Escrito por Jocsán Sánchez
Fotos por Aarón Castro
La respuesta de una ambientación tan particular. Quizá sea curioso o no, pero la banda trasandina viene con una millonada sorpresiva para un show entre los humos verdes. Los Espiritus en Sala Metrónomo fue la conexión intrínseca entre una agrupación madura y una comunidad fidelizada.
Místico pie inicial
En una calmada tarde, las puertas dieron paso a un mar de gente dispuesta a transportase en este mundo paralelo de Los Espíritus. En consumo de tragos y otras cosas para adentrarse a ello, Shmiks fueron los responsables de la apertura de este viaje a lo desconocido. Instrumentales interesantes y un juego de voces hipnotizantes, los chilenos lograron ganarse al público en un propio riel psicodélico. A palabras ciertas, la coordinación que hubo entre sus integrantes demostraron profesionalidad y confianza entre ellos, y con ello lograron un concepto hecho espectáculo interesante.
El turno de Los Espíritus
Poco a poco el reciento iba albergando más y más personas. El ambiente era bastante tranquilo y agradable, como si de una fiesta sin precedentes a la locura se tratara… pero al momento de apagar las luces esto cambiaría drásticamente. La aparición del conjunto trasandino no fue nada del otro mundo pero imponente a su vez.
Seguros y dominantes observando al público eufórico tocaron «Funeral». El barco de la psicodelía ya zarpó, la gente solo coreaba y admiraba las visuales, luces y voces increíbles. En un primer corte, los solos y sonidos de la banda fueron impecables, cada punto referencial del recinto era suficiente como para cautivarse con los argentinos.
Solos como perfección
«Mares», era el frenesí necesario para que los bullicios se presentaran con creces. Coros o cualquier movimiento sutil eran foco de cualquier griterío ensordecedor… la verdad es que hasta el mínimo gesto de cada rostro era foco de atención. Especialmente esta canción tenía una variedad sonora en sus guitarras, el mítico wah que cautivó a cualquier en Metrónomo o la batería inquieta.
Cada quien era protagonista en su propia especialidad. Hablando de este punto, nos referimos a una banda que está en hilo con lo que hacía el resto, una coordinación pura y natural que dieron el resultado a un espectáculo que pudo transportar a toda una comunidad al viaje espiritual con los ritmos particulares.
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