Escrito por Ricardo Parra
Fotos por Pedro Downey
El grupo Uruguayo de la Vela Puerca, conformado por Sebastián Teysera, Nicolás Mandril Lieutier, Sebastián Cebolla Cebreiro, José Pepe Canedo, Rafael Di Bello, Santiago Butler, Carlos Coli Quijano y Alejandro Piccone, se presentó en la sala metrónomo ubicada en bellavista el pasado domingo 22 de octubre. Contagió en el espacio su característica impulsividad a través de sus ritmos de rock y ska a su público chileno, irradiando su fiebre propia en sus letras creativas y cercanas, lo que conectó en todo momento a la audiencia con el espectáculo, un show que removió en toda su duración el ambiente y lo avivó constantemente.
Antes de comenzar el show el público ya remecía el ambiente con movimientos y cánticos que ya alentaban la salida de los artistas, lo que desde un principio denotaba unas grandes ansias de ver la presentación que traía el grupo a nuestro país. Esta cercanía puso en un escenario cómodo a los músicos, ya que establecía una cercanía entre los espectadores y los artistas de estar con su nicho, un ambiente donde se entregaron a su público en confianza y se desenvolvieron con un sentimiento y fiabilidad apreciables para quienes tuvieron la oportunidad de presenciar la instancia.
Con esta disposición el grupo presentó su espectáculo con una gran entrega a sus espectadores en todo momento, desbordando un frenesí de sensaciones, ritmos, música y letras en todas sus canciones que se mantuvo constante, la energía del ambiente no decayó en ningún momento y esto mantenía el espacio en una constante irradiación de impulsividad motivada por el show. El espacio físico a pesar de no ser tan masivo, contaba con una buena calidad de sonido y de aglomeración para el público, se lograba distinguir correctamente las voces de los instrumentos y a la vez la distinción de todos sus elementos, tanto las guitarras como la batería, el bajo y los vientos, que para la cantidad de instrumentos que La Vela Puerca usa en sus canciones es un factor vital para apreciar en sus canciones, a esto también cabe añadir que el uso de luces sumó mucho como factor para la performance, jugando con las diferentes intensidades de las canciones para acentuar aún más la energía del ambiente.
En cierta parte del concierto Sebastián Teysera, uno de los vocalistas principales, quiso cambiar la intención, tomó una guitarra acústica y los otros integrantes se retiraron momentáneamente para dar paso a una sección algo más sencilla y cercana con el público, intentando bajar la intensidad del ambiente con canciones más bajas y con menos instrumental, más dirigido a lo acústico y lo lírico, cosa que si bien se dio parcialmente, gran parte de los fans seguían cantando a todo pulmón las canciones, lo que avivaba de vuelta al vocalista y lo hacía seguir en la misma sintonía de la que venía.
Posteriormente se volvió a la escena anterior para empezar a dar un cierre al show, con los himnos más célebres de la banda al cántico de “vamos, vamos la vela, vamos la vela de mi corazón, oooooooh”, tema que se pidió constantemente pero que el grupo se guardaba, por lo que cuando se presentó detonó aún más entusiasmo para volver a sus otros temas icónicos con un gran ímpetu, impregnando ya lo último de su esencia en el ambiente por esta oportunidad.
El grupo finalmente dio un cierre a su show con las sensaciones aún avivadas, pero ya debían cerrar por esta oportunidad para al día siguiente volver a su país, luego de una gira de la que venían en la que dieron múltiples presentaciones en países como México y Colombia durante todo el mes de octubre, sumándole otros shows internacionales que han tenido en los meses anteriores durante todo el año, lo que evidencia la entrega, energía y cariño que tiene el grupo por su fanaticada.
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