Por Scarlett Orellana
Solemos abrazar al amor, la confusión y la felicidad, pero ¿qué sucede con esos sentimientos más oscuros? Es justo esa la interrogante que pone sobre la mesa Leo Rizzi con “PÁJARO AZUL”, su álbum debut.
El artista cosmopolita que explotó las diversas plataformas con “Amapolas” en 2021, tres años después nos entrega su carta de presentación oficial. Demostrando la capacidad lírica, metafórica y sonora que posee el español-uruguayo.
Un verdadero viaje que nos lleva por diversas emociones que se enlazan con este sonido alternativo, inspirado en el pop rock latino y anglosajón de los 2000. Además, de contar con guiños pertenecientes a sus raíces tras vivir en Uruguay e Ibiza.
Cada canción refleja a la perfección quién es Leo Rizzi, la meticulosidad con la que trabaja y la experiencia que desea entregar con cada reproducción. Una que se expande aún más al uno ser consciente del concepto en común que comparte su álbum con un cuento.
Bajo este marco, Expectador se sumó a este vuelo y conversó en profundidad con Leo Rizzi sobre este “PÁJARO AZUL” que pronto abrirá sus alas para llegar a diversos puntos de Latinoamérica y España con su tour.
Hoy, en plena primavera, dejo abierta la puerta de la jaula al pájaro azul.
Rubén Darío
Conectar con aquello que ignoramos
En la intro de tu álbum dices «yo tenía un pájaro azul metido en la cabeza» igual a Garcín, personaje que aparece en este relato nicaragüense llamado de la misma forma. Para este personaje el tener un pájaro azul es la respuesta a esa sonrisa amarga, a esa tristeza. ¿Qué significa tener un pájaro azul para Leo Rizzi?
Bueno, gracias por introducirlo así. La verdad es que “El pájaro azul” de Ruben Darío tiene un poco esa tónica, como ese concepto. Y realmente para mí ese pájaro azul provoca un poco lo mismo. Esa desconexión con la realidad que de alguna forma te hace sentir más triste o más negativo.
Uno se separa y se aísla de lo que es cierto y de alguna forma se intoxica con pensamientos que al final son provocados por ese pájaro azul. Creo que todos tenemos ese pájaro, si no me equivoco, espero que sea así la verdad, si no sería un fraude para mí (risas).Y creo que en cierto sentido el arte de esta vida es aprender a lidiar con su vuelo y por eso es tan especial para mí este disco.
Cuando uno ingresa a tu página te ve a ti en una especie de caja o cubo y a un pájaro azul dando vueltas. Además, tú sales con alas y me gustaría saber si tiene algo que ver con tu canción “ÁNGEL CAÍDO” o qué trasfondo hay realmente de este símbolo.
Pues mira, la verdad es que el símbolo de las alas siempre tiene que ver con esto de representar el pájaro. De alguna manera siempre es como esa necesidad de ponerme en su piel y entender su vuelo para poder hablar con él. Entonces no está relacionado tanto con “Ángel Caído”.
Si bien puede estar de alguna forma simbólicamente relacionado porque al final la portada, por ejemplo, también tiene esas alas que parece como de un ángel, pero es más como la encarnación de ese pájaro azul.
Esto soy yo: Esto es Leo Rizzi
Continuando con tu proceso creativo, PÁJARO AZUL es tu álbum debut, es tu carta de presentación oficial. Si bien te venimos conociendo desde “Amapolas”, que fue una canción que abrazamos todos desde distintas plataformas, este es el gran grito sobre quién eres. Pero ¿cómo fue el camino previo para lograr este disco que podemos disfrutar actualmente?
La verdad es que fue un proceso muy largo. Fueron dos años de trabajo, pero siento que también era necesario tenerlo muy claro, porque era justo eso, decir “Esto es Leo Rizzi”.
Y para eso era necesario tenerlo muy claro y proponerlo de una. Siento que se ha conseguido y por eso estamos muy orgullosos desde el equipo. Es una pieza con una unidad muy fuerte y siento que también dice mucho del proyecto. Por eso estamos muy felices, porque creo que se ha conseguido, ¿sabes? Así que nada, el trabajo invertido pues realmente ha sido bastante recompensado.
En este camino de mostrar tu identidad es imposible dejar de lado tu riqueza multicultural. Este poquito de Ibiza y de Uruguay que siempre llevas contigo. De estas dos culturas ¿qué sientes qué es lo que más se refleja en tu música?
Para mí siempre fue fundamental eso, de cada cultura entender algo diferente y no tan solo a nivel musical. Yo creo que cada vez que vas a algún lugar nuevo aprendes algo y creo que eso fue lo que me llevó a entender diferentes formas en el mundo.
Al final el rock nacional de Uruguay es una cosa y el rock de España es otra y viven paralelamente, pero no se tocan. Pocas veces se filtra una cosa en la otra y es porque son códigos muy personales y en este disco creo que lo más interesante fue intentar mezclar ambas cosas, la cultura latina con la cultura ibérica.
Fue una de las cosas más difíciles en mi cabeza el decir dónde está mi identidad. A la vez, es un reflejo muy directo a también dónde está mi identidad a nivel personal al ser uruguayo-español. Tengo esa dualidad y siento que en este disco también existe esto.
Hay canciones que tienen tintes más latinos, otras que tienen tintes más europeos y eso también creo que es una propuesta más inconsciente, pero que también está ahí en este álbum.
Leo, de este disco que fue lanzado el 27 de septiembre tuvimos unos pequeños vistazos previos a su lanzamiento. Un ejemplo es “MALVAS”, canción que tienes junto a Paty Cantú, y que bueno tiene todo un contexto ligado a una serie y a esa sensación de despedida. ¿Cómo llegan a esta idea junto a Paty?
Pues mira, “MALVAS” es un tema muy especial la verdad, porque es de las joyas del disco. Para mí es un tema con una temática muy personal, que estamos pasando dos momentos difíciles de nuestras vidas y de alguna manera era un poco eso.
Regalar esta canción a esas personas en vida, que no queremos que nunca se vayan, pero que el día que se vayan sepan que van a tener una malva en su nombre y eso para nosotros era fundamental. Crear ese jardín de malvas con todas esas personas que nosotros amamos.
Entonces claro, trabajar con Paty fue brutal, porque es un artista con mucha experiencia y con mucho saber. Creo que no es solo cantar bien en esta industria y se nota mucho que Paty lo tiene clarísimo. Es una persona carismática que tiene una presencia increíble en directo, tiene una capacidad de composición brutal también y en el estudio lo demostró.
PÁJARO AZUL tiene 13 canciones y es un viaje, o más bien un vuelo, de alrededor de 40 minutos. ¿Cuál fue la canción que más te costó sacar de ti y cuál fue la que se dio con más facilidad?
Pues mira, yo diría que la más difícil de sacar fue “desvanecer”, porque teníamos una propuesta con muchas melodías para esa canción, como que salían melodías por todos lados y era tan difícil seleccionar las buenas o las que más me gustaban que fue una movida. Estuvimos semanas intentando descifrar y al final bueno, se simplificó que era como la respuesta más evidente y salió la canción.
Pero sí fue un tema muy complicado, porque tenía un peso emocional, pero a la vez una complejidad y una oscuridad que era como uff (risas), demasiada densidad para trabajar, pero al final ha quedado un tema precioso.
Y luego la más fácil de todas, no sé qué decirte porque una que haya salido como así de una mmmm voy hacer un repaso ¿vale?. Igual diría que “ZEPPELIN” que la compuse en el hotel después de hablar con Zahara una noche. Me levanté al día siguiente y fue como necesito componer esto y bajé la batería, baje la armonía, la letra, la trabajé en ese momento y de repente salió de una, o sea, creo que fue de las canciones más rápidas.
Que comience el vuelo
Estás ad portas de comenzar tu gira. ¿Qué tal van esos nervios de querer reencontrarte con tu público y cómo los estás afrontando?
La verdad es que es lindo, porque es como poder empezar otra vez el tour, empieza otra vez la magia que siempre siento cuando voy a Latinoamérica por ejemplo. Y entonces también me hace muy feliz, así que para mí un tour por España y Latinoamérica significa vivirla, vivir la música que hago y compartir este nuevo trabajo y es todo.
Realmente cuando voy allá, estoy en una sala, la sala está llena y la gente está loca por cantar las canciones, a mí esto me encanta, me vuelve loco.
Leo, el año pasado, el 18 de mayo exactamente, te presentaste en Club Chocolate acá en Chile ¿Qué nos podrías comentar de ese momento? ¿Te gustaría volver?
Totalmente. El público chileno es maravilloso, o sea, siento que fue de los conciertos más heavys que viví nunca. Fue el primero que hicimos por Latinoamérica si no recuerdo mal y no sabíamos qué esperar, íbamos con un formato nuevo y más reducido, porque al principio no podíamos llevar a toda la banda.
Y con eso la gente se animó un montón y siento que fue una experiencia súper emocionante, ver a la gente tan contenta y cantando las canciones así con tan pocos elementos. Entonces recuerdo muy guay, esa sala Chocolate con 500 personas ahí dándolo todo, la verdad es que sí.
Ya para ir finalizando tengo dos preguntas, una de ellas es con respecto al Leo de “Amapolas” y Leo de “PÁJARO AZUL”. ¿Qué rescatas del primer Leo y qué le dirías?
Pues creo que le diría que hay que seguir componiendo las mismas canciones y llenándote el alma porque ahí está lo importante. Que no deje de trabajar con el corazón en la mano. Que no lo suelte. Que no tenga esa necesidad de buscar nada que supere a un éxito, sino que busque hacia su alma.
Que linda esa reflexión. Y ya la última pregunta es ¿qué mensaje le darías a alguien que nunca ha escuchado a Leo Rizzi para que de el paso y conozca tu música?
O sea, primero es un disco para gente intensa, hay canciones movidas, pero si te gusta la intensidad, esto es. Porque es como un viaje emocional, es un viaje un poco estoico, un poco personal de pasar por el barro para resurgir.
Creo que si estás pasando por un momento así más delicado, creo que escucharlo te va a hacer conectar con aquello que no quieres ver, quizás, pero que cuando termines vas a querer comerte el mundo.
Y no sé, si a aquella gente también le gusta el pop, el rock y alternativo, también es su disco. Es una música que ha estado muy minuciosamente confeccionada para que suene de una forma como fresca, etérea y linda.