Escrito por Juan Pablo Ossandón
Tras la primera separación de Rage Against the Machine a principios de la década de los 2000, Tom Morello, Brad Wilk y Tim Commerford se contactaron con Chris Cornell –la flamante voz de Soundgarden y Temple of the Dog–, y crearon juntos a Audioslave.
Uno de esos supergrupos que uno podría pensar, ¿qué van a sacar? Al menos con sus historiales discográficos, los sonidos de Rage Against the Machine no se parecían en nada al grunge ecléctico, melancólico y hasta experimental de Soundgarden. Entonces, ¿cuál sería ese punto en común? La respuesta fue más sencilla de lo que pareciese.
Y es que lejos de buscar similitudes en sus propuestas, los músicos optaron por anidarse en el hard rock y el rock alternativo para dar forma a la agrupación. Una movida que no gustó mucho a la crítica, en donde la frase «pérdida de autenticidad» se vio en distintas publicaciones de diversas revistas especializadas. Bueno, creo que sabemos que el tiempo –y los fans– dijeron absolutamente lo contrario, ¿no?
Vayamos directamente al debut homónimo de 2002. Esa intro cosquilleante e insidiosa de «Cochise» fue una declaración de principios en toda su palabra: Tom Morello no iba a abandonar los sonidos que conforman su personalidad. Los experimentos siempre iban a mantenerse ahí, pero la forma en que el riff principal cayó, lleno de groove, y contrastó con la fuerte voz de Cornell todos entendimos de inmediato de que venía este proyecto Audioslave. Sería un reduccionismo gigante decir que era la parte instrumental de RATM junto a la voz de Soundgarden, era una nueva entidad.
Gracias a eso es que el supergrupo funcionó y su música sigue siendo vigente hasta el día de hoy. La inquietud del guitarrista estaba a flote, y a decir verdad, era como si la voz icónica de Chris fuese una fuente de inspiración inagotable para él, en un impulso por encontrar aspectos más sensibles, sutiles que pudieran explorar un espectro emocional más amplio además del bullicio que tenían canciones como «Show Me How To Live».
Era una nueva oportunidad en toda su ley, y de ahí que hayan salido dos de las canciones más emblemáticas de los 2000: «Like a Stone» y «I Am the Highway» –y ojo que tan sólo hablamos del debut, pues se sabe que posteriormente «Be Yourself» hizo de las suyas–. Un panorama en el que jamás habíamos visto al guitarrista y se manejaba con una ligereza que mostraba su experiencia. Basta con escuchar el solo de la canción de «Like a Stone», y se entenderá que el guitarrista encontró o creó un nuevo horizonte de texturas en el que sus experimentos tuviesen un lugar en el que crecer. Realmente formidable.
Ya estamos ansiosos por ver sus andanzas próximamente en el recinto de San Diego.
Tom Morello se presentará el 6 de junio en Teatro Caupolicán
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