Escrito por Rocío Villalón
Fotos por Isidora Blanco
El 10 de septiembre en Club Chocolate el blues se apoderó del escenario junto a Kingfish, quien debutaba en Chile, y su público, el guitarrista dejó varias bocas abiertas después de cada interpretación que realizó. Después de todo, Christone Ingram ha sabido cómo manejar el blues clásico con el contemporáneo, respetando sus raíces pero innovando junto a técnicas y momentos en los que se notaba un toque de rock and roll y soul.
Su guitarra sobresalía por sí sola, el verlo tocar, era ver a una estrella fugaz. Pero, también hay que mencionar su capacidad vocal y esa voz tan acertada que se conecta con su música. Era notable la emocionalidad que transmitía su blues, era una noche que abarcaba esos sentimientos profundos como lo son: dolor, pérdida y nostalgia.
A las 20:30 horas, Seba Arriagada se subió al escenario con una propuesta que seguía las línea del blues, pero que también convive al mismo tiempo con el rock and roll. Su guitarra roja y los cálidos platillos resonaban de una manera despampanante, mientras el lugar se llenaba cada vez más. Cantó “De Verdad”, una de sus composiciones la cual mostraba todo su misterio en el aire, vocalizó con el público y presentó a toda su banda antes de retirarse.
Se podría decir que para dedicarse al blues son necesarias dos cosas: en primer lugar la destreza y por otro lado, la capacidad de que la emocionalidad se transmita al arte, Kingfish tiene ambas. Bien lo sabía su fanaticada, la cual se encargó de hacer un categórico Sold Out del Club Chocolate. Nadie quería perderse este auspicioso debut.
Desde el primer momento de su show (a las 21:40 horas), Christone encendió a cada uno de los presentes esa noche, era irreal. Algunas de las elegidas para abrir este bello show fueron: “Midnight Heart”, “Fresh Out” y “Another Life Goes By”.
Era una conexión pura que se extendió en todo el concierto, fue un circuito que solo pudo tener final en la última nota de la última canción. “Not Gonna Lie”, “Mississippi Night” y “Hard Times” sobresalieron alcanzando el peak de la noche.
Sin embargo, también hubo momentos para el recuerdo en ese concierto, el primero fue cuando Kingfish se bajó del escenario para recorrer todo Club Chocolate sin dejar de tocar en ningún instante, cada vez que se acercaba la gente gritaba alocadamente.
Por otro lado, Sebastián Arriagada tuvo la oportunidad de tocar junto a Kingfish al escenario y a su guitarra. Qué buena noche para el blues.
Finalizando, un cover en teclado de “Eleanor Rigby” captó toda la atención del mundo, para después “Long Distance Woman”. La presentación estuvo llena de vulnerabilidad, en la cual fluir y sentir era lo primordial, Kingfish tocó a cada uno de los asistentes ese día y los encantó con su blues incomparable.
Revisa la galería completa de Kingfish en Chile a continuación:
