Tiny Fest
Live Review

Tiny Fest – Día 1: Groove en constante movimiento

Escrito por Antonia Hernández
Fotos por Omar Yanez

Si algo destacó en la primera jornada de Sesiones Tiny Fest, fue en el evidente punto en común que tenían todos los nombres que se presentaron en el escenario del Teatro La Cúpula. En resumen, cada propuesta dialogaba con el jazz ya sea como base o influencia; Yussef Dayes siendo representante del jazz fusion, y los nombres nacionales Como Asesinar a Felipes y III Puñales teniendo el jazz rap en las venas –con un enfoque experimental–.

III Puñales abrió Tiny Fest

III Puñales fueron los encargados de abrir la jornada, de manera puntual a las 19:30hrs el escenario del Teatro La Cúpula se llenó de los ritmos hip hop de la agrupación chilena, en una presentación que contó con Rodrigo Castro en voz, Cristian Aranda en batería y Moisés Orellana en el trombón. Así, los primeros asistentes del festival fueron bienvenidos por un sonido particular, combinando un rap más tradicional con influencias electrónicas e incluso jazz, la agrupación logró hacerse paso entre los oídos atentos del público, quienes comenzaban a aclimatarse para una jornada llena de sonidos originales y una diversidad de estilos de jazz.

El clásico: Cómo Asesinar a Felipes

Cómo Asesinar a Felipes fueron los segundos de la tarde. Pasadas las 20:30 hrs., el frontman de la banda Koala Contreras subió al escenario con su ya conocido rap rítmico y certero, acompañado por banda completa, quienes incluyeron en el escenario del Tiny Fest armonías cercanas al trip-hop y un jazz ciertamente psicodélico. CAF ofreció un show de una hora que logró levantar los ánimos en preparación del plato principal que se acercaba, con una música que estuvo particularmente elevada en los bajos, la banda chilena entonó algunas de sus canciones más reconocidas tras casi 20 años de trayectoria, recordando y remarcando su lugar dentro de la escena nacional del jazz y hip hop más experimentales.

El turno de The Yussef Dayes Experience

Una vez el reloj marcó las 22:00hrs, y tras un intermedio que se hizo sumamente corto gracias a la emoción de los asistentes y a los distintos espacios de distensión dentro del Beer Garden que ofreció el festival, fue el turno de The Yussef Dayes Experience de subir al escenario, en lo que fue un espectáculo fraternal y sumamente virtuoso, donde la propuesta genuina de jazz del baterista británico Yussef Dayes permitió dar cierre a una jornada única y con una cadencia particular.

Con ritmos que recuerdan al doo-bop de Miles Davis, la batería de Tony Williams, y a ciertas composiciones de Sade, la propuesta de Yussef Dayes es una adición refrescante dentro del jazz contemporáneo; una composición que combina influencias musicales de manera expresiva y sobretodo personal. Algo que quedó demostrado este martes en Teatro la Cúpula por medio de un show que trajo a nuestro país lo más orgánico y rítmico de este nuevo jazz, incorporando sonidos hip hop, electrónicos y texturas únicas.

Durante la hora y media que Yussef estuvo en el escenario, la conversación fue amigable y acogedora; el artista llegó a Chile hace más de una semana, y en su visita tuvo la oportunidad de recorrer nuestro territorio en vastedad, visitando tanto la Patagonia y el Lago Llanquihue, como los paisajes del Cajón del Maipo y los horizontes estrellados del San Pedro de Atacama. Así, recalcando la belleza natural que pudo experimentar en estos últimos días, el show de Yussef se planteó, de cierta forma, como una celebración de estas experiencias emotivas y contemplativas, algo más cercano a una experiencia rítmica que un simple concierto incidental.

Así es como se reconoce a Yussef como un artista que ofrece un particular aire de autenticidad, que con su banda, compuesta por Rocco Palladino, Malik Venna y Elijah Fox, lograron construir un ambiente cercano y cálido con la audiencia. La presentación incluyó una serie de momentos que reforzaron este carácter íntimo de la jornada, en donde Yussef no sólo estableció conversación con el público, recalcando anécdotas sobre su visita a nuestro país y sus paisajes naturales, sino que desarrolló ciertos juegos de interacción con la audiencia, creando una especie de jamming que incluyó aplausos y gritos por parte de los asistentes.

El álbum debut del artista como solista, ‘Black Classical Music’, llegó al mundo el año pasado tras una serie de colaboraciones previas con músicos reconocidos dentro de la escena, y un trabajo anterior dentro del dúo Yussef Kamaal, que lo habían posicionado ya como parte de una nueva generación de vanguardia de la música jazz. Este disco le aseguró la categoría de mejor álbum dentro de los Ivor Novello Awards, y una nominación a mejor nuevo artista dentro de los Brit Awards, una consolidación de su propuesta como compositor, y una distinción de sus armonías y ritmos como una idea sumamente prometedora dentro del panorama del jazz.

A medida avanzó la noche, y con la incorporación del sonido del saxofón de lleno y la suma de canciones con influencias afrobeat y grime, el show adquirió un desarrollo en crescendo, donde se fue afianzando la relación entre la audiencia y los músicos, soltándose cada uno al ritmo de la música y dejándose llevar por el lenguaje universal del jazz y el particular ritmo de la batería; hacia las últimas canciones, tras un pequeño encore y un certero sólo de batería por parte de Yussef, no quedaba alma en Tiny Fest que no hubiera sido poseída por la música de toda la banda, habiéndose levantado todos los asistentes para moverse en unísono.

Antonia Hernández

Escritora aficionada, fanática de las películas de terror y la música triste

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