Escrito por Juan Pablo Ossandón
Un 1 de marzo de 2005 veía la luz ‘Frances the Mute’, el segundo álbum de la agrupación estadounidense The Mars Volta, el cual fue lanzado a través de Gold Standard Laboratories y Universal. Un segundo disco que brilló tanto como su tremendo predecesor ‘De-Loused in the Comatorium’ (2003), gracias a la ética de trabajo aplicada en este álbum.
¿Pero, qué tanta es la importancia de la disciplina y rigurosidad en este trabajo? Dejando de lado la obviedad de tamaño dicho, en la comparación con el primer trabajo del proyecto liderado por Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala, sí es posible ver ciertos aciertos a nivel creativo y varios puntos de distinción. En ese sentido, ‘De-Loused in the Comatorium’ es un disco mucho más suelto y visceral, lo que se explica con cierta inmediatez en la gran predominancia que tiene el post-hardcore en dicho trabajo –dentro del gran lienzo de influencias que presenta The Mars Volta–. ‘Frances the Mute’, por su parte, tiene una aproximación mucho más mesurada y detallista, casi como un seguimiento minucioso al mismísimo pulso de las distintas piezas que realizan.
Aterrizando la abstracción de las últimas líneas esbozadas, fue el productor y compositor Omar Rodríguez-López el principal responsable de dicha aproximación laboral. El nacido en Puerto Rico implementó toda una política en la que, el al llegar con maquetas y el esqueleto de ideas fundamental al estudio, instó a sus compañeros a aprender esas canciones de forma reposada, lenta y atenta. Ello con tal de lograr un resultado que se escape a la velocidad del rock como paradigma en general, e implementar así una forma que estudia la propia respiración de la música. De esta forma, una vez que el resto de músicos aprendían sus partes a la perfección, era ahí cuando se abría la brecha a los arreglos.
De esta forma, ‘Frances the Mute’ presenta un abanico de sonidos aún más frondoso y exuberante que su antecesor. Al rock progresivo y post-hardcore se sumaron distintos elementos de rock latino, jazz fusion y rock psicodélico, y, en lo evidente, una fuerte impronta conceptual apesadumbrada en clave de un ruidoso ambient. De ahí que cada canción como «The Widow», «L’Via L’Viaquez» y cada movimiento de «Cassandra Gemini» representan un único y texturizado universo a su haber.
Aún dentro de sus ideales desafiantes del establishment –a nivel estrictamente musical, ‘Frances the Mute’ presenta una diversidad musical cargadísima en ideas y sonidos que les valieron el título de una de las agrupaciones de rock progresivo más importante del siglo XXI.
The Mars Volta se presentará el 31 de mayo en Movistar Arena
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