Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Francisco Aguilar/Spider
Formidable noche la que se desarrolló el 19 de febrero en la Sala Metrónomo, velada que contaría con dos gigantes del death metal técnico: Cryptopsy y Atheist. Cada una influyente desde los vestigios del underground, perfilándose como nombres de culto a estas alturas, los cuales llenaron el recinto capitalino con una masa de metalheads que bien sabían que se trataba de una jornada única.
Para empezar, los nacionales Overtoun se hicieron cargo del acto de apertura de la mano de un thrash metal urgente y de altas cualidades técnicas que, aún ante la ya acostumbrada timidez del chileno ante los teloneros, fueron capaces de generar respuestas eufóricas con canciones como «Pitch-Black». Además, no sería la última vez que veríamos sobre el escenario al vocalista Yoav Ruiz, ya que también es el bajista de Atheist –los siguientes en salir–.
Estaba la sensación patente de que Atheist podía solo con la jornada, considerando que el recinto ya estaba del todo lleno y el público, a su vez, respondió de forma cálida. Entre moshpits armados al centro de la pista, y amigos compartiendo y coreando los imposibles riffs de la banda, esa era la postal. Una entrañable que nutría cada canción desplegada de los clásicos discos ‘Unquestionable Presence’, ‘Piece of Time’ y ‘Elements’.
Así, Kelly Shaefer y los suyos dejaron caer bombazos tras bombazos, manifestando constantemente su agradecimiento de poder estar en Chile y aseverando que es uno de los mejores lugares en el mundo para el metal. Vaya que se notó, con los moshpits levantados en temas como «Mother Man», «Your Life’s Retribution» o «Room With a View» –tocada por primera vez en el tour latinoamericano–. Con eso, «Piece of Time» le dio el sello final a un set estruendoso.
Ya siendo el turno de Cryptopsy, usando la pantalla esta vez, y con una presencia absolutamente imponente en el escenario, la Sala Metrónomo poco y nada tenía que hacer ante el pasar inminente de sus canciones pesadísimas como complejas, las cuales provocan todo tipo de respuestas en sus seguidores. Uno que nunca dejó de moverse, por cierto.
Centrado principalmente en el seminal ‘None So Vile’ y el reciente ‘As Gomorrah Burns’, Cryptopsy brindó una lección contundente de cómo conjugar en partes iguales la visceralidad y el tecnicismo, dejando entrever verdaderos destellos de energía en temazos como «Slit Your Guts», «Benedictine Convulsions» o la inmortal «Phobophile».
La duración del show no pasó una hora, pero la intensidad equivalía a horas y horas de trabajo cardiovascular al parecer.
