Escrito por Nicolás Merino
Fotos por Alejandra Besoain
Estamos en una etapa de la música popular chilena donde Niños Del Cerro es, por un lado, la banda más grande de la denominada “escena independiente”, mientras que también es la gran banda incipiente (y cada vez menos) en el mundo del mainstream nacional. Estos estratos de popularidad conviven con un factor no menor y que incluso otros artistas de mayor alcance solo pueden soñar en tener: un unánime reconocimiento crítico.
Sumando todos los frentes, básicamente Niños Del Cerro es algo así como ‘la mejor’ banda chilena en estos momentos.
Y su estándar no solo es altísimo en términos creativos a la hora de imprimir música, también han demostrado toda una personalidad y energía única para sus presentaciones en vivo. Y bueno, este reconocimiento es el paraguas que pende sobre Simón Campusano, guitarra y voz de la banda.
Si bien su carrera solista no es nueva, la exponencialidad del reconocimiento de su banda ha terminado por llamar a mucha más gente de la que hace algunos años se hubiese esperado. Y es en este contexto en el que es posible armar un show solista en el teatro de Matucana 100 con la sala prácticamente llena (por no decir llena).
En el marco de una solemne propuesta estética cuidadísima y de una prudencia absoluta para lanzarse con las interpretaciones, Campusano se dispuso en formato de trío para presentar tanto canciones solistas como temas de los Niños Del Cerro (unos conocidos y otros no tanto). El resultado fue muy positivo. Simón no solo resaltó altas virtudes como cantautor, al darle otra dimensión a las canciones, sino que también sacó a lucir una sólida actitud como ejecutor.
Dentro del vaivén de la presentación, en algún momento incluso se retiraron los otros músicos para dar espacio a una instancia más libre e interactiva donde salió un popurrí de varios temas de lo más diversos entre sí. Y de hecho, esto fue justo después de que, en medio del concierto, se diera el espacio para la interpretación de forma íntegra de su próximo EP, ‘Sobre habitar la depresión intermedia’, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo 6 de septiembre.
Como se esbozaba más arriba, la banda se ha ganado el reconocimiento máximo aspirable. Lo que queda es el desafío de mantener el estándar, pero digamos que por ahora no hay nada que dé a entender que pueda bajar. Pareciera que cualquier tocata de Niños Del Cerro o Simón Campusano están comprometidas a un alto nivel de calidad completamente esperable. Es una época y hay que aprovecharla.
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