Durante las últimas semanas de Noviembre se estrenará El Tiempo que Tenemos, la nueva película de la productoras SunnyMarch y Shoebox Films, protagonizada por Florence Pugh y Andrew Garfield, actores que cuentan con una famosa trayectoria y una química increíble, retratada a través de actuaciones que llegan a una profunda sensibilidad.
El Tiempo que Tenemos; Reflexiones y Aprendizajes sobre vivir desde el Amor
El largometraje se centra en la historia de Tobias y Almut, una pareja que vive una vida centrada en el amor, algo que los motiva a ambos para seguir en el día a día. La película cuenta con una narrativa constantemente develadora, ya que continuamente oscila entre sucesos del pasado, del presente y a veces incluso del futuro, lo que conforma una historia dinámica que se explica a sí misma conforme avanza la trama.
Esto último se ve principalmente representado en los momentos donde conocemos el trasfondo de los personajes, en la historia de como Tobias y Almut fueron unidos por las casualidades de la vida, hasta que deciden emprender juntos una vida basada en el amor, lo que trae partes de la historia conmovedoras y sentimentales, haciéndonos comprender la fortaleza de su relación y convivencia. Aunque aquello también trae las complicaciones personales de cada uno, lo que si bien se interpone entre ellos, juntos logran sobreponerse ante parte de ellas.
Una Historia Sobre el Amor, el Tiempo y la Permanencia
El Tiempo que Tenemos gira en torno a una gran dificultad que enfrenta la pareja de protagonistas, algo que cambiará la vida que comparten y que planifican, algo que también guarda un historial en parte del pasado que comparten.
A lo largo del historia se exploran temas como el sentido de los logros y anhelos personales, el compromiso con la familia, las prioridades que les damos a las personas y nuestras ocupaciones en nuestras vidas, en conjunto a lo que significa enfrentar y conciliar a través de una relación formativa lo que la vida trae en sus andanzas.
El relato resulta profundamente emotivo, sus reflexiones impactan personalmente en la emocionalidad que detona su narrativa, en conjunto a que, además de ser una buena historia, su puesta en escena a partir de la cinematografía y las actuaciones dejan una huella en la experiencia singular; su manera de narrar y retratar los hechos dejan un aprendizaje abierto a interpretación e involucramiento del espectador.
