Kikuo en Chile
Live Review

Kikuo en Chile: La demencia de los colores

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por María José Muñoz

Dentro del abanico de shows que ofrece el segundo semestre del presente año, el debut del productor japonés Kikuo en Chile resaltaba con un brillo propio y único. Su propio legado ha sido construido de una forma poco convencional, que desafía el canon de la música tanto en casa como por estos lados, y que, de alguna forma, su influencia ha echado profunda raíz en los paradigmas más excéntricos de la electrónica.

Y es que lo sucedido en la noche de ayer en el Teatro Teletón quedará grabadísimo en la memoria de sus asistentes. No por nada su espectáculo se tuvo que trasladar desde Blondie Club hasta un recinto de más del doble de capacidad como lo es el teatro mencionado. Asimismo, sus propias andanzas con el Vocaloid se perciben con profundidad dentro de la cultura popular juvenil, al hacer uso de la voz de Hatsune Miku.

De ahí que la audiencia que repleto el Teatro Teletón fuese en su mayoría adolescente e –incluso– infantil, motivo por el que un show como el de este sujeto resulta tan particular. Después de todo, al iniciar con canciones como «Reincarnation ascensation» y «ごめんね ごめんね» algo quedó claro; el velo colorido que cubre su música por doquier esconde una demencia hambrienta e hiperkinética. Era común ver a padres y madres poniéndose expresiones incrédulas ante lo que sucedía en el escenario.

¡Pero esto era un festival único en su clase! Las explosiones de humo, los sigilosos lásers, o el mar colorido de lightsticks ondeados inagotablemente por el público tenían totalmente a todo el mundo atónito. El DJ Set del nipón recorría toda la paleta de colores y subgéneros habidos y por haber en su obra, en la que expresiones frenéticas de la electrónica como el wonky, el glitch pop e insidiosas muestras de dubstep dejaban entrever sus habilidades en las perillas, sacando aplausos que se escuchaban incluso con lo ensordecedor del concierto.

Como si se tratase de un festín a la carta, y con un Kikuo se mostraba constante y sostenidamente agradecido expresándose con varios «¡gracias!» en español, llegaron todo tipo de éxitos como «Pokkan color» y «Love me, Love me, Love me», desatando una euforia primal en la audiencia que se rehusaba a empalidecer ante los altos decibeles de los speakers, gritando cada verso y melodía desde lo más profundo de sus pulmones. Un entusiasmo contagioso y electrizante de una audiencia bastante joven.

El apartado visual siempre colorido, fluorescente y cambiante mantenía la atención de forma magnética, como un sueño febril que desafía el raciocinio y que era la compañía ideal de canciones como «Dance of corpse» y «Kimi wa dekinai ko». Era el acompañamiento ideal para lo exuberante de su propuesta, y es que la gran cantidad de estímulos sonoros y visuales si bien eran desafiantes, es sensato decir que no había otra forma de experimentar lo obrado por Kikuo. Así debe ser. Así de demente y colorido.

Ya en el cierre sin encore del show, el productor dejó caer inmediatamente » 僕をそんな目で見ないで» y «And Then Became The Moon», y, con ello, una explosión de colores con globos gigantes y chicos por montones, confetti, ráfagas de humo, y la celebrada salida de Hoshi-kun, dejando el concierto en un clímax tal que difícilmente olvidaremos la marca que dejó el debut del japonés en nuestro país.


Revisa la galería de fotos completa de Kikuo en Chile a continuación:

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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