No es tan común ver a un artista pasar de interpretar música cercana al jazz y el prog a algo más pop, aunque en el caso de Zuñiga las cosas parecen haber tomado un rumbo natural hacia lo que terminó siendo su primer álbum. De esta manera nace este trabajo homónimo, que en su pegadizo acercamiento a las composiciones logra llamar la atención, precisamente por el resultado colorido y expresivo que profesa.
Un cambio en los hábitos de hacer/tocar música, impulsado por las dinámicas de trabajo con los productores Antonio Caballero (Centella) y Gonzalo García (Planeta No), culmina gran parte de su éxito creativo. 8 canciones frescas, expresivas e instintivas que recurren a lugares comunes del indie pop, y de paso, entregan sin prejuicios una experiencia entretenida de escuchar.
La fluidez con la que Zuñiga va desvelando sus piezas resulta un factor clave al momento de palpar sus atractivos sonoros, en medio de emociones que habitan momentos electrizantes como en «Viajass» a otros más emotivos y pacientes tipo «Amiga pena». Por otro lado, la esencia fresca y ganchera de «SANVI-STGO» se equilibra con el carácter sofisticado de «Simón», o la melosa y melódica «Tarda pero sana», evidenciando la versatilidad de un registro que encapsula su espíritu lúdico sin miedo.
«遅いけど治ります», su corte final -reversión de la apertura «Tarda pero sana»-, puede sonar exagerado como ejemplo de esta visión libre, pero funciona como una especie de ending. Digamos, una buena primera temporada con pinta a expandirse.
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Prensa por Agujita
Foto por @maria.jose.tapia