Déjenme Dormir comienza a dar vuelta la página de lo que sería el gran EP «Mirador», para así comenzar a preparar todo lo que se viene con el siempre tan anhelado álbum debut, habiendo ya entregado dos alentadores adelantos que viran hacia nuevos horizontes, dando un vuelco a su apuesta, aunque claro manteniendo su esencia. Por una parte «Mil Veces Maldito» abarca un sonido directo y constante del rock, con fuertes referencias al espíritu más inmediato de este, cosechando un enfoque de himno capaz de sintonizar con la frustración y la rabia, al contrario de «El Último Cortaviento» con su capacidad nata de agrupar los elementos propios de su pasado EP, funcionando como una suerte de maduración de esta faceta nostálgica de fuerte tacto con el indie rock británico de los noventa, a la vez como una despedida de estos primeros acercamientos musicales. Claro está que la banda apostará a expandir su propuesta, siendo ambas piezas claras representaciones de aquello.
Sobre su último lanzamiento «tiene un doble significado, uno de vínculos y amistades que se desvanecen en el tiempo. Pero también es la despedida de ese dulce pedal de chorus que todos nos compramos, y de la época que tanto marcó. Tiene algo muy colegial esta canción, casi como para los últimos meses de cuarto medio. Una advertencia de que hagas lo que hagas, esos lazos de infancia están destinados a romperse. Todavía no se si es una dosis de nostalgia prematura o el miedo a un futuro no muy prometedor».
Escucha «Mil Veces Maldito» y «El Último Cortaviento» a continuación, además de seguir a Déjenme Dormir en Facebook e Instagram.