Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Alejandra Besoain
Este retorno de Rhapsody Of Fire a tocar en Chile venía con un sabor especial, ya que, como bien sabrán los fans de la banda, este nombre –y alineación– se formó tras la separación de la formación clásica de los italianos –con Luca Turilli y Fabio Lione tomando otros proyectos, entre ellos la recordara gira de Rhapsody Reunion–. Pero había alguien quien no pisaba nuestro país hace 12 años, y ese era ni más ni menos que Alex Staropoli, tecladista de la agrupación y miembro esencial de Rhapsody, o como se les llaman hace ya un tiempo, Rhapsody of Fire.
En ese sentido, este retorno puso la pregunta a prueba. ¿Esta nueva formación es digna? Muchos siguen llorando la separación de Turilli y Lione de la banda. No obstante, la respuesta que los ahora liderados por el vocalista italiano Giacomo Voli sería de lo más contundente. Además, tampoco es que Staropoli sea el único miembro clásico, pues también está el consagrado guitarrista Roberto De Micheli, quien formó parte de la agrupación incluso antes de que se llamaran Rhapsody; sí, hablamos de que estuvo cuando se llamaban Thundercross. Las expectativas eran altas, de una u otra forma, así que lo sucedido la noche del 10 de mayo en Club Blondie le dio una respuesta final.
Blodden Wedd abrió la jornada
Los encargados de encender los fuegos iniciales fue la agrupación nacional Blodden Wedd, quienes tienen una vasta trayectoria en el metal chileno como figuras del power metal, y que se hizo notar en su show el día de ayer en Blondie. En palabras de su vocalista, este momento implicaba una instancia especial en tanto ellos también fueron el acto de apertura en el debut de Rhapsody en Chile, por lo que el sentido de comunidad que evocaron canciones como «Power Metal Pride», «Lone Runner» o «Through the Heaven’s Eyes» era de lo más palpable. Sobre todo por las aptitudes de frontman de Dan Elbelman.
Una nueva saga comienza
Desde el enigmático comienzo con «The Dark Secret» envolviendo a una repleta Blondie, las ansias de los cientos de fanáticos se notaban intactas, como si el ayer fuese otro capítulo más en este gran –y complejo– libre compuesto por la historia de los italianos. Su inevitable culminación en «Unholy Warcry» estalló en voces comprometidas con corear cada arreglo de Starapoli y cada verso interpretado espectacularmente por Giacomo, mostrando la excelente salud en el que se encuentra la agrupación en esta era.
Pero algo quedó en evidencia de inmediato. Rhapsody of Fire, así como se presentan el día de hoy, no les pesa para nada la nostalgia. Por supuesto que veríamos todas las eras, tal y como quedó claro con «The March of the Swordmaster» que hizo saltar y cantar al unísono a cada asistente, pero fueron las canciones de esta nueva encarnación de la banda las que hicieron que el concierto fuera realmente redondo. ¿Por qué digo eso? Porque el público cantó, saltó, y mosheó cada una de esas piezas como «I’ll Be Your Hero», «Chains of Destiny» o «A New Saga Begins» como si se tratasen de clásicos. Ni hablar del sonido, totalmente muscular sacando provecho de cada elemento del show.
Es importante recalcar ello, pues la maestría que mostraban todos los integrantes en sus roles era inspiradora. Giacomo dominando al público a su antojo e interactuando en diversas ocasiones directamente pidiendo otro término chileno para «muchas gracias», entregando diversas humoradas, o bien, De Micheli paseándose por las seis cuerdas con un oficio tal que quedó claro que estábamos ante un miembro importante en la historia de los italianos. Es cosa de ver el caos que llegó en «Rain of Fury», uno de los hits modernos de la agrupación.
El espíritu permanece intacto
Ahora, Rhapsody tiene un impacto particular en el power metal, siendo la única banda –probablemente con este nivel de relevancia y trascendencia– que haya traído el toque sinfónico ante las escuelas alemanas y finlandesas del subgénero. Por eso, no deja de conmover como sus catálogo más antiguo sigue llamando y congregando a cada voz presente, tal y como –con tributo a Christopher Lee incluido– sucedió en «The Magic of the Wizard’s Dream», instancia acompañada por un ambiente estrellado por las luces digitales de los dispositivos móviles del público.
Aparte, ¿a quién no se le erizarían los pelos en «Dawn of Victory»? Un himno atemporal, capaz de levantar cualquier alma alicaída para cantar desaforadamente el «Gloria Perpetua», mientras unos tantos saltan en las ventiscas de riffs del clásico track. Demás está decir, que, aún con el respeto que merecen los miembros clásicos de la banda, la gente no extrañó ni mostró señales de nostalgia ante ellos. Esta nueva formación se defendía por sí sola, totalmente. El legado de los italianos está más que a salvo, sino que se sigue construyendo.
Despedida a lo grande
En fin, el final fue de fábula. Cualquiera se conmocionaría con esa tripleta que fue «Wisdom of the Kings», «Land of Immortals» y «Emerald Sword», en el que el sentido de comunidad que gira alrededor de la historia de Rhapsody of Fire, su vínculo con Chile, y también la relación de nuestro país con el power metal –una muy, muy fiel–, terminaron con una postal encantadora para recordar por siempre.
Sí, y es que después de 12 años, el reencuentro con Staropoli y los suyos no flaqueó, sino que encendió con mayor vigor las esperanzas de un porvenir duradero. Un legado inmortal de una historia legendaria que se sigue escribiendo.
Setlist de Rhapsody of Fire en Chile:
- The Dark Secret
- Unholy Warcry
- I’ll Be Your Hero
- Chains of Destiny
- The March of the Swordmaster
- The Legend Goes On
- March Against the Tyrant
- A New Saga Begins
- Challenge the Wind
- Rain of Fury
- The Magic of the Wizard’s Dream
- Dawn of Victory
- Reign of Terror
- Wisdom of the Kings
- Land of Immortals
- Emerald Sword
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