Escrito por Felipe León
Fotos por Javier Martínez
Muchos son los actos de black metal puro y duro que inundaron Europa del norte y parte del mundo en la década de los 90’s. Actos consagrados que si bien poseen una gran cantidad de gente que los sigue, no siempre están dispuestos a tocar en vivo. Mucho menos a girar. Por lo mismo, la visita que realizó Tsjuder el pasado martes 21 de noviembre en la Sala RBX vino a romper un poco con esta constante. Y de la mejor manera posible.
Tampoco es que fue el único grupo que llamó la atención en dicha velada. Al contrario, la inclusión de un longevo acto como el de Gangrena fue una cierto total, debido a la solidez con la que enfocan su brutal sonido de death metal, trayendo consigo canciones como la gran «Gritos en la oscuridad», «Un acto perverso», entre otras. De esta forma, el grupo formado en Chillán motivó a la audiencia a entregarse a los verdaderos mazazos que dejaban caer con cada tema. Tremendo acierto.
Legado satanista
Pero si hablamos de aciertos, es imposible obviar el hecho que Tsjuder catapultó lo que podríamos considerar como un acto diabólico en todo su esplendor. Así lucía el escenario con estrellas invertidas endemoniadas a cada lado, el que fue invadido por estas malévolas presencias que más allá de sus intensiones ritualistas y satanistas, estaban ahí por un motivo: generar caos con su música y volver loca a la audiencia.
¿El resultado? Mejor de lo esperado, pues independiente de las expectativas que habían por ver a estos clásicos del black metal, el trío sacó lo mejor de sí para dejar en claro su importancia histórica. No por nada, sus seis discos de estudio confirman el gran nivel que han mantenido todos estos años, desde ese lejano Kill For Satan (2002) hasta estos tiempos con el reciente Helvegr (2023).
Tsjuder y el infierno desatado
Bajo esta lógica, Tsjuder sacó a relucir los dotes agresivos con los que han construido su música, dejando a entrever que tras su estética yace un sinfín de elementos que terminan por consolidar su propuesta.
Por una parte, la interpretación de «The Daemon Gate» de su primer LP junto a otras como «Iron Beast» dieron cuenta de lo bien que conviven sus creaciones antiguas con las más nuevas. No obstante, lejos de quedarse en esto, el trío consultó gran parte de su historia, recogiendo temas de todos sus discos, como es el caso de Desert Northern Hell (2004) del que pudimos escuchar «Ghoul» o «Mouth of Madness». Del mismo modo, piezas como «Kaos» provenientes de Antiliv (2015), «Eriphion Epistates» del Demonic Possesion (2002) o «Slakt» de Legion Helvete (2012) serían recibidas con mucha euforia.
En ese sentido, la extrema puesta en escena traspasó la importancia de su legado a un plano en directo, mucho más salvaje y enloquecido, accionando una y otra vez ese emocionante infierno para dar en el clavo al transmitir la ominosa experiencia que profesas. Así, clásicos como «Kill For Satan» o la reciente pero gigantesca «Gods of Black Blood» retumbaron con fuerza en la Sala RBX.
Diabólico Altar
Más allá de contar con una carrera de 30 años, el grupo de Noruega encuentra espacio para revelar algunas influencias que fueron claves en su desarrollo como banda. Por lo mismo, el haber tocado «Sacrifice» de Bathory o «Troops of Doom» elevó aún más su diabólico altar, lleno de gritos, ruidos, y un sentir anti religioso.
El concierto de Tsjuder fue todo lo que un fanático hubiese esperado. Fieles a su estilo, sin tanta comunicación pero con mucha acción. Solo queda agradecer el haber presenciado un pedazo de historia del black metal en Chile.
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