Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Andie Borie
Desde 2017 ya que Agustín Cruz aka ACRU está haciendo de las suyas, revoloteando en el hip hop argento en el marco más fundamental del mismo. De fuerte narrativa, y de aún más impactante interpretación, características que develan el ímpetu perfeccionista del trasandino que, en sus propias palabras, fue justamente esa exigencia lo que «atrasó» su debut en Chile. Quería mostrarnos su propuesta por completo, con un sonido perfecto y ambicioso junto a una banda que enaltezca aún más sus producciones, porque sentía que nos lo debía de alguna forma, sobre todo por la influencia columnar del rap chileno en el ADN creativo del MC.
De esta forma, la relación se forjó con una inmediatez tal cual reacción química, en el que el ruido atolondrado de su público chileno acompañó cada verso. Además, se notó al instante las proposiciones de ACRU, puesto que desde el primer segundo la batería, el scratch, la guitarra y el bajo engrosaron cada track nivelándose al potente delivery del rapero. Con esa estructura, canciones como «THROW UP SESSION #2» y «JILGUERO» denotaban una caligrafía muscular, que con cada barra generaban reacciones de todo tipo.
Es importante destacar la actitud agradecida de Agustín, quien tomó cada oportunidad posible para comentar sobre las influencias del rap chileno en su música, la cultura del mismo en nuestro país, y cómo el crear una relación con los de aquí era un deseo suyo de hace años. Uno que se viene gestando desde que tuve la oportunidad de representar a Argentina en una batalla de freestyle allá por el 2017, y que, con este debut, seguirá formando –y ya se ve una colaboración con Chystemc y Jonas Sanche–.
Cada disparo lírico de ACRU dejaban ver el entorno en el que se formó, desde una realidad hostil que, tal y como presenciamos en tracks como «HATTORI HANZO» y «WHO’S BACK», mostraron un manejo intenso en toda su ley. Rap latino a la vena, crudo y directo. Ese del que deja al desnudo verdades y unifica en ese proceso, de ahí que el dicho –y verso– «el rap latinoamericano siempre sobrevive» se configura como el corazón mismo del género en este lado del mundo. Uno fraterno y cálido que nos dejó una postal para la posteridad con un freestyle entre el argentino y el nuestro Jonas Sanche. Tradición pura.
Pero la prosa de ACRU sabe de agresividad, y en esos acercamientos es que los matices de su flow consigue elevar las temperaturas a puntos altísimos, y es que la interpretación de «DISPARO» fue escalofriante. Así como los acercamientos más accesible con «JOSEAR» o la filosa «THROW UP SESSION 1». Había poco tiempo, pero cada minuto fue aprovechado al máximo.
Por supuesto, la biográfica «ROMAN» fue uno de los puntos altísimos del show, en un ademán que rememora su historia como persona y como rapero, en una fotografía de estos largos 6 años que, próximamente, acumularán otro hito –con el próximo lanzamiento de «El Don»–. Cada verso recitado religiosamente por los suyos, explotando en el estribillo de «Life’s a Bitch» de Nas de la forma más fulgorosa. Así, y con «El Origen», el rapero se despidió de su público chileno, cerrando el primer capítulo de muchos por venir –con algunos afortunados compartiendo de cerca con él tiempo después del show–.
Revisa la galería de fotos completa a continuación: