Live Review

Marky Ramone en Chile: Caen los clásicos al pogo

Escrito por Felipe León
Fotos por Sebastián Carrillo

Numerosas son las veces que Marky Ramone ha pisado tierras chilenas. Lo hizo en la década de los noventa junto a Ramones, en dos fechas realizadas en 1992 y 1994 respectivamente. Y continúa haciéndolo con su propio combo solista, tal como ocurrió el pasado 30 de septiembre en Club Blondie.

La previa a Marky Ramone

Si bien, la gran mayoría de asistentes comenzó a llegar justo al show de Marky Ramone, unos cuantos lo hicieron desde el comienzo. Porque las ganas de escuchar música a veces son más fuertes, más si hay dos actos previos para amenizar la espera.

Por una parte, Radio Burdel ofició como una perfecta apertura, gracias a un melódico punk rock con ciertas concesiones al emo-pop. En específico, al de pleno cambio de milenio, donde lo emocional y muchas veces “ganchero” se acoplan a la audacia instrumental y vocal del proyecto. Interesante matiz dentro del punk más clásico que se respiraría el resto de la noche.

Mientras que Durango, acto proveniente de finales de los 90, surgió como algo más similar al sonido ramonero clásico. Aunque las distinciones propias del grupo radican en elementos como la interpretación, a ratos más directa y hasta “hardcore”. Porque lejos de ser un acto de nostalgia buscan mantenerse relevantes, lo que se percibe en su reciente sencillo “Indolentes”.

“Hey Ho! Let’s Go”: Marky y el legado de Ramones

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El canto más repetido de la noche fue este, el que sin embargo, tampoco se alcanzó a escuchar tantas veces como uno esperaría. Debido a la verdadera tiradera de grandes éxitos que Marky Ramone Blitzkrieg puso sobre la mesa, en medio de muy puntuales parones.

Si lo pensamos bien, la ética de trabajo en vida de Ramones fue la de tocar sin parar. Hacer giras todos los años recorriendo muchos lugares, como una respuesta obligada a la poca difusión radial y de televisión que recibieron. Y ya con el deceso de Joey, Dee Dee, Tommy y sobre todo Johnny, principal impulsor de este ritmo de trabajo, el que tomó la batuta fue Marky Ramone.

Por lo menos desde los años 2000 que se mantiene activo, ya sea tocando con formaciones pasadas de Misfits (junto a Jerry Only y Dez Cadena), o liderando su propia pandilla. En ese sentido, no hay nadie actualmente que conozca mejor lo que era Ramones en vivo.

Aquello se manifestó con fuerza cuando pasadas las 20 horas, Marky Ramone y compañía hicieron arribo al escenario. Gestos de agradecimientos y aplausos desde ambas partes, y un último respiro previo al desorden.

Caen los clásicos al pogo

El pulso constante del baterista, sumado a los excelentes músicos que no imitaban pero se hacían notar, llevó la escucha por un viaje en el tiempo. La mayoría de escalas fueron para los primeros cuatro clásicos, Ramones (1976), Leave Home (1977), Rocket To Russia (1977) y Road to Ruin (1978). Aunque otros éxitos de épocas posteriores también se hicieron presentes como “She’s a Sensation”, “The KKK Took My Baby Away”, “Pet Sematary”, o “Tomorrow She Goes Away”.

Momentos claves dentro de un huracanado paso de Marky Ramone por Club Blondie, donde la gente hizo más que cantar y moverse. No había espacio para nada más que responder. De esta forma, una audiencia que iba desde niños, adolescentes, jóvenes, y adultos, punks y no punks, entregó todo de sí. El pogo era uno de los tantos reflejos, aparte de cantar y hasta abrazarse entre desconocidos.

Esto bien lo sabe el baterista, que no desperdició ningún minuto y apuntó de lleno a los clásicos, partiendo con “Do You Wanna Dance?”. Una invitación imposible de negar, que vino acompañada de muchos himnos como “Teenage Lobotomy”, “Commando”, “Rockaway Beach”, “I Don’t Care”, “Now I Wanna Sniff Some Glue”, “Beat on the Brat”, “Sheena is a Punk Rocker”, y así podría seguir.

Marky Ramone eterno

“Surfin’ Bird” fue otro de los tantos momentos dignos de enmarcar en un cuadro. El momento de solo canto que está en medio del cover (original de The Trashmen) fue transmitido con mucha gracia por el vocalista, a lo que el público respondió desatando la locura.

“Judy is a Punk” y “I Wanna Be Your Boyfriend” fueron todo un guiño a los amantes del primer álbum. El que lo revolucionó todo. No obstante, “Pinhead” con el emblemático “Gabba Gabba Hey” y la tremenda “Cretin Hop” evidenciaron lo certeros que puede ser Marky Ramone’s Blitzkrieg.

Un encore que los trajo nuevamente de vuelta, para así rematar con 1 canción más. O seis, ¿por qué no? Así, Marky se la jugó e hizo vivir una vez más el legado de Ramones con “Rock ‘n’ Roll Highschool”, “Glad to See You Go”, el cover de Creedence Clearwater Revival, “Have You Ever Seen the Rain”, o incluso “Touring” del Mondo Bizarro.

Última sacudida rematada con la versión de “What a Wonderful World” solista de Joey y obvio, “Blitzkrieg Bop.” Todos felices para la casa cantando “Hey Ho! Let’s Go”.


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