Live Review

Yorka en Teatro La Cúpula: Un triunfo nacional

Escrito por Gabriela Arcos
Fotos por Leyla Solorza

Un sábado 5 de noviembre cerca de las 21:00 horas, las hermanas Daniela y Yorka Pastenes que dirigen el proyecto Yorka se suben al escenario del Teatro la Cúpula junto a su banda para iniciar el lanzamiento de su cuarto disco de estudio. Este concierto quedará por siempre en mi recuerdo como un referente de una de las mejores propuestas musicales y visuales de un artista independiente. Con el show Yorka demuestra lo que es dar mucho más que el mínimo y dejar en evidencia que efectivamente en Chile tenemos artistas de calidad que merecen un teatro lleno y filas infinitas en los sitios de ventas de entradas. Esta noche se trató sobre Chao, disco conceptual sobre las despedidas lanzado el 23 de junio de este año y producido por Cristian Heyne

El evento comenzó con la banda argentina invitada Amor Elefante, seguido de un breve discurso de la Corporación para el desarrollo de Santiago (CORDESAN). Esto dio inicio a una declaración de principios que se desarrolló a lo largo de todo el concierto: ocupemos nuestros espacios y escuchemos a nuestros artistas

Con un público ansioso coreando el nombre de la agrupación escuchamos una introducción densa guiada por un bajo ensordecedor de Pancho Ugarte y la vibración de un teléfono que vemos en las visuales ilustradas. Es con “Ándate” que comienza el lanzamiento de Chao presentado de forma cronológica de inicio a fin, un show que se sintió como una reunión familiar con luces que le indicaba al público como interactuar en el reencuentro. Con el inicio de la primera canción movida del disco “Mentí” vemos una banda sólida que ama lo que hace, o al menos, que lo está pasando bien. Con la entrada de Millaray en la trompeta para interpretar “Enloquecer” me convenzo de que, si bien la banda toca increíble, nada puede distraerme de lo que hace a Yorka tan especial: las armonías de las hermanas Pastenes y por qué no decir, el talento vocal de Daniela

La banda se retira y en un acto abnegado, dejan el escenario disponible para un artista independiente y más menos nuevo de Viña del Mar, Sabales, que interpreta su canción “Serotonina”. Mientras nos sumergimos en un espacio íntimo y acústico, Yorka aparece por detrás de la Cúpula y se sitúa al medio del recinto. Un público respetuoso las rodea y observa con emoción; el mismo público que escuchó con atención a todes les invitades, levantó carteles con mensajes como “gracias por ser nuestra casa” y luces de color rojo dispuestos a cambiarlas de color a la orden de Yorka: “Prendan sus linternas, blancas por favor, para sentirme como Harry Styles” bromeó. Vestidas de blanco, cortesía de Lee, cantan canciones sobre estar en el presente,  atraparse, dejar de darle vuelta a las cosas y conectar con lo que les rodea.  Terminan con la inclusión de sutiles guitarras desde el escenario principal de Pablo Jara, la entrada entre el público de un bombo leguero en la mano de Pau Céspedes y un grupo de zampoñas caseras tocadas por chiques de la escuela Antumapu de La Calera. Rápidamente vuelven al escenario principal vistiendo de rojo e interpretan lo que les queda del disco con invitados como Gepe para cantar por primera vez “Viento” y más adelante Mariel Mariel en “Quédate conmigo”. 

Ver la Cúpula llena de gente expectante por ver a Yorka provoca orgullo y desilusión al mismo tiempo, como si fueran un equipo de tercera división levantando una copa en un campeonato semi importante y que frustrante que así sea. Solo este año los artistas chilenos que han podido presentarse en el Movistar Arena de cabeceros se pueden contar con una mano; un teatro lleno se siente como un triunfo nacional. Este sentimiento fue reforzado cuando es introducido un cover de Los Prisioneros “¿Por qué no se van?”, que viniendo de una banda que pasó gran parte del año yendo y viniendo de México significa un mayor peso a su letra. Yorka ha pasado más de una década tratando de surgir en un país que no escucha su música local y solo considera inaceptable los precios de las entradas de musiques nacionales, un país lleno de artistas que se ven casi obligados a salir a buscar gente que les escuche a otros países. Con esto Yorka dice: nos quedamos en Chile para generar cultura gratuita como los festivales en Independencia Ciudadana que ayudan a gestionar, talleres de música, etc. donde el genio y el talento no dan fama, pero donde está su gente –aunque si se quisieran ir estaría bien porque nadie vive de buenas acciones–.  

El show termina con algunas de sus canciones del disco Humo como “Paseito” y “Y Bailamos Tanto” que despide a un público bailando con pies enredados, que se retiró a sus casas –muy tarde para alcanzar el metro por lo demás– pensando en lo mucho que dolió despedirse y personalmente, con ganas de volver a verlas.

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