Live Review

Magma en Chile: El teatro de lo asombroso

Escrito por Felipe León
Fotos por Martín Obreke

Pocas visitas son tan especiales como la agendada por Magma para este 2023 en Chile. Oportunidad triple de presenciar la propuesta magna de una banda como ninguna, que ha sabido cimentar una historia tan épica como la música que conforman cada uno de sus álbumes. La que pudimos constatar el día viernes 28 de abril en la que fue una primera fecha cargada de sus más distintivos elementos. Una primera muestra de una avasalladora presencia artística que ha sabido mantenerse en el tiempo, y que condimentó una tarde noche otoñal bastante amena en el Teatro Nescafé de las Artes.

Un recinto ideal a la hora de exponer las vertientes más experimentales de la música, tal como lo reflejó Sat Shabd Singh, primer acto en dar el vamos a una jornada que se caracterizó por entregar propuestas atractivas, propias, y un tanto incalificables; de esas que tanto gustan al público que suele asistir a los eventos organizados por Stgo Fusión. Por lo mismo, no era de extrañar la presencia de este particular músico que comenzó a conectar con los sonidos del universo, a través del uso de variados gong que invitaron en todo momento a navegar por estas verdaderas terapias sonoras, generando la atención de parte de la audiencia, que extrañada e intrigada, seguía cada uno de los pasos del músico. Así, 15 minutos bastaron para entrar en sintonía con lo que se avecinaba.

Pero antes del show principal, el Teatro Nescafé de las Artes fue testigo de un acto de apertura idóneo para la ocasión, como es el caso de Tryo, proyecto ligado a las andanzas más progresivas del rock, que cumplió a cabalidad con el cometido de pavimentar el camino de cara a Magma. ¿El resultado? Más que satisfactorio. De hecho, fue normal ver a varias personas moviendo la cabeza al ritmo de las canciones que interpretaba la banda, sobre todo con los cortes más nuevos que formarán parte de su próximo disco, los que de alguna manera llevan su música por terrenos colectivos, en cuanto a cantos; en cuanto a generar ambientes que transportan la escucha a tiempos ancestrales. Un evocador punto de encuentro entre el prog y las raíces, dejando bastante contento al público, entregando un merecido aplauso.

Cabe recalcar lo bien que funcionaron los tiempos en el concierto, transcurriendo todo con una normalidad que hizo la espera bastante amena. Porque sí, el Teatro Nescafé de las Artes es un lugar acogedor y todo, pero había algo más. Como si en la atmósfera se respirara un aire de admiración y expectación por la banda francesa, y de algún modo los asistentes al recinto aprovecharon esa vibra para así comenzar a pedir la salida a escena de Magma

Arribo que finalmente se concretó a eso de las 9:30 pm, cuando la legendaria agrupación hizo su aparición sobre el escenario, tomando posición de manera veloz para así dar el vamos a este especial concierto enmarcado en la promoción del más reciente disco del grupo, Kãrtëhl (2020). Pero marcado también por la inclusión de uno de los clásicos modernos de Magma: Ëmëhntëhtt-Ré (2009). Ambas obras serían el menú de lujo para una velada que desde todos los frentes, invitaba a dejarse arrastrar por esta locura musical nacida en la lejanía del universo, eones en el tiempo, y traída directamente a Santiago por estos embajadores del zeuhl.

Y es que no es menor el legado de la banda, cubierto de un imaginario asombroso donde conviven diversos planteamientos de corte sci-fi. Atrapantes temáticas que se ven impulsadas por un uso jazzistico y ritualista de su música, rozando lo teatral desde la interpretación misma de sus partes, las que construyen una oratoria abundante en dinámicas que involucran destreza y técnica, sí, pero más importante aún, un sentir comunitario que termina cohesionando cada sonido inmerso en esta catártica experiencia. Generando así un espacio de comunicación entre los músicos, capaz de alborotar todo con un sentido de búsqueda abierto a descifrar las profundidades del grupo.

El primer ciclo estuvo dedicado a los nuevos aires que soplan en la carrera de Magma, conciliados en su más reciente álbum, Kãrtëhl. De esta manera, el grupo emplea un tratamiento hipnótico de su propuesta, debatiéndose entre las luces y sombras que surgen, a medida que temas como “Hakëhn Deïs” o “Irena Balladina” se van sucediendo, dando cuenta de un acercamiento al espíritu más cercano al soul que puede ofrecer esta mezcolanza entre el jazz y lo progresivo. Un punto de partida que sirvió para adentrarnos en este fantasioso universo de ideas danzantes, al son de patrones rítmicos complejos, instancias atonales, pero sobre todo impulsado por un trabajo vocal que rescata el lado más coral de la banda.

Influencias de la música de cámara que han estado presentes durante gran parte de la carrera de Magma, como es el caso de su disco Ëmëhntëhtt-Ré, segundo episodio dentro del  asombroso show que a esas alturas desplegaba la banda. La gente se notaba maravillada con la presentación, aplaudiendo en cada transición, y más importante aún, guardando silencio con el fin de prestarle atención a lo que ocurría sobre el escenario. Porque no todos los días podemos presenciar a estos verdaderos extraterrestres de la música; artistas que en su constante afán de aventura y exploración, terminaron por crear todo un lenguaje sonoro nuevo, alejado del costado convencional que incluso afloraba por aquel entonces, en las apuestas más arriesgadas del rock.

Interpretado de principio a fin, como un gran set de canciones que recogen el lado espiritual y ritualista de Magma, Ëmëhntëhtt-Ré simbolizó el momento de mayor impacto y trascendencia en el concierto. Una hora de situaciones misteriosas y apasionantes que se apoderaron del recinto, transcribiendo conocimientos, emociones y sabidurías a través de dinámicas que dibujan paisajes de lo más caóticos, aunque con un equilibrio flotante de superlativa audacia que intriga de principio a fin. El tacto con el que los franceses van depositando cada nota, adquiere un fulgor atrapante que fácil te puede dejar inmerso en la escucha atenta de su propuesta, dando cuenta de la cohesión creativa que existe entre los integrantes de la banda.

Cabe recalcar que en medio del concierto, el guitarrista de la banda tuvo un problema, lo cual le imposibilitó seguir tocando, apareciendo ya para el final de la canción, posterior a la interpretación de “The Night We Did”. Si bien su ausencia fue notoria por la manera repentina en la que se fue, la banda supo seguir con el show, concretando un entretenido cierre con “Dëhndë”, donde algunos de sus integrantes cambian de instrumentos, pasando al frente del escenario para tomar el micrófono principal, el super baterista Christian Vander.

Gritos cautivantes, una belleza vocal deslumbrante, y un carisma arrollador, son parte de la fórmula con la que Magma cimentó las bases de su propuesta, amparados por una visionaria manera de ver la música, que saca a flote una perspectiva genuina del arte que no se queda solo con lo bien que puedan tocar. Al contrario, cada genialidad lograda por sus integrantes desde sus trincheras instrumentales, así como en conjunto, tiene un porqué detrás, aunque este no sea del todo racional, y se incline más por lo intuitivo. Se trata de tocar con maestría, pero sentir cada nota, cada intención detrás de esas ideas que Christian Vander y compañía formulan con tan buenos resultados. Lo de ayer en el Teatro Nescafé de las Artes fue aquello y más.


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