Escrito por Hernán Carrasco
Fotos por Maria Paz Carrasco y portada por Nicolás Rosales M.
La propuesta singular de Antipatriarka, la talentosa artista penquista que lidera un innovador proyecto musical, fusiona las sonoridades más «urbanas», incorporando los ritmos del trap, el R&B y el reggaetón. En el contexto del Festival REC 2023, una audiencia joven y expectante aguardaba en la fría tarde primaveral del domingo, ansiosa por formar parte de un evento que sin duda se grabaría en sus memorias como una experiencia verdaderamente inolvidable. El escenario estaba vibrante con colores y energía, y en su centro se encontraba una figura carismática, líder de un grupo de 16 artistas que estaban listos para cantar y bailar.
La vitalidad con la que el proyecto creaba un ambiente de colaboración era palpable, donde cantantes «featuring» y bailarines se movían en perfecta armonía, desplegando su talento de una manera que iba más allá de la mera actuación. Las letras, empoderadas y auténticas, resonaban en el corazón de todos, siempre con el subtexto de un mensaje de igualdad y diversidad que conectaba con la vida cotidiana.
Es en ese caso, donde lo que hizo que esta tarde fuera aún más especial fue un momento de profunda emotividad. En medio de la música y la pasión, Antipatriarka rindió un homenaje a Renatta, una mujer desaparecida y asesinada en Penco. La música se transformó en un vehículo de memoria y justicia, y el público respondió con un aplauso respetuoso y conmovedor.
El homenaje no solo recordó a Renatta, sino que también sirvió como un recordatorio de la importancia de la música como herramienta para la conciencia social y la lucha por la justicia. Fue un momento que unió a la audiencia en la reflexión y el compromiso con un mundo más seguro para todas las mujeres.
Además, Antipatriarka presentó su nuevo EP ANTÍDOTO, que incluía canciones como «Y BESITO!!!,» o «PUSSi POPPiN» una muestra audaz de ritmos trap con letras provocativas. Esta mirada al futuro de la música demostró que la banda estaba dispuesta a desafiar los límites del reggaetón y seguir promoviendo ese mensaje liberador.
Aunque el espectáculo fue breve, Antipatriarka desató una tarde primaveral llena de ritmo y pasión en el reggaetón. Su actuación no solo dejó una impresión perdurable en el alma de quienes asistieron, sino que también plantó una semilla llena de emociones fuertes. La música se erigió como ese faro de esperanza dado el mensaje, pero también como un show multidimensional, donde la diversidad, fue el plato principal.
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