✍️ Felipe León Martínez
📷 Martín Obreque Gallegos
En un momento dado, sentada junto al piano, Javiera Mena esboza unas cuantas palabras sobre la importancia de cantar, haciendo alusión al carácter sanador que esta ha tenido a lo largo de los años en su vida. Precisamente esta afirmación ofrecida casi al final del show traduce la mágica noche vivida este 29 de octubre, cuando el Teatro Coliseo se transformó en un gigantesco karaoke, haciendo eco de lo liberador que es corear a todo pulmón estas significativas canciones que ya forman parte de las grandes ligas de la música pop.
Pero no solo cantar, pues el baile como leitmotiv dentro de su nutrida propuesta formó parte esencial de esta movida velada. Aquello quedó más que claro cuando la artista hizo su aparición pasada las 21 horas, encandilando hasta las luces más potentes con una seguidilla de éxitos como La isla de Lesbos, sencillo central de su última placa Nocturna (2022) que fue recibido con la algarabía característica de un himno de tomo y lomo, para luego dar paso a la agitación con Luz de piedra de luna, ocasión en la que la presencia discotequera de su música hizo venir abajo el recinto.
La cantante continuó reavivando los ánimos con Debilidad y La Joya, referentes del ya mencionado Nocturna y Otra Era (2013) respectivamente, poniendo en perspectiva sus claras tendencias al dance y la sofisticación que terminaría rematando con Dos, otro de los aciertos de su etapa más reciente. Excelentes aperitivos para uno de los momentos altos de la noche, cuando hizo su entrada Esquemas juveniles, haciendo gala de la profunda conexión que existe entre Javiera Mena y su fanaticada, la que respondió dándolo todo, como era de esperar para uno de esos hitos generacionales que definieron Chile a comienzos de milenio.
El público vibró en todo momento con cada uno de los temas que iban apareciendo, protagonizando un intercambio emotivo y energético con la artista, a quien se la pudo ver bastante extasiada y sonriente sobre el escenario. Esto queda en evidencia cuando comienza a incursionar en esa odisea atemporal que es Otra Era, posando los característicos lentes que inmortalizaron aquella etapa. Iconic por donde se le mire.
Un nuevo encuentro con el pasado se viviría al salir a la luz Cuando hablamos, otro de esos monumentos que forjaron su etapa más temprana, para así dar paso a uno de los temas estelares de Espejo (2018), siendo Intuición la antesala perfecta para encantar al público con ese himno romántico del pop latino llamado Yo no te pido la luna. Su versión del clásico de Daniela Romo marca un precedente dentro del concierto, generando la inmediata reacción de muchas parejas que vieron la oportunidad idónea para declarar su amor, bajo la escarcha imaginaria de las luces y la música cayendo sobre el lugar.
Ya para la mitad del evento, Javiera Mena se ubica en el suelo junto a lxs músicxs que la acompañaban en escena, capturando toda una postal con la interpretación de Me gustas tú. Soleado vistazo a su álbum Nocturna, del cual se desprenden dos canciones más como Eclipse total y Corazón astral, cultoras del pulso más balearico que adquirieron algunos de los momentos relativos a la música disco que podemos encontrar en dicha obra.
Javiera Mena siguió cuesta arriba cuando hizo su aparición Sincronía, Pegaso, dialogando con el magnetismo y la presencia de su música, a través de un torbellino de sensaciones punzantes que desencadenaría en cortes como Culpa. A su vez las alusiones a Sufrir de su recordado segundo acto Mena (2010), sería complementada con dos hitazos pop directo a la vena como lo son Que me tome la noche de ese mismo trabajo, y la melódica alegoría juvenil inmortalizada en Al siguiente nivel, que pese a los años sigue sonando tan evocativa y reveladora, como la primera vez que pudimos oírla abriendo los fuegos de su debut.
La intimidad e introspección se harían presentes con mayor complicidad para el final del show cuando la artista interpretó Cámara lenta, aludiendo a la petición de su fanaticada vía Instagram que pedía a gritos que la tocara. Y como no, respondió cantando con el corazón en la mano, así como lo hizo con otro de sus clásicos máximos como Sol de invierno, sonando tan profundamente honesta e inocente como en sus primeros días. Pero no solo eso, porque Javiera Mena todavía guardaba una más para ese íntimo bis piano y voz con su versión de Mujer contra mujer, representativo himno lésbico de Mecano que emocionó a todo el Teatro Coliseo.
Javiera Mena es una institución del pop en español, y eso bien quedó demostrado en este especial reencuentro con un público que creció con sus canciones, viéndose aludido y representado por sus especiales composiciones que en muchos casos significó un verdadero despertar. Ya sea en modo balada o interpelando al baile como con Espada, broche de oro de una noche que quedará marcada en la memoria de todo ese karaoke humano congregado en esta verdadera celebración de la diversidad.
Lista de canciones:
Intro / Sincronización
- Isla de Lesbos
- Luz de piedra de luna
- Debilidad
- La Joya
- Dos
- Esquemas Juveniles
- Otra Era
- Cuando Hablamos
- Intuición
- Yo no te pido la luna (Original de Daniela Romo) / Interludio / Dunas
- Me gustas tú
- Eclipse Total
- Corazón Astral
- Sincronía, Pegaso
- Culpa + Sufrir
- Que me tome la noche
- Al Siguiente Nivel
- Cámara Lenta
- Sol de Invierno
- Mujer contra mujer (Original de Mecano)
- Espada