lo encuentro un digno sucesor en ideas y temáticas, un collage de los mejores elementos de Radiohead.
Felipe León, escritor de Expectador.
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Nocheósfera, dúo musical Chileno.
Kid A
«Es difícil escoger un disco favorito dentro de una larga lista de álbumes que me ha acompañado desde hace un buen tiempo. Sin embargo, hay uno al cual le tengo gran cariño y además me ha servido como referente al momento de hacer música.
«Kid A» me atrapó por completo la primera vez que lo escuché. La mezcla de varias influencias musicales, su inclinación a la electrónica y esa actitud de no caer en la fórmula fácil de repetir lo hecho anteriormente en «Ok Computer» son motivos por los cuales considero que es la mejor evidencia de que siempre es bueno salir de la zona de confort, llevando las capacidades propias un poco más allá y sólo para suplir el hambre de hacer música, en vez de complacer las necesidades de un estilo o de un grupo de personas en particular.
Sin ese disco, dudo que la banda hubiera podido desenvolverse de la forma en que lo hizo en sus trabajos posteriores.»
Javier Bravo, miembro de la banda un día y creador de Samsara Records.
The Bends
No soy un experto del tema, claramente, y si bien The Bends no es el álbum más innovador de Radiohead, es a mi gusto el más completo. Con solo doce canciones está repleto de hits; algunos más «rockeros» como The Bends y otros mucho más instrospectivos como Street Spirit (Fade Out) e incluso puntos medios como My Iron Lung o el inmortal Just. Incluso después de 7 discos, The Bends sigue siendo un must para los que recién conocen esta banda eternamente cambiante y para los más antiguos nostálgicos de ese sonido más fuerte con el que los conocimos.
Luis Alfredo Aparicio, amigo del blog.
Pablo Honey
Pablo Honey, no es uno de sus mejores álbumes de Radiohead, pero es hijo absoluto de aquella época. Puede que la sencillez y humildad se alejen bastante de las pretensiones de sus últimos discos, pero aún así este debut debería ser considerado como algo más que el disco que contiene a Creep, debe ser un buen álbum de rock alternativo o especie de brit pop de la época.
En esos años, Radiohead fue presentado por la prensa y la discográfica Parlophone como una respuesta inglesa hacia Nirvana. Es indudable que “Creep” se convirtió en un himno generacional de la primera mitad de los noventa luego de “Smells Like Teen Spirit”. Eso realizó una fuerte apuesta que hasta hoy en día sigue pegando como un tema clave.
Este álbum hay que saber escucharlo y analizarlo, porque dentro de este hay sorpresas.
Fernanda Schell, escritora de Expectador.
OK COMPUTER
El salto definitivo a la trascendencia. Su genialidad radica en hacer convivir, en un disco de rock, elementos clásicos y electrónicos para la composición de un paisaje apocalíptico que apela a un sentimiento de carácter universal: el desarraigo vital del hombre del nuevo siglo, abrumado por el capitalismo tecnológico. Una obra conceptual y musicalmente densa que alcanza plena identificación en base a sus 12 himnos que azotan la existencia. Pocas (poquísimas) veces en la vida se originan obras tan conscientes de su tiempo, apareciendo en el momento y lugar exactos para volverse urgentes, tanto que sigue sonando vigente, plenamente vigente.
AMNESIAC
Nacido en las mismas sesiones de grabación de Kid A, “como gemelos separados al nacer” según describe la banda, Amnesiac tiene vida propia e independiente pese a compartir la misma raíz electrónica-IDM-jazzera que su hermano, es decir, no es una segunda parte, ni una mera extensión. Claro está, no alcanza los niveles de importancia de su hermano, dado que no posee una unidad conceptual entre canciones tan marcada que lo dote de un cuerpo único, grande y trascendente. Pero justamente en la falta de rigidez temática radica su ventaja: Las canciones se convierten en un ejercicio de libertad creativa que otorga grandes temazos parte ya del repertorio inolvidable de la banda (Pyramid song, You And Whose Army?, I Might Be Wrong, Knives Out y Dollars and Cents). La mayor participación de la guitarra y el piano hacen de la obra a momentos más terrenal y accesible que su compañero pero en definitiva Radiohead sigue dando cuotas de creatividad, belleza y vanguardia.
KING OF LIMBS
En el 2011, los ingleses vuelven con una nueva aventura discográfica después de 4 años. Con apenas 8 canciones en 37 minutos (el registro más corto de la banda) ya en su forma da la idea de gusto a poco, y en su contenido: también. Las primeras 4 canciones se basan en secuencias de raíz electrónica, como de afrobeat pero sin la emoción ritual de éste, que nunca terminan de explotar (solo destaca la riqueza instrumental y melódica de “Little by little”), no se aprecia banda, parece todo muy basado en las aventuras solistas de Thom Yorke. Recién en la segunda parte ya podemos entregarnos a disfrutar de la obra: “Lotus Flower” temazo indiscutido, rico, elegante, hermosamente cantado. “Codex” y “Give up the ghost” aportan la ternura y “Separator” de sutil melodía y atractiva base rítmica, cierran el trabajo que, dado los extravíos del primer tiempo, deja con ganas de un par de canciones más. La idea se entiende, pero creo que queda mejor ejecutada en el disco de Atoms for Peace (Yorke + Godrich + Flea de los Red Hot) dos años más tarde. Para concluir, fieles a la experimentación riesgosa, nunca podemos predecir los caminos de los amigos cabeza de radio.
A MOON SHAPED POOL
Si después del disco anterior existían dudas respecto a la vigencia creativa de los ingleses, A Moon Shaped Pool es un viento de melancolía que se lleva cualquier suposición al respecto. Paisajes sonoros hermosamente diseñados y elevados a la majestuosidad gracias al trabajo de Jonny Greenwood con la London Contemporary Orchestra. Cada elemento se encuentra perfectamente ubicado en un patio otoñal donde la voz de Thom se mece como una hoja a punto de quebrarse. Para lograr toda esta coherencia musical usando descartes de discos pasados se necesita oficio, y un verdadero amor por lo que se hace.
Ernesto Caquisani, escritor de Expectador.