Live Review

Geoff Tate en Chile: Un trozo de historia

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Benjamín Díaz

 

Cuando una banda o artista decide hacer una gira alrededor de un álbum, ya sea para celebrar su aniversario con alguna marca temporal importante o simplemente el deseo de tocarlo por completo, de inmediato cambia su propio carácter como show. La razón principal tal vez se deba a que el setlist ya no tendrá –tanto– el elemento sorpresa, pero, tal cual intercambio, su propia naturaleza recae en la intriga y dedicación al escuchar un disco de corrido por todo su minutaje. Ese acto prácticamente ceremonial de poner un vinilo en la tornamesa, un cd en el reproductor o incluso poner el álbum desde el principio en la plataforma de streaming favorita tiene un encanto irresistible, en el que el oyente y la música formulan un contrato tácito, en el que el primero ofrece su total atención y la segunda un mundo de melodías, hits, memorias y sorpresas inadvertidas anteriormente. Ese fue el caso con el show del ex–Queensrÿche, Geoff Tate, la emblemática voz original de la agrupación y una de las mejores y más reconocibles del circuito del heavy metal y prog, quien vendría no sólo a tocar un álbum por completo sino dos: «Rage for Order» (1986) y «Empire» (1990).

La jornada en el Club Chocolate comenzó con la presentación de Hëiligen, quienes no buscarían más que tributar a ese género tan amado como lo es el heavy metal, a través de la admiración por sus influencias, la época dorada del género y un despliegue incesante de todos esos trucos clásicos que nos embaucaron al entrar a estos sonidos. De esta forma, en la medida que el recinto se llenaba de a poco con metalheads de la vieja escuela, los chilenos brindaron un show efervescente en el que recorrieron su discografía de forma breve y acotada así como con una precisión inusitada. Así es como sonaron temas como «Gladiator» o la canción que da nombre a su disco «Shadows in the Church» (2020), brindando un despliegue contundente y agitado de riffs inagotables, solos dinámicos y una interpretación vocal en punto, rozando en muchas ocasiones las definiciones del speed metal, en esa tangente que brinda la NWOHBHM tan venerada por la banda y los asistentes.

De su presentación se graba a fuego la profunda hermandad de los miembros de Hëiligen, quienes declararon sus mejores deseos para el bajista quien estaba en su penúltima presentación con la agrupación antes de su partida. Fue ese toque entrañable el que daba tanto gusto ver y escuchar, en el que la sintonía, química y sincronía evidente permitía relucir las mejores bondades del género, aquel que se disfruta en vestimentas de cuero, cabellera al viento y cervezas en la mano. Así, «Return to the Battle» daba cierre a un set impecable que llenó de disfrute a los de siempre y a la sangre nueva de fans.

A eso de las 20:05 PM, el Club Chocolate se oscurecía y las luces se difuminaban en el escenario mientras los músicos se asentaban en sus posiciones, y cuando la figura del cantante se posó como toda una leyenda, las ovaciones y gritos se hicieron sentir tan instantáneamente como una verdadera reacción química. De esta forma, el show daba comienzo con «Walk in the Shadows» y «I Dream in Infrared», aquellos tracks que dan inicio al tremendo «Rage for Order», álbum que el vocalista aseveró que en su momento fue comentado ya sea por su toque oscuro o futurístico, y que simplemente era lo que hacía sentido en su momento y lo sigue siendo ahora, al punto de que, más adelante, Tate comenta que simplemente quiso tocar este álbum por completo por que sí. Sea un capricho o un anhelo de toda la vida, la fanaticada presente no era más que afortunada por el privilegio y la oportunidad de presenciar un trozo de la historia de Queensrÿche, plasmada en temazos como «Gonna Get Close to You», «Surgical Steel» –en el que se da un momento de expresar su preocupación por lo que sucede en Ucrania– o «Screaming in Digital».

Si algo se notó durante esta primera sección del show, fue la interpretación pulcra y totalmente cuidadosa y detallista con el tiempo. Cada músico se encargó de plasmar lo más cercano a la perfección estos temas del estudio al fulgor del en vivo, en el que la colisión de la pasión libre del heavy y la meticulosidad del prog encontraban su definición perfecta en lo que sucedió en el escenario el día de ayer con Geoff Tate y compañía.

Tras un break de unos 25 minutos, y con «Best I Can» sonando estridente como nunca, todo el mundo sabía que el «Empire» había comenzado, un disco con un peso clásico importantísimo que cada fan de Queensrÿche atesora con cariño. Con ese antecedente, era hasta lógico que la audiencia se manifestase más entusiasta y vigorosa al corear, aplaudir y saltar, dinámica que se notó en hits como «Jet City Woman» o el track que da nombre al disco, ante el cual Tate comentó que no sabía el nombre de la siguiente canción porque no tenía un setlist en frente, emplazó a la audiencia a nombrarla, compenetrada con el flujo del momento.

Es inevitable ver como un show de la más alta calidad encontraba momentos altísimos de energía en el que –ante un público ya mayor que ha sido acompañado toda su vida por las canciones de Queensrÿche– canciones como «Della Brown», «Hand on Heart» o la monumental «Silent Lucidity» resuenan de forma envolvente, atrapante y llamando al dejarse al voz en la cancha, intentando igualar los decibeles que alcanzaba la consagrada voz de Geoff en el recinto. Con ello, «Anybody Listening?» fue un momentazo que llamó al coreo masivo, demostrando ser una canción de un carácter omnipotente como pocas en su estirpe, y es que sus líneas vocales activaban algún pulso interno que comandaba recitar sus versos con fuerza. Definitivamente el grand finale de «Empire» pudo haber sido un cierre perfecto a la jornada, pero Geoff Tate y compañía tenían una sorpresa más, una pizca breve del «Operation: Mindcrime» (1988) que no nos extrañaría que se haya sentido en los alrededores del Barrio Bellavista, con «Eyes of a Stranger» dando fin espectacularmente a una presentación histórica. Nuevamente, todo un privilegio.

Setlist:

  1. Walk in the Shadows
  2. I Dream in Infrared
  3. The Whisper
  4. Gonna Get Close to You
  5. The Killing Words
  6. Surgical Strike
  7. Neue Regel
  8. Chemical Youth (We Are Rebellion)
  9. London
  10. Screaming in Digital
  11. I Will Remember
  12. Best I Can
  13. The Thin Line
  14. Jet City Woman
  15. Della Brown
  16. Another Rainy Night (Without You)
  17. Empire
  18. Resistance
  19. Silent Lucidity
  20. Hand on Heart
  21. One and Only
  22. Anybody Listening?
  23. Eyes of a Stranger

 

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Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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