Si bien en Chile no existe una industria musical establecida como tal, pequeñas muestras como los Premios Pulsar pueden entregarnos un panorama de lo que acontece en la escena local, funcionando como una forma de reconocimiento tanto para artistas y bandas triunfantes y como vitrina para los nombres nominados que completan las listas. He aquí un pequeño repaso sobre los distintos nombres que se dieron cabida en esta versión 2020, mostrando las palabras que dedicamos en su momento a los diversos álbumes que fueron parte de esta ceremonia.
Revisa los ganadores a continuación.
Connie Castro – Miscelánea
Connie Castro alza la voz y nos entrega uno de los mejores trabajos que hayan salido por esta parte del continente. Deja huellas de grandeza, rastros de proeza y una épica que obedece única y exclusivamente, a la entrega creativa de la cantautora a sus más especiales muestras musicales. Las líricas abordan ese universo interior que Connie luce con una sólida interpretación vocal, la cual danza de manera lúdica y sensitiva con el uso potente de instrumentaciones pulidas con esa mezcolanza latina depre/bolera, a ratos oscura, en otros armonizando la luminosidad etérea de un Folk climatizado con carácter y entrega. Si bien este disco sale el 15 de marzo (viernes), la artista lanzó íntegramente a través de youtube su debut Miscelánea, conmemorando el día internacional de la mujer. Más que un regalo, la voz necesaria para gritar con fuerza todo tipo de injusticias, y un llamado a encontramos con nosotros mismos.
Cami – Monstruo
La cantautora y compositora chilena Cami lanza su segundo álbum de estudio tras Rosa (2018). En este disco Monstruo, Cami revela todo el arsenal de ese estilo único de fusiones, donde representa y rememora el folclore chileno y junto a su portentosa interpretación conmueve con una evolución pristina de su carrera. Con grandes canciones (Funeral ft. WOS) e interpretación, Monstruo respeta esa intimidad e intensidad, con líricas feministas y sencillos potentes en una oda hacia el folclor chileno.
Gianluca – Yin Yang
El chico triste del trap ya no está tan triste y al mismo tiempo está posando su mirada más allá de los límites de los ritmos puramente urbanos que en este primer elepé suenan con una vitalidad no apreciada antes en su incipiente discografía, y eso es porque Gianluca ha crecido, madurado y aprendido, lo que por cierto entabló cierta ambición en sus horizontes artísticos.
“Yin Yang” nos muestra al trapero con una libertad desapegada, con ciertos aires de chico emo cool que de alguna manera en este desinterés encontró la esperanza para tirar para arriba. De ahí que Gianluca manufacturara con mayor detalle su trap alternativo, y por supuesto, se entrometiera con plena seguridad en muestras de reggaetón e incluso indie pop –a propósito de su colaboración con Javiera Mena–.
La narrativa sonora toma cierta altura al llegar al noveno track, dando cierta respuesta y resignificando “Yin Yang” no sólo con el folclor chileno, sino de cierto romanticismo de la trova que de alguna manera viene a insertar en su imaginario mayores esperanza, y al mismo tiempo, encontrando la tan anhelada comunión con su propia tierra.
Como Asesinar a Felipes – Naturaleza Muerta
La apertura total de Como Asesinar a Felipes se baraja entre una encrucijada de nuevas apuestas, al son de detalles que hacen gala de la mejor esencia dispuesta por la banda en los últimos años. Explosivo, con atmósferas que sacuden de todo tipo de scratch y apuestas rítmicas en una puesta de sol que los ve como referentes indiscutidos de la vanguardia nacional; y el mensaje que pesa, sufre y los posiciona dentro de un golpe crítico y reflexivo. Invitados como Chino Moreno o Camila Moreno acompañan esta Naturaleza muerta, adornada de samples y sonidos del bajo mundo, en códigos experimentales y certeros.
Simón Campusano – Brillo
Si no bastara con todo lo que ya nos ha entregado Simón Campusano desde Niños del Cerro, el músico se instala como un referente generacional tan potente, que parece casi ineludible el camino que aguardan sus inquietudes solistas con el lanzamiento de ‘Brillo’, obra definida por el carácter y la vitalidad de un músico entregado al máximo a sus canciones.
Entre narraciones personales, con ciertos agregados que relatan un espacio de introspección que cada uno de nosotros puede expresar a través de la culpa, vergüenza o frustración, siendo la tónica que abraza esas explosivas y nostálgicas muestras de ruido y calma, el disco converge como un oasis de emociones patentes en la lírica poderosa que Campusano despacha en su debut.
Con la ayuda de un cada día más relevante Martín Pérez Roa (Merci Merci) en producción, y un Diego Lorenzini casi igual de iluminado, ‘Brillo’ se muestra tan directo, sencillo y honesto como la sensación de estar observándolo todo y dejar que los ritmos, melodías, interesantes bajos y letras respiren por sí solas. No es sorpresa la excelente visión musical que el músico posee, sin embargo este trabajo consolida todavía más a uno de los artistas más silenciosos y revolucionarios de la década, siendo un testimonio que vale la pena abrazar con fuerza y no dejar ir nunca más.
Fonosida – Dorama
El vuelco que le ha dado Fonosida al concepto de Lo-fi merece más que unos simples parrafos. Una puerta de entrada a los dilemas de la adolescencia, con todo lo traumante y enriquecedor que puede ser esta época de vida, vitaminizada con una propuesta sintética que se viste de Pop, experimental y Electro de la manera más independiente posible, desmarcándose de cualquier ideal y al mismo tiempo, abrazando la evolución lógica de la escena más autogestionada y sincera.
Es hora de desmantelar viejos mitos y este Dorama que dispara directo al corazón, buscando en la memoria, la nostalgia por el dolor y el apego a las emociones más flamantes, confronta la vida con un imaginario bastante literal, descriptivo y evocador. La música aporta un sabor totalmente dramático, alojando esas líricas dignas de llenar en todos nuestros cuadernos personales. Este 2019 se llama Fonosida, ya disponible para darnos un poco de abrigo y adrenalina.
De Lein – Otras Ciudades
De Lein en su EP debut ya desarrolló un sonido intenso que innova de sobremanera en lo que puede hacer el pop acá, y eso es básicamente porque no hay mucho que suene así por estos lados. Un pop de alto coeficiente cultural que tiene un núcleo tan ecléctico que en ningún momento se da la posibilidad de calificar con únicamente una etiqueta, pero si hacemos el intento, dark indie pop parecería razonable, más no suficiente. “Otras Ciudades” ostenta una riqueza de influencias y sonidos dispuestos a atraparnos en sus fauces con synth pop de corte barroco, shoegaze, pop reminiscente de los 80, garage grisáceo que roza los arbores grunge, entre tantas aristas que apreciar que simplemente queda decir que escuchen esto.
Hola Papá – Hola Papá
Reproducir las atmósferas en todas sus disyuntivas opresoras y liberadas, ha sido motivo suficiente para entrelazar los condimentos más imprimibles de la música electrónica, desatando una suerte de zumbido susurrante con características tan corruptoras del Pop mismo, o el concepto de canción. Los movimientos y secuencias con los que Valentina Mardones infiere su propio espacio de creación, tocan los ángulos más complejos de la matemática misma, siendo Hola Papá una muestra ruidosa de la presión enclaustrada en atmósferas cortantes y Loops que se pierden entre los caminos quebradizos del sonido. Al filo de los estragos, carece de cualquier faceta predecible, a la vez que aumenta y disminuye los latidos con una facilidad coherente y atractiva para las neuronas más exigentes de la mente humana.
Jonas Sanche – 27
Llega un punto en la vida en que cumples 27 y la vida parece ponerse un tanto oscura, poco clara, con vaivenes de imágenes y visiones que valen la pena pasar por la juguera, añadirle unos cuantos ingredientes musicales y poblar tan excelsa mezcla con líricas inteligentes, maduras y reales. Jonas Sanche regresa a lo grande con 27, una reflexión sobre la crisis de los 27, el cómo afrontarla, mirando las calles, las raíces musicales del mundo y el cómo poblar los espacios en blanco con un ingenio y un sabor para aplaudir de pie. Jonas suena distinto, alejado de lo más común, adentrándose en un juego de producciones potentes, sentando un estándar de calidad difícil de replicar. 27 reacciona ante todos y todo, pulsando los beat y las letras necesarias para entregarnos una obra legendaria.
Nunca Seremos Dichosos – Kollong
Las cosas para Nunca Seremos Dichosos empezaron a lucir de manera particular al viralizarse –de cierta forma– su canción “Mawiza Ñi Piwke” como la primera pieza de metal escrita en su totalidad en mapudungún. No sólo eso, sino que tanto sus fans de antaño como aquellos que quedaron enganchados con el concepto, percibieron expresamente la evolución en el sonido que en dicho sencillo se encontraba a muchísimos pasos por delante del metalcore –bien único por cierto– de su anterior placa, “Tierra” (2017).
No es como si no se haya percibido el potencial de “Kollong” en los singles lanzados con anterioridad, pero para ser honestos, nadie vio venir la verdadera hecatombe musical que significaría el segundo elepé de los chilenos. En lo estrictamente musical, esto puede ser perfectamente retratado como uno de los grandes pináculos del metal extremo en Chile, y porqué no, a nivel internacional. Digo, “Kollong” es una quimera furiosa que condensa con estricto detalle distintas aristas del metal extremo, tales como el death metal técnico al más puro estilo de Gojira, el particular thrash de Sepultura, así como también permanece la herencia de sus inicios más ligados al metalcore.
Pero por supuesto, lo que sucede en “Kollong” no es por ningún motivo copiar y pegar. Hay una permanente sensación de trascendencia en la que narrativa combativa, rabiosa y urgente surge como una respuesta fulminante ante siglos de represión y saqueos a los pueblos indígenas, que termina por elevar la esencia propia de la banda en lo que decanta en una elaboración única de metal extremo.
Todo suma, todo tiene un propósito, todo se entrelaza en una compleja encrucijada de lo más fascinante con la sobrenatural habilidad de despertar los ávidos deseos de recuperar lo quitado, lo que nos corresponde. Los arreglos complejos que fluyen como un río desbordándose, los detalles de instrumentos autóctonos, las líricas en mapudungún y español, las estructuras rítmicas con clara influencia del folclor nacional.
Nunca Seremos Dichosos engendró su obra maestra, una que dejará marca en la historia del género a nivel nacional –urge que el mundo entero conozca de este álbum–, y que, por las vicisitudes de la vida, se convierte en el soundtrack diario para mucha gente que está luchando desde sus distintos frentes en el presente estallido social en Chile.
Lefutray – Human Delusions
“Human Delusions” es un paso agigantado en la carrera de la agrupación nacional, al ser el primer álbum bajo un sello internacional, siendo la Massacre Records –de Alemania–, la nueva casa discográfica de Lefutray. Es por esa misma razón que el cuarto elepé mantenía una expectación a fuego ardiendo.
Para nuestra gracia, “Human Delusions” cosecha una particular perspectiva, motivada por las tóxicas sinergias de la conducta humana en la sociedad moderna, que llevó a Lefutray a manufacturar una propuesta directa e incendiaria. Pero lo particularmente adictivo no sólo recae en la maestría con la que Juan, Cristian, Yonattan y Miguel derriban los límites de decibeles.
No, aún hay más. Este nuevo lanzamiento en estricto rigor es death metal. Directo, a la vena. Pero dicha etiqueta no le hace justicia, pues el núcleo creativo tiene proporciones inmensas del thrash y el groove –como hemos podido escuchar en su previa carrera–. Es así como conjuran un death bien dinámico, frenético, y bastante sorpresivo. Sin rodeos y directo a la afrenta, pero sin descuidar por ningún segundo la musicalidad. Si hasta pequeñas pistas de melodic death son visibles.
Una bestia única en su especie, y que tanto los fans de Sepultura, Lamb Of God y At The Gates como los fanáticos del death metal pueden disfrutar. Grandioso álbum.
Huinca – América Letrina
Mauricio Contreras, el único miembro original restante de la banda, ha sacado toda su ambición con esta nueva –y esperadísima– placa de Huinca, “America Letrina”. Una producción de mayor calibre, grabado por Tom van Heesch –ingeniero de bandas como Rammstein y Entombed A.D.– y que se trabajó a pulso en estudios con sede en Alemania, Suecia, y por supuesto, Chile. Así, con esos datos, las expectativas por la espera y con tamaños antecedentes eran bastante altas.
Expectativas superadas. Sí, Huinca se siente más libre en sus propósitos y aprovecha cada aspecto contenido en el ADN creativo de Contreras para aleonar estos cánticos de crítica sociopolítica. Así, con una estructura primordialmente de thrash y heavy metal, lo cierto es que “América Letrina” es una criatura única en su especie. La razón principal de ello es el sumo respeto y entendimiento por la identidad, manifestándose con naturalidad toda esa sangre criolla que otorga de personalidad los delirios más distorsionados así como los más melódicos –con toques progresivos exquisitos–.
Así, Huinca ya no sólo es una gigantesca maquinaria de riffs, sino también un sólido manifiesto que deja al descubierto toda la basura de la sociedad moderna de la manera más ácida y punzante posible. Pero por sobre todo, es un llamado de atención al pueblo latinoamericano.
Zebra 93 – Atemporal
Cuando los álbumes se preparan con mucha dedicación y esfuerzo, el resultado se nota. Hace varios meses que teníamos noticias de Zebra 93, entre algunas canciones que tanteaban el terreno para lo que seguramente, significaría su trabajo más importante. El debut en larga duración llegó y es imposible no festejar. Atempoiral es de esos discos que marcarán tendencia, no solo en la actualidad, si no que en un futuro próximo, haciendo suyo diversos géneros, dándoles una vuelta bastante auspiciosa e inspirada, siendo su faceta más Neo Disco el punto de partida, para ahondar en sonoridades pomposas y abiertas a la navegación compositiva. Una obra que explora el lado más sofisticado del Pop, armando un desfile de influencias que no hacen más que sumar a la esencia misma de la banda que de seguro, le cambiará la cara a la música Chilena, de cara a la próxima década.
Entrópica – Formas
“Formas” es una expulsión de las vibras más fascinantes y vívidas de Entropica, quien en este álbum resalta por sobre todas las cosas el sentido del pop que llega a distintas formas gracias a su ímpetu en su labor como productora –de ahí que se sienta tan patente el aspecto electro de todo el asunto–. Es justamente por ello que esta base instrumental de carácter estructural cumpla un papel tan fundamental, al dar espacio con amplio margen a los arreglos, detalles e influencias de distinta índole. Dicho de otra manera, “Formas” no sólo celebra el electropop que alcanza una cumbre atrapante y viciosa, sino que destapa anhelos new wave, funk, rock latino, e incluso delicadas piezas de ingrediente folk.
Sí, distintas figuras y siluetas congenian en esta nueva declaración de Entropica, una aventurera e investigativa de su propio ser, dosificando en altísimos niveles el aspecto de personalidad, siendo el gran conector en todo este álbum tan ecléctico –pero aún así de un tono tan claro y sólido como el cristal–. Es cosa de poner atención a la interpretación vocal de la chilena, manifestándose polimorfa y camaleónica. Discazo.
Kuervos del Sur – Canto a lo Brujo
A estas alturas, los Kuervos del Sur son una eminencia de la música chilena, entablando una conexión necesaria entre el folclor progresivo de Los Jaivas y Congreso, con una forma más clásica de rock. ¿Qué tiene que ofrecer “Canto a Lo Brujo” para su carrera? Pues bien, endurecer más su sonido, y entregarse de una manera más directa al rock lo que indefectiblemente terminará por revolucionar su sonido. Digo, es cosa de escuchar riffs como de “El Brujo“, facturado al más puro estilo Deftones.
Así las cosas, Kuervos del Sur tiene una propuesta lo suficientemente rica en nutrientes, cosa que al buscar nuevos balances, todo cobra armonía y lucen nuevas formas de ejecución de su música, que si bien su carácter popular y épico se mantiene a flote en todo momento, es predominantemente progresivo, y he ahí su gran logro.
Tus Amigos Nuevos – Persisten
La banda nacional de “rock bailable” concretan su nuevo registro denominado Persisten. Un álbum casi grabado “en vivo” que conectan magníficamente ese espíritu revoltoso con arreglos y riffs estridentes y un sonido muy orgánico. Persisten se basa muy bien en esas pinceladas cercanos al “afropop“, contenidas dentro de un sentido más progresivo y art rock. El uso de canciones más aceleradas, detonantes del baile y amenas conservan bien esa cinética del álbum, con tracks como Ideas Chicas, Coctel de Pirotecnia -con ese sonido muy reminiscente del álbum debut de Foals- o Mucha Paja, sintonizan esa fuerza jovial que pretenden expresar Tus Amigos Nuevos, con líricas y rimas coloquiales, sin entramar tanto en lo profundo y profundizar en lo irónico, que le pega muy bien al estilo de este disco. Persisten logra convencer, logra estremecer y conllevar a sentir un gran renacer dentro de la industria nacional.
Diego Lorenzini – De algo hay que morir
Finalmente Diego Lorenzini ha a aceptado su papel como músico dentro de una escena que a gritos pide canciones que definan los tiempos en los que vivimos, sentimos, sufrimos, lloramos y respiramos. La respuesta íntima entre una vibra Folk con alcances contemporáneos que no ven límites en sí misma, se ve fuertemente cargada a un sentir generacional en donde lo musical suena tan atractivo y detallista como el alma mis a de las letras que se acercan a pasos agigantados a la relevancia natural del cancionero nacional. ‘De algo hay que morir’ pareciera aportar un manifiesto rupturista al como hacemos y percibimos la música, siendo su búsqueda un elemento conciliador que va adornando cada momento del álbum, con una honesta arrogancia de autor que fija un detallismo único e imperecedero. Los aprendizajes están presentes como una mochila cargada de frases para la posterioridad, susurrando un cancionero dorado en “Tu amor es como un billete de luca”, “Spoiler”, “Mierda” o “Felipe Camiroaga”.
Lorenzini también expresa su sentimiento colectivo invitando a Niña Tormenta, Chini o Rosario Alfonso (parte del escuadrón Uva Robot), incluso a Erlend Øye (The Whitest Boy Alive), inundando la obra de grandes destellos creativos que involucran un sello tan distintivo como persistente en la música del Talquino. Una obra para disfrutar, adentrarse en ella, rayar en la muralla o tu cuaderno sus frases, tocar sus temas en las fogatas o incluso plagiarlas de manera personal, porque más allá de todo lo que Diego haya dejado aquí, existen cosas que de seguro adornarán el futuro de toda una nueva generación que verá en esta pieza, un motivo para aclimatar los ánimos al presente, en pos del cambio, la reivindicación y el rescate de esas historias que jamás volverán.
IIOII – Hacia donde va el agua
Gio Foschino y Nicolás Alvarado le han dado una nueva cara a la electrónica nacional desde hace varios años, y créanme que como fanático de lo que han hecho con IIOII, esperaba mucho este disco. Hacia donde va el agua nos invita a un trance por la electrónica más inteligente, desatada, precisa y contemplativa, con varios elementos Ambient, sincronizados por la acción rompedora de una música sintética enlazada bajo el alero personal de la música. El dúo secciona las noches y los días, las sombras y luces, parte integral del viaje interno que logra emocionar, transmitir ideas y vislumbrar una manera apasionada de generar pistas dispuestas a moverte el piso. Los artífices de tamaña obra le han añadido un espectro renovador a la escena, partiendo por su función en el sello Isla y que finalmente ve tanto esfuerzo y trabajo más que recompensado. Un orgullo poder reseñar este disco.
