Entrevista

Frank de Valium: «Nos dejaron de llamar banda emergente después de que ya habíamos cumplido 10 años tocando”

Por Franco Ascui Fuenzalida

Francisco «Frank» Fernández es un Ingeniero en Sonido, músico y productor con más de 20 años de carrera. Siendo miembro fundador, bajista y cantante principal de Valium, banda punk que estuvo activa del 2005 al 2018, Frank viajó por todo Chile y salió al extranjero a punta de la autogestión y esfuerzo.

Por si fuera poco, desde el 2011 forma parte del equipo técnico de la Moral Distraída, siendo el miembro más antiguo del proyecto con 13 años de experiencia haciendo sonido en todo tipo de escenarios a lo largo del país.

Foto: Pablo Go

A comienzos de septiembre, Expectador conversó con Frank en Plectrum Studio sobre su carrera, su presente como bajista en la banda punk Bala Loka y de las influencias que lo inspiraron a transformarse en un trabajador de la música.


Anduve investigando la historia de Valium, también de lo que has hecho con Bala Loka. Me voy a quedar con una cosa que dijiste en un programa durante la pandemia, que se llama Sonidos con Propuesta, conducido por Nicolás Merino, periodista de Expectador.

Perfecto.

 

Tú dijiste que el punk no le da de comer a nadie. ¿Cómo eso se traduce a tu actualidad y cuáles son los proyectos que estás abordando ahora como un profesional y un trabajador de la música?

La frase se mantiene exactamente igual. El punk no le da de comer a nadie. Porque todos los que estamos involucrados de alguna manera, lo hacemos porque nos gusta, porque queremos hacerlo funcionar. Sin ir más lejos, las mismas productoras que hoy en día están trayendo conciertos espero que estén sacando alguna ganancia de la hueá. Pero en el fondo, si tú buscai dedicarte 24/7, tienes que ser NoFX o Descendents, que pueden viajar por el mundo y cobrar una millonada y vivir de eso. Pero en la realidad actual, difícil. Espero que los Fiskales la estén haciendo tocando 57 veces por fin de semana, pero la realidad local no es así.

En todo el periodo que estuvimos tocando con los Valium, creo que nos dejaron de llamar la banda emergente después de que ya habíamos cumplido 10 años tocando

Te pasai un largo periodo de tu vida sacándote la chucha para que sigas siendo la banda nueva. Esa weá siempre me chocó. Pero es que también cuando llegamos y aparecimos tocando, las bandas que habían detrás o las que ya llevaban más tiempo que uno eran los BBS y los Fiskales. No había escalones intermedios. Habían 157 bandas nuevas y las bandas antiguas, ¿Cuáles son? Machuca, BBS y Fiskales, no hay más. O quizás hay un par más, pero no son muchas. Al lado de ellos, todos los demás éramos bandas emergentes, por siempre. 

Foto: Scatt Rose, Septiembre 2012, Puerto Montt.

Ahora tú te estás dedicando casi que full time a ser trabajador de la música en todos los sentidos. ¿Me podrías contar, por ejemplo, lo que estai haciendo en este minuto con La Moral Distraída? 

Sí, por supuesto. Mira, lo que pasa es que yo, además de ser un weón metido en el punk y tocar en Valium desde muy chico, estudié sonido. Desde cabro chico me gustó. Yo era el encargado en el colegio de agarrar los parlantes y armar los actos. Cuando iba a haber un acto en el colegio me iban a sacar de la sala como 20 minutos antes y yo era el encargado de conectar los micrófonos y todo. Siempre tuve mucho interés en hacer funcionar las máquinas. Después, cuando empezamos a tocar con la primera banda que yo tuve – de eso sí que no hay registro – íbamos a una sala de ensayo en La Florida, en el Ocultavio que se llamaba. Era una casa demolida por dentro y al fondo tenía un escenario, que era como de 10 centímetros de altura y tenía una reja.

Era un clásico llegar a cualquier lugar y que los equipos no funcionaran bien. De ahí yo dije, «bueno, quiero aprender a hacer funcionar los equipos, porque ¿Cómo es posible que a todos los lugares que vayamos nadie sepa andar la máquina?». Siempre la culpa es del sonidista, ¿no? «Es que el sonidista es malo, es que el sonidista anda de malas, es que el weón es pesado, que esto, que lo otro».

Llegó un momento en que dije “yo quiero aprender a hacer esa weá para romper ese problema”. Entonces me metí a estudiar Ingeniería en Sonido cuando chico. Ya habíamos grabado el demo de Valium, yo lo grabé con un computador y así a dos pistas grabando una batería con dos micrófonos. Con lo que teníamos a mano nomás.

 

¿Es lo primero que sacaron con AudioSlam? 

De hecho, creo que el demo ni siquiera entró. No le puse ni nombre a Audioslam todavía, aún no existía el concepto, como que lo fui pensando después, yo creo. Pero fue la primera hueá que hicimos, que de hecho la carátula era como una fotocopia. Los CD’s los escribí a mano, le escribía las cancioncitas alrededor. Cuando eres un niño y tenís mucho tiempo, y un plumón en la mano… Entonces, a partir de eso, yo me metí a estudiar Ingeniería. En ese proceso de estudiar Ingeniería en Sonido y de tener una banda fui aplicando automáticamente todo lo que yo iba aprendiendo. Me fui comprando equipos también de cabro chico, puras weás que hoy en día no valen nada, pero en ese entonces yo no tenía nada.

Tener una consola de sonido, conectar cuatro micrófonos y meterlo en un parlante para mí era lo máximo. 

Foto: Pepe Von Marttens

Mi llegada a la Moral Distraída también es muy chistosa, te la voy a contar. Se dio por hueás del destino que terminé una vez en Chillán, de vacaciones con mi pareja, que tiene familia en Chillán. Resulta que ella es prima en segundo grado con los ex vocalistas de La Moral Distraída. Entonces me dice, «oye mira, viene la banda de mis primos, que van a tocar por primera vez en Chillán». La banda llevaba seis meses de funcionamiento y nosotros los fuimos a ver el primero de enero del 2011. Primera vez que vienen la banda de los primos, va toda la familia y la hueá. Vamos.

Estamos esperando en la puerta para pagar la entrada y entrar y en eso sale el Abel con una cara de tres metros.

“Abelito ¿qué pasó?”.

– «No, es que nos falló el sonidista» – dice – «nos quedamos sin sonidista y el show es en una hora más».

El tío de la Marice se da vuelta y le dice:

«Pero el Frank acaba de salir de la carrera”.

El Abel me queda mirando. “¿En serio, hueón?”

Me agarra de un ala y me tira para adentro. Ese fue mi primer show con La Moral Distraída, el primero de enero del 2011. De ahí para adelante soy parte de la banda.

Yo había recién salido de la carrera, ellos recién eran una banda, nos enganchamos temprano y hasta el día de hoy estoy trabajando con ellos.

Por otro lado, con la salida de los hermanos Zicavo, que son por quienes yo llegué a la banda en ese entonces, ahora que se fueron ellos, la banda es distinta. Son otros músicos, es otra la popularidad también que tiene el proyecto ahora. Con esos cambios, ahora soy yo el integrante más antiguo de la banda (se ríe). Ninguno de los músicos llegó antes que yo. 

Con La Moral yo siempre he sido el encargado del sonido. Igual, el equipo de La Moral ha pasado por muchos intercambios de gente, como cualquier pega en el fondo, como cualquier banda. Imagínate, ya llevo 13 años con los muchachos. En 13 años es difícil que se mantenga un equipo estable. De hecho, cuando yo llegué a La Moral, no había equipo técnico. Eran los músicos y era yo el único encargado técnico de la banda. Después, con el tiempo, la weá fue mutando, fue creciendo.

Ya en los mejores años de La Moral Distraída, éramos un equipo técnico de ocho personas: era el sonidista de sala, que era yo, sonidista de monitores, el Checho, el stage manager, que también es roadie, dos roadies más. Siempre había tres personas en el escenario, el iluminador, el visualista, a veces andaba una fotógrafa, y la tour manager, que siempre anda para todos lados porque se encarga de gestionar toda la logística de los viajes y las cosas. En ese entonces nos movíamos caleta. Te digo que en el periodo 2017-2018 hacíamos como en promedio unos 15 shows mensuales en verano. Una locura.

 

Tocar así durante los días de semana en Chile, siendo una banda nacional, es un logro, es un hito, yo creo. 

Tal cual. Entonces, toda mi gestión y mis funciones con La Moral Distraída han ido mutando también con el tiempo. Sigo siendo el chofer del vehículo cuando hay que mover los equipos en Santiago, tengo un furgoncito chiquitito. Si toca La Moral, yo y el stage manager y un roadie vamos a buscar las cosas, cargamos la camioneta, llegamos allá y nos encargamos de montar todo. También llevo los micrófonos, soy el encargado de instalar los sistemas inalámbricos, el tema del monitoreo.

Ahora, como te digo, la banda está con menos plata que antes, porque ya no tienen la popularidad que tenían antes. De todo ese equipo de 8 personas, nos quedamos 3 nomás. Ahora en el escenario, en vez de 3 roadies, hay 1 o 2. En sonido, que éramos 2 personas con funciones distintas, ahora yo hago las dos funciones juntas y hago todo desde la misma consola, ¿Cachai? Siento que ahora trabajo más que antes porque hay menos gente para hacerlo. 

¿Cuáles son los estándares primordiales que debe tener una banda punk? ¿Qué es lo que nunca tiene que fallar para una banda punk?

La actitud. Siento que sobre todo si hablamos así como estrictamente de una banda punk, la actitud es más importante que todo lo demás. Puede estar desafinado, te puede fallar el cable… Como que está mucho más permitido ese tipo de errores técnicos, que sí, es una mierda cuando te pasan, pero entendiendo el contexto, está mucho más permitido. Incluso equivocarte con la letra, yo me equivocaba muchas veces. De repente se me iba la letra y terminaba inventando otra letra en el momento que calzara con la melodía y lo lograba. Por suerte para eso tengo una mente muy ágil, como para cambiar letras en el momento. Para nada más, (risas) para todo lo demás soy súper lento. Pero yo creo que lo primordial es la actitud, porque sí, efectivamente pasa mucho con el punk llegar a lugares que la weá no está muy bien implementada técnicamente.

Foto: Pablo Go

Quizá podías andar con tus micrófonos para comerte tu propia saliva, ideal. Si no va a haber monitoreo y podís meterte un sistema de audífono entre medio. Maravilloso. Podís resolver cosas en pos de tu trabajo, si al final es eso. Pero no todo el mundo puede, o no todo el mundo sabe hacerlo. En el fondo, son soluciones que a mí se me ocurren quizá porque hago esta weá constantemente y para muchas bandas. Yo mismo ando en mi maleta de pega con sistemas de audífonos extra y con micrófonos para todas las weás.

 

Con pilas. 

Hermano, acabo de botar un tarro de 100 pilas usadas, ¿cachai? O sea, no, no lo boté, lo reciclé. Pero es porque estoy metido en la weá y tengo esa visión de técnico de tratar de estar solucionando problemas todo el tiempo. Tengo un estuche de adaptadores de cables, etcétera.

 

Valium tocó mucho con Da Skate cuando venían a Chile, ustedes incluso viajaron para el estreno del ‘Bophal’ (2007) cuando sacaron el disco allá en Buenos Aires. La última canción que tienen en Spotify, «Mezcla Perfecta», es con ellos. ¿Cómo ha sido la relación con Da Skate? ¿Cómo llegaron a colaborar? 

Es que fue un proceso bien largo. Porque la verdad que la primera vez que vino Da Skate a tocar a Chile tocaron en el Conacin, creo que fue en el 2007. Esa comunicación me acuerdo que la hizo la gente de Nada Nuevo. Cuando vino Da Skate la primera vez, fue como que la tocata la terminamos haciendo entre todos. Yo me acuerdo que el sistema de sonido lo armamos entre todos porque el local al que fuimos no tenía sistema de sonido. Tenía un escenario, una tarima chiquitita y todo el mundo llevó sus parlantes. Entonces armamos un backline entre todos.

Fue todo un enredo la weá. Todo el mundo llegó con un lote de weás que no necesariamente teníamos cómo hacerla funcionar juntas, pero las hicimos funcionar juntas. Con eso sacamos la primera tocata.  Después vinieron de nuevo el 2008 y el 2009 o el 2010. Yo diría que de las primeras seis venidas de Da Skate nosotros debemos haber tocado en cuatro o cinco. Nos empezamos a ver súper seguido y los chiquillos siempre súper, súper buena onda, ya se acordaban de nosotros. 

Foto: Pablo Go

Me acuerdo de las primeras veces que yo ayudaba a Eugenia a vender las poleras mientras yo estaba con mi feria de discos también al lado. Ellos vendían mucho y yo no vendía nada, por eso tenía tiempo para ayudarla (risas). Hicimos muy buena todas las veces que ellos vinieron para acá. Después me empezó a pasar que cuando nosotros viajábamos a Argentina, yo diría que las últimas tres veces que viajamos a Argentina, nos encontrábamos allá. Nos pasó una vez, la antepenúltima vez que viajamos a Argentina, un amigo de nosotros nos consiguió para quedarnos en un departamento.

El departamento era del manager de Da Skate y terminamos carreteando con el manager de la banda y él empezó a llamar al resto. A veces llegaban algunos a carretear o nos llevaban de paseo a algún lado y ahí empezamos a afiatar más la confianza. Cada vez que íbamos a Argentina nos encontrábamos. O el mismo Tano, el guitarrista que ahora está viviendo en Europa, cuando vivía en Argentina, nos iba a buscar al aeropuerto, nos llevaba a los lugares. Muy paleteados, muy buena onda, que también son cosas que yo hice por ellos acá en Chile. Ellos me decían, oye, vamos a tener tal día libre, de repente queremos ir a comprar alguna weá a algún lado y yo los iba a buscar, los llevaba. 

La canción con Da Skate la grabamos en 2017, teníamos dos canciones nuevas. Teníamos esa con Da Skate y teníamos otra que cantaba el Noel. Quedó guardada, todavía está por ahí. Ese año estábamos juntando plata para sacar esas dos canciones en un 7 pulgadas. Ese era nuestro próximo paso, hagamos un single. En lo que estábamos en eso, tramitando weás, viendo cómo hacerlo, teníamos las canciones listas. Paramos de tocar, se congeló el barco. Después, el 2020 yo hablé con los cabros así como, oye, tenemos estas weás guardadas hace tanto rato, tiremos una por lo menos. La canción estaba lista hace años, mezclada, masterizada, listo, listo. Entonces, también fue una weá que tuvimos mucho tiempo guardada y eventualmente la soltamos.

Cuando le comentamos a Leandro sobre la canción – se la mandamos un tiempo antes – le dijimos, mira, en esta parte nos gustaría que hagai lo que tú querai en el fondo. No le dimos la letra, le mandamos lo que teníamos nosotros con nuestra parte de la canción y le quedó su parte libre. Para la visita de la banda de ese año, que ya no me acuerdo qué año fue, si el 17 o el 18, los llevamos a la sala de Valium, donde teníamos también implementado toda la weá para grabar. Lo llevamos para allá, le mostramos la canción, me dijo, “ya, denme 10 minutos para practicar”. Lo grabamos, hizo sus voces, quedó perfecto. Porque aparte Leandro es muy cuadrado, muy afinado, muy buena onda además. El Tano hizo el punteo del inicio…

La primera vez que fuimos a Argentina con Valium fue el 2010 y fuimos con Intenta Detenerme, las dos bandas juntas. El bajista de Intenta Detenerme no pudo viajar, así que yo toqué con las dos bandas. En ese entonces nos fuimos en bus, no teníamos ni uno. Nos fuimos en bus con una mochila de camping llena con el merch de Valium, con maletas, con cajas de CD, con el bajo, con el skate. En ese entonces era joven y alocado, weón.

 

¿Y cómo fue el tema de la aduana cuando te vieron la cara así como…? 

Nada. No, nada. Por suerte, la aduana argentina no webea, la aduana chilena webea por todo. De vuelta me abrieron la maleta del bajo, casi que me pasaron un rayo X por la weá, pensaban que llevaba weás adentro como en la circuitería. Pero no, en realidad como que se pone pesado y es lento, pero no pasa nada. En realidad tampoco estábamos haciendo nada malo.

Para nosotros era bacán poder llegar a un lugar y poner feria, y también eso me lleva un al origen de Audioslam.

Al mismo tiempo que empezamos a tratar de grabar y mezclar nuestros discos, las otras bandas querían que hiciéramos lo mismo para ellos. Empecé a grabar a otras bandas y así fui como creciendo con la weá y hacer como un catálogo de la música que habíamos producido nosotros.

Pero al mismo tiempo las bandas también querían que yo les llevara sus discos físicos a donde fuera que tocáramos con los Valium, porque siempre fuimos súper movidos. Yo creo que nuestra primera gira debe haber sido como el 2009, 2010, teniendo muy poco tiempo de banda y muy poco contacto. Yo viajaba siempre con una caja con CDs de otras bandas y así fue como la weá fue creciendo nomás con el tiempo. 

 

Sembrando semillas en todos lados.

Exactamente. Y después de otros lados me pasaban más CDs que eran con los que yo llegaba de vuelta y gracias a eso ahora tengo un catálogo, no sé, como de 200 títulos distintos. Tengo CDs que no se han movido de ahí desde que llegaron hace 15 años, pero los tengo. 

 

Hablando de historias más nuevas, ahora también has estado involucrado con Bala Loka. ¿Me podrías contar cómo sucedió eso? 

Sí, po. Mira, lo de Bala Loka se dio como de manera relativamente natural porque yo a los chiquillos los conozco desde que ellos iban en el colegio. Los conocí cuando ellos tocaron en un festival de un colegio en La Florida, año 2010. Yo era el encargado de poner el sistema de sonido de la tocata. No los conocía. Se suben al escenario, tocan, tenían hasta una canción como con una leve coreografía y lo encontré súper bueno, los cabros tenían una actitud bacán para tocar. Después de que tocaron los fui a felicitar. Me gustó la banda, no los conocía pa’ nada. Ahí empezamos a armar buenos lazos. Pasó eso y después me pidieron que les grabara el primer disco. Grabamos el primer disco, año 2010 creo que fue o 2011, por ahí y e ahí para adelante todo el proceso de la banda ha sido conmigo.

En todas las grabaciones de Bala Loka han pasado mis manos de alguna manera. A finales del año pasado me comentaron que el bajista se iba a ir a vivir a otro país, pero que iba a dejar grabado el bajo para el disco nuevo al tiro. Fue muy raro porque el disco nuevo de Bala Loka se grabó el bajo antes que cualquier cosa. Grabamos el bajo con un metrónomo de fondo y chao. De ahí fuimos agregando cosas. No es para nada común y no ha sido nada muy cómodo tampoco, pero había que hacerlo así. El loco tenía fecha fija. 

Ya me habían preguntado antes, así como, oye, “¿no te tinca a ti tocar?” Y la verdad es que para mí fue difícil querer aceptarlo de una, porque teniendo una pega en los horarios que tengo, yo me convierto en un cacho para las bandas. Así mismo, esta última semana no hemos podido ensayar porque yo he estado súper ocupado en los horarios que ensaya la banda, que es súper tarde. Yo trabajo los fines de semana, a veces me voy de viaje por semanas y ahí tenemos que ver cómo hacemos funcionar el calendario. 

Como que pasaron meses y los chiquillos después me contaban, “probamos a otra gente, pero no estamos muy seguros, igual nos gustaría que pudieras probar tú”. Un día fui y ensayamos y cuajamos súper bien. Hicimos click. Pero también es porque yo me sabía todas las canciones. En el fondo, la pega de aprenderse los temas yo ya la tenía hecha porque los grabé todos. Para mí la pega fue pasar la música de mi cabeza a mis manos. Me demoré un par de meses en bajar la cantidad de errores del 15% al 2%. 

 

Ahora que estamos en la previa de los Descendents…  Hay una banda que no mucha gente conoce, que también viene de los Descendants, ALL, que no tuvo el mismo reconocimiento. 

Sí, de hecho, yo creo que soy del 1% de gente que prefiere ALL. La mayoría de la gente me odia después de que yo digo eso. 

 

¿Tienes alguna época de la banda en particular que te mueva el piso? 

La época de Chad Price es la que más me gusta, los últimos discos que sacaron. Creo que son como del 93’ para adelante. Me pasa, por ejemplo, cuando escucho el ‘Problematic’ (2000), hay algunas canciones que no me influyen en nada, pero cuando llevo a las últimas tres canciones del disco, me pongo a llorar. Es una weá que me quiebra. Esa parte de ese disco. El ‘Mass Nerder’ (1998) es como más fluido. Es como el ‘Everything Sucks’ (1996) de Descendents. Es hermoso de principio a fin. Tiene un par de tonteras que hubiera eliminado en algún momento, pero es fabuloso.

En YouTube están los demos del ‘Everything Sucks’ (1996) con las canciones cantadas por Chad Price. Pero todo afinado medio tono más abajo. Todo el mundo es como que, ah, el ‘Milo Goes To College’ (1982) es el mejor disco. No me gusta tanto, hay algunas canciones que son muy tontas, weón. Bueno, es que todas las bandas tienen sus periodos estúpidos. Valium también lo tuvo. Y algunos no salimos de la estupidez (risas).

Tampoco me gustan tanto las primeras épocas de Descendents. Lo encuentro demasiado punk, como desordenado. Cuando llegó el Stephen y Karl es otra cosa. Cuando llegaron ellos, la banda ya estaba más armada. Por lo mismo diría yo que también me gusta más ALL que Descendents, porque aparecieron en un proceso en el que Descendents ya había madurado. No pasaron por los primeros discos malos, que sí son más crudos, qué sé yo, y tienen muy buenas también. Pero en el fondo, yo creo que por eso me gusta más ALL, porque se dedicaron a probar cosas y a hacer weas más raras también.

El guitarrista preferido de (Stephen) Egerton es Greg Ginn de Black Flag y también este weón terminó desarrollando una manera de tocar impresionante para ser un puro guitarrista. Si encuentras tocar Descendents difícil, con ALL te hací caca. (risas) Pero bueno, yo… Cada vez que he tratado de tocar un disco de ALL en el bajo, quedo tirado, así como en el segundo tema, a pesar de que me sé algunas cosas. Todo se escucha fácil, pero no es fácil. Karl varía a la hora de entrar en el bajo, siento yo. Como que adopta el sonido antiguo de los Descendents, pero le agrega como una frescura artística detrás. El weón es brígido. Hacerte un show de una hora, de una hora y media…

 

De 50 canciones…

Con los dedos, y no fallar una pura nota, hueón, es impresionante. 

 

¿Lo consideras una de tus influencias más importantes? 

Sí. Sí. De hecho, Karl Alvarez y Matt Freeman. El antiguo bajista de Belvedere, Jason Sinclair, que ahora ya no toca. Me acuerdo para el último show de Valium me fue a pedir una polera.

“¿Oye, tenías alguna polera de Valium?”

-Sí, obvio, ¿cuál es tu talla?- Y partí corriendo a pasarle una polera, después él me llevó una de Belvedere.

Hicimos intercambio de poleras y nos sacamos una foto con las poleras cambiadas, pero no sé quién chucha sacó esa foto y nunca la vi. Perdí esa foto y hasta hace poco le seguía preguntando a todos mis amigos quién chucha sacó esa foto, por qué no me la mandan. Nadie la tiene.

 

Te quería comentar sobre la influencia de ska, porque hemos hablado caleta de del punk. Por ejemplo, ahora te veo con una polera de los Interrupters, que es una banda californiana que ha salido de gira con Green Day y también tocó con NoFX en su última gira. ¿De dónde sale tu gusto por ese tipo de líneas de bajo, por la actitud, por los tema bailables?

Rancid y Operation Ivy lo es todo, y bueno, Interrupters es casi lo mismo. De hecho, son producidos por Tim Armstrong, así que es como el calcao’ moderno. Bueno, la salidas de NoFX en ese entonces, en los 90, que se hacía harto. Millencollin también en los primeros discos. Como que de ahí viene la influencia. Siendo sincero, yo nunca escuché mucho reggae ni nada.

Me acuerdo una vez fui  a ver a los Skatalites. Esto fue como el 2008 o 2007, y me aburrieron, weón. O sea, no porque sean malos, sino porque yo estaba muy acostumbrado al upbeat. El ska como más bailadito, más rapidito. Entonces una weá así súper lenta, como súper para atrás… con el tiempo lo aprendí a querer, en el fondo. Pero me costó. Me gustaba más el ska punk. Pero también como con un tiempo no tan acelerado, porque también he visto otras bandas que son demasiado rápidas y que no alcanzas ni a cachar qué está pasando.

 

¿Cómo empezaste a escuchar Operation Ivy? ¿Cuándo escuchaste, por ejemplo, Energy? 

No me acuerdo. Bueno, es que también tuve la suerte de estar en la generación con internet, aunque el internet era una mierda cuando yo era cabro chico. Pero eso me abrió un mundo musical al que no hubiera llegado de otra manera. 

 

¿Y cuál era tu forma de descargar la música?

Entrar a las páginas de las bandas. Cada banda tenía como una canción descargable MP3. De hecho, me acuerdo en ese entonces cuando cabro que Millencollin estaba sacando el ‘Home from Home’ (2002) y yo me había bajado todas las canciones que tenían disponibles en su página web.  Tú podías ir a ver los discos y en cada disco te salía una canción para descargar o dos canciones para descargar.

En el archivo que tú bajabas de ahí se acababa la canción y había una voz grabada que decía, “copyright burning hard records”. Hasta el día de hoy yo escucho esas canciones y se acaba la canción y yo estoy esperando la voz que diga esa weá. (risas) Esa era la manera legal de conseguir música. Después también estaba el Kazaa y el SoulSeek y un montón de otras plataformas como para conseguir música con otra gente que te metía ahí en su computadora y se la sacaba. Ahí empecé a conseguir un millón de weás.

Entre mis 14 y 17 años consumía más música que comida.

Antes de empezar la entrevista me comentaste que Valium se sabía casi que 50 canciones de covers

Hicimos una lista de covers y efectivamente hubo un momento que eran como 50. Porque también cuando éramos más chicos, cuando empezamos a tocar con Valium (…) nuestra forma de tratar de llegar a las tocatas y que la gente nos fuera a ver (…) nuestras primeras tocatas con Valium las hicimos como tributos. Hacíamos tocatas que se llamaban «Sobrevivientes». Hicimos tres tocatas «Sobrevivientes», una en el 2005 o 2006, la segunda el 2007, y la tercera el 2010, creo, o algo así. En estas Tocatas Sobrevivientes le proponíamos a otras bandas que hiciéramos un tributo a todas las bandas. Que cada banda escoja una banda a tributar y, entre medio, toca sus canciones. Entonces, esas fueron nuestras primeras producciones como de eventos para que llegara gente. Me acuerdo que en la primera Sobrevivientes con Valium hicimos, creo que, Lagwagon. Otra vez hicimos… En la tercera hicimos Descendents y tocamos 16 temas. 

¿Cuál es la otra? ¿Podría haber sido NoFX? 

No, no era NoFX porque eso lo hacía Conchetucore. También en una de esas toqué con Nada Nuevo, en ese entonces que era la banda del Taza, actual baterista de Cronos Debe Morir

 

Que también es cofundador de AudioSlam.

Claro, y con el Tazita la hicimos en ese entonces, creo que para las Sobrevivientes dos. Yo toqué con Nada Nuevo, porque el bajista de ellos se había ido hace poco. Toqué con Nada Nuevo e hicimos el tributo a Milencollin. Bueno, hice doble show ese día. 

 

Si es que uno se mete a tu Instagram, hay varios momentos en que tú como que llegas al escenario y podes tocar bajo con otras bandas. Ha pasado con Da Skate, Alectrofobia…

He estado entre medio de muchos eventos y a la gente le da como tranquilidad verme por ahí. Como que pasa algo y me llaman y yo estoy ahí resolviendo, entonces todas las últimas veces que ha venido Da Skate, voy y los ayudo en el escenario, o los muevo en la camioneta. Si andan acá y andan pidiendo Uber prefiero moverlos yo, para darles comodidad. He estado en el escenario casi todas las últimas veces.

Una vez me pasó cuando los fui a ver a Metrónomo, yo andaba en otra pega, en otro lado, y el Tano me dice, oye ven a la tocata y la weá, y me ponen la lista de invitados. Yo llegué y me dice, «pasa al camarín…» quedaban, no sé, cinco minutos para empezar el show y el Tano me lleva la lista de temas y me dice, “¿Cuál querés tocar?” Yo le quedo mirando y, le digo “¿Por qué no me avisaste antes, weón?” (risas).

La verdad es que también me pasa con las canciones de Da Skate es que yo no sé cómo se llaman, po, weón (risas). Como que los nombres de las canciones son muy distintos a la canción. Entonces como que no hago el click, leo los nombres y es como, weón, no sé qué canción es esta. Encontré un nombre de una canción que conocía y le dije ya esa y se fueron a tocar po weón. En ese rato le pedí el bajo al bajista de No Shame de ese día y una uñeta, porque no andaba con nada. Me puse los audífonos, saqué el tema y me metí a tocar po. De ahí en adelante, las siguientes veces que ha venido Da Skate me meten en ese mismo tema.

Con Alectrofobia también fue como un proceso parecido. Yo soy el sonidista de monitores de los chiquillos, entonces, yo soy el sonidista que está al lado del escenario. En algún momento, en algún show, estábamos a punto de tocar y Gerardo me dice que hay una canción que quiere cantar nomás, no quiere tocar el bajo. Y yo le digo, “¿No me podías avisar antes para sacar la canción y practicarla?”, qué sé yo. Ya, lo hicimos. Toqué la canción, funcionó. 

Después de esa primera vez, cada vez que yo estaba en el show me tiraba el bajo y yo tocaba la weá. Ya para las últimas veces que toqué con Alectrofobia agregó una segunda canción. Porque además esta segunda canción es con Plumas, , entonces, entra toda la conversación de, «oye, voy a invitar a unos amigos». Eso lo hicimos en el lanzamiento del último disco de Alectrofobia y también lo repetimos en el REC en Concepción. Que fue justo el día que quedó la cagada, el show iba a ser al aire libre para 14.000 personas, nos metieron a un teatro para mil y ahí tocamos. Estuve a punto de tocar frente a 14.000 personas en Concepción, no pasó. No pasó, pero salió todo bien igual, lo logramos. Fue una locura ese día. 

 

Cerrando ya la entrevista que tenemos con Expectador, tú también has sido un espectador de la música. No solamente como público, sino que también has tocado, has visto detrás de bambalinas cómo funciona el tema, le has abierto la tocata a bandas internacionales, has estado involucrado en producciones súper grandes como sonidista. Entonces, mi última pregunta tiene que ver con cómo sientes que ha ido evolucionando el público chileno. ¿Cómo sientes que ha cambiado el público o la sinergia de las personas a la música en vivo en los últimos 15 años? 

De alguna manera siento que el público ha aprendido a valorizar más el trabajo que hay detrás de la weá. Pero probablemente ha sido como forzado, básicamente por el hecho de que ahora está todo tan caro. Ahora la gente le toma más el peso y también el público ha aprendido quizás a… ¿Cómo decirlo? A entender todo lo que pasa detrás y que en algunos casos no es como escuchaba yo cuando chico que me decían, “no, si la weá sonó mal porque el sonidista andaba de mala”. 

Sin ir más lejos, me acuerdo del primer concierto grande al que fui, que fue el de Millencolin el 2006. Cuando se subió a tocar Inestable el público estaba en esa como que no les gustaba nada. Inestable era la banda MTV de esos años. Entonces el público como más under, más punk, más true, les tiraban weás al escenario. Cuando se bajaron los Inestable, salieron con un cara pálida así, ya, “váyanse a la mierda” y se bajaron.

De ahí venían los BBS Paranoicos y ahí a todo el mundo se le cayeron los calzoncillos, como siempre. Yo en esos años era de los que no les gustaba que tocaran los BBS en todo, porque eran la única banda que tocaba en todo y lo veía como con envidia (risas), como, puta, qué fome, de nuevo los BBS. Tocaron con todas las bandas que vinieron en ese periodo, 2006, 2010, todas. Lo que viniera, teloneaba BBS Paranoicos.

 

Yo creo que también el tema del profesionalismo era lo que estaba detrás.

Sí, lógico. Siempre era un éxito. Pero lo chistoso de todo esto es que después, en algún momento de la historia, Valium pasó a ser los nuevos BBS Paranoicos y nos metían a tocar en todas las weás. No me lo decían, pero yo sabía y podía sentir que la gente lo pensaba, “puta, de nuevo va a tocar Valium en esta wea”. Yo ya lo miraba como con risa. 

 

Por último, ¿podrías recomendar un disco para que la gente que eventualmente lea la entrevista, se pueda refrescar la oreja?

Ya que hablamos de ALL y Descendents, me quedo ahí, en mi área conocida. De ALL, el ‘Mass Nerder’ (1996). Insisto, es de la época del ‘Everything Sucks’ (1996), así que nada puede salir mal de ahí. Otras dos recomendaciones muy ligadas a ALL también; la banda nueva de Chad Price se llama A Vulture Wake. Es como más skate punk, por decirlo así. El primer disco de A Vulture Wake, que no me acuerdo cómo se llama, es increíble. Ahora también el disco nuevo que sacaron es un poquito más lento, un poquito más pesado, como más metalero, por decirlo así, pero muy buena esa banda. Dándome de nuevo la vuelta con Chad Price, que por si no se nota es mi cantante favorito de todos los tiempos, el weón tuvo una banda country

 

Brígido.  Tiene toda la pinta. 

El weón tuvo una banda country entre los 90 y finales del 2010 que se llama Drag the River. El último disco de Drag the River es muy rockero, porque tienen otros que son como casi pura guitarra acústica y así como para ir manejando a Melipilla, en un camino rural. Hermoso. De hecho, me encanta escuchar Drag the River cuando voy manejando por algún lado. Lo raro también es que de esa banda en internet hay solo dos discos que son los dos últimos, pero para atrás tienen como seis más y eso los tengo en CD. Pero no lo encontré en internet o en YouTube. Hay canciones de ALL que antes de ser de ALL eran de Drag the River. Ese dato te dejo. Son como dos o tres que tienen su versión country. Increíble.

Frank y Franco en Plectrum Studio

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