Royal Blood en Chile: Derrumbando el palacio

Escrito por Tomás Pérez
Fotos por Juan Manuel Hernandez

Una dosis de euforia directa a la vena fue la presentación de Royal Blood en Chile –con el Teatro Caupolicán como sede–, con un acotado pero preciso show, la banda se dió el tiempo de recorrer sus más grandes éxitos, con el debido espacio para presentar parte del material que los trae por esta parte del mundo, el tour homónimo a su último álbum, «Back To The Water Below «.

Euforia, sudor y locura

La espera incesante fue apaciguada en el momento en que las luces se apagaron, un caluroso Teatro Caupolicán albergaba un repleto sector de cancha y plateas, en donde la ansiedad por ver al dúo británico se condensaba en aplausos y voces al unísono, un clásico “oooooh oooh oooh” se apoderaba del recinto ubicado en San Diego.

Con un escenario un tanto minimalista, la presencia de la batería, un teclado y un micrófono acapararon las miradas, en tanto una paleta de color frio se apoderó mayoritariamente al momento de hacer arribo al escenario Ben y Mike. Detonando el espacio y abriendo los juegos con “Boilermaker”.

Como si hubiese sido seleccionado con pinzas, el setlist de la jornada continuó con “Come On Over”, llevando a la audiencia a los primeros años de la banda, como si de un viaje en el tiempo se tratara, el público reaccionó en locura desatando algunos de los primeros Mosh pits de la noche. La interpretación de aquellas piezas con más tiempo en el catálogo fueron un punto alto durante la presentación, tanto por un factor de nostalgia, como por la calidad impregnada por parte de Royal Blood. Con novedades en cuanto a sonido e improvisaciones, el dueto entregó una cuota de frescura para canciones de enorme calibre.

Sintonizando el pasado, presente y futuro

Material proveniente de los álbumes ‘Royal Blood’, ‘Back To The Water Below’, ‘Typhoons’, ‘How Did We Get So Dark’, fueron repartidos a lo largo de casi una hora y media aproximadamente, en donde momentos épicos se dieron durante toda la noche. «Trouble’s Coming» fue el momento en donde la luminaria transformó el lugar en una verdadera fiesta del rock; la alternancia de luces azules y rojas, sumado a la explosividad de estas,

Durante “Out Of The Black”, el moshpit se tomó la cancha del Caupolicán y es que durante el último coro, esta maravillosa costumbre de conciertos abarcó gran parte del sector de cancha, destacando como el mosh pit más grande durante la noche, entregando una postal épica y un bello recuerdo para quienes participaron y observaron este.

“Figure It Out” fue la encargada de dar fin a una jornada maravillosa, cargada de distorsión, adrenalina y emociones, al ritmo de un “olé olé olé olé”, Mike y Ben se inclinaron ante el público en forma de agradecimiento, sumado a unas palabras por parte de Mike encantado por el apoyo, el amor y la entrega de todo el público presente en aquel momento. Sin haberse bajado aún del escenario ya se percibían las ganas desde público de una nueva venida por parte de los originarios de Brighton, esta vez, esperando que sean menos de 6 años.