Escrito por Felipe León
El año 2021 la existencia contempló uno de los cambios estilísticos más notables ocurrido por estos lados, con un artista como Pablo Vostok que pasó de hacer trabajos relacionados al mundo de la electrónica a uno más ligado al rock experimental, con ciertos toques progresivos, y un impulso más ligado al post-hardcore. De aquel reverenciado Ablación ha pasado tiempo, sin embargo hace poco tiempo atrás tuvimos noticias del artista, cuando a finales de abril lanzó el esperado sucesor, Autoretrato de un ave rapaz.
De aquel lanzamiento han pasado unas cuantas semanas, y en medio de esa vorágine de tiempo que es el mundo, se hace necesario retratar estas indomables historias que mecen su andar, en medio del paisaje medio cálido medio hostil de la ciudad, donde los sueños cuelgan sobre los cables, las colillas se estampan al suelo, y las luces apagan las ansias de vida de las polillas.
Porque la ciudad adquiere un significado elemental a la hora de comprender los motivos tras este disco, siendo el punto de inflexión dentro de la narrativa que expone Autoretrato de un ave rapaz. Así como el cuadro de Edward Hopper llamado Nighthawks, inspiración para un Pablo Vostok casi destinado a musicalizar la vida nocturna de Santiago, como un ejercicio creativo donde colisionó su palpable curiosidad, así como sus propias inquietudes sonoras, y la necesidad de expresar diversos sentimientos y dilemas.
Siempre manteniendo la compostura dentro de lo que se puede entender ya como un disco clásico de Pablo Vostok. Mucha experimentación que bordea para el final del disco territorios flotantes del jazz, así como un frenesí calculado de intensidades guitarreras en el principio, que de igual manera se adecuan a estructuras más melódicas, sin dejar de ser caóticas o misteriosas. De cierta forma, Autoretrato de un ave rapaz es una obra igual de ambiciosa que su antecesor, pero puede ser más accesible también. Claro que la definición de “accesible” en el diccionario Vostokiano es distinta a la común.
Sobre la inspiración decisiva de ‘Nighthawks‘ de Edward Hopper, comenta “La calle vacía y sombría, las luces del restaurante suaves y cálidas, la perspectiva desde afuera mirando hacia adentro, es una pintura que me ha obsesionado”, reconoce Vostok. La pintura, agrega, le evoca recuerdos de la vida nocturna de Santiago, “bares-restaurantes, calles, horas de la tarde-noche, cigarrillos, tragos, chistes, desamores, todo eso visto como si fuera una pintura”.
Escucha Autoretrato de un ave rapaz
Interpretado por Pablo Vostok
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Sello Sinfín
Lanzado junto al Sello Sinfín.
HOI – Solo de guitarra en Taberna Malasaña.
Tomás Mosqueira – Solo de guitarra en Anamaya Bar de Té.
Hugo González – Saxofón en 11.30PM y Wonder Bar.