Escrito por Rocío Villalón
Fotos por Benjamín Neira
El regreso de Interpol en Chile fue extraordinario, con un impresionante dramatismo en el escenario que dejó una huella imborrable. El 31 de mayo, el público salió en éxtasis después de una presentación histórica que celebró los inicios de su carrera. Camino al Teatro Caupolicán, por la calle San Diego, se podía sentir y se podía ver, hoy Santiago tenía una cita con Interpol –y la segunda fecha en nuestro país– y nadie podía perdérsela.
Justamente, a las 20:00 horas, la cantante Chini.png abrió el show de una manera vibrante y cálida, llamando la atención de todos aquellos que esperaban por la banda neoyorquina. Sacando varios aplausos con canciones como “Plan C”, “Laurel” y “Cinta Blanca” recalcó que la elección del opening act fue exacta.
Turn On the Bright Lights: El comienzo de Interpol en Chile
Una hora después, finalmente, lo que todos estaban esperando, Interpol se reencontraba con su público, era hora del show. El humo corría por el escenario, mientras tres sombras se asomaban desde la oscuridad, esas siluetas eran inconfundibles, Interpol había llegado.
Paul Banks, Sam Fogarino y Daniel Kessler abrieron su show con “Specialist”, a diferencia de su show en Viña del Mar, la primera mitad del show fue testigo del comienzo de todo, ‘Turn On the Bright Lights’.
Y si hablamos de su álbum debut, no podemos dejar pasar la oportunidad de hablar de “Obstacle 1”, en los primeros acordes se podía sentir el descontrol que se avecinaba. Gritos, saltos y aplausos; la canción fue disfrutada al máximo por todos los presentes y fue increíble ver a todo el mundo saltando al ritmo de Interpol.
Durante “NYC”, el teatro se vio iluminado por flashes relucientes, el escenario estaba teñido por una luz azul y la bola disco se apoderaba de todo el lugar, era ver un cielo estrellado. La banda supo muy bien cómo utilizar las luces a su favor, después de todo, ‘Turn On the Bright Lights’ es mucho más que el nombre de un álbum, es una experiencia de vida. Canciones como “Roland”, “Leif Erikson” y “PDA” fueron explosión de emoción y se podía ver en cómo cancha se movía sin cesar hacia adelante y atrás, era magnífico.
Antics
El segundo acto, Antics, fue inaugurado con “Next Exit”, con melancolía en la punta de la lengua, fue una ironía contradictoria, porque estaba muy lejos de terminar, esto recién estaba empezando.
La canción predecesora fue “Evil”, en ningún momento la gente dejó de saltar, fue increíble, todo el mundo era uno, Interpol corría por sus venas. Por su parte, “Narc” iluminó a todo el Caupolicán y “Take You on a Cruise” comenzó con un suspenso en el aire que se vería interrumpido por un coro lleno de potencia, con luces que parecían ser una lluvia.
Minutos después, “Slow Hands” se apoderaba de todos, el público estaba bajo un hechizo. Por otro lado, “Not even jail” fue un descanso después de la marejada que dejó slow hands, sin embargo, de todas formas la gente la disfruto cada minuto. Las últimas notas fueron gloriosas, luces azules aparecieron detrás del guitarrista haciendo que solo se viera el y que su sombra se extendiera a lo largo de todo el recinto.
En el inter tanto, Paul Banks expresó su gusto por volver a Chile y el buen recibimiento que ha tenido, no dejó pasar el momento para desearle feliz cumpleaños a un miembro de su equipo. El cantante hablaba en español, con un sorprendente acento mexicano, invocaba los gritos del público.
Las últimas canciones de Antics fueron “Public Pervert”, “C’mere”, “Length of Love” y “A Time to Be So Small” himnos que dejaron en claro que después de 20 años siguen más vivos que nunca.
Así como comenzó un fenómeno que revolucionó al rock en el 2002, también terminaba de la misma forma, con la canción “Untitled”, es curioso que el comienzo pueda ser el mismo final de algo que sería un momento imborrable en las mentes de todos los fanáticos.
Con Paul Banks en el suelo al final de la última canción, el dramatismo en escena fue puro, agregado a que las luces del concierto fueron en todo momento luces traseras que dejaban en vista las siluetas de los músicos. Solo ellos podían haberlo hecho así y por supuesto que lo hicieron, así como entraron, volvieron a las sombras.
Con una grandeza inigualable, el concierto fue como estar presente en un videoclip de Interpol, todo tenía la esencia de ellos. La noche fue testigo de una presentación increíble, fue todo un honor escuchar dos de los álbumes más icónicos de la trayectoria de Interpol, álbumes que hicieron historia en su momento y que esa noche lo hicieron nuevamente en el Teatro Caupolicán.
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