Disturbed
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Disturbed: De la subcultura a las masas

Escrito por Hernán Carrasco

El Knotfest aterriza en Santiago el 2 de noviembre con Slipknot a la cabeza, llevando la fiebre del 2000 a otro nivel. Junto a titanes como Disturbed, Amon Amarth y Babymetal, este festival revive la nostalgia de una época en la que el nu metal se adueñó de nuestras vidas. Para los amantes de la música pesada, esta es una oportunidad para recordar el poder y la conexión emocional que estas bandas brindaron en su momento. En este marco vibrante, es momento de reflexionar sobre la trayectoria de Disturbed, una banda que ha dejado huella en el género, a pesar de los juicios que ha enfrentado.

De Brawl a Disturbed: El Ascenso dentro de la segunda oleada del Nu

La explosión del nu metal a inicios del siglo XXI fue un fenómeno que rompió los cánones de la industria y posicionó a las bandas pesadas dentro del mainstream, algo que no se veía ya desde hace varios años, quizás con la explosión del thrash metal de los ochenta. A pesar de la vasta paleta de colores que ofrecieron bandas como Korn, Slipknot, Limp Bizkit y Linkin Park, muchas de estas surgieron como una respuesta aún más comercial en la segunda oleada del nu metal. Es interesante cómo muchos de estos proyectos, muy odiados por fans empedernidos del metal extremo, poco a poco se fueron reivindicando y reposicionando su reputación en la historia del género. Ahora bien, ¿dónde cae Disturbed en esta conversación? Prontamente pasemos con un pequeño repaso sobre la banda.

 

El Magnetismo de un Frontman Inconfundible

A mediados de los años 90, el proyecto musical de groove metal Brawl, que logró editar unos cuantos demos y EP’s, sufrió la sensible baja del vocalista Erich Awalt. Es aquí donde un joven David Draiman decide audicionar para el proyecto, quedando y comandándolo. Con su energía y potente voz, Draiman trajo una nueva dirección a la banda, aportando su visión creativa y un enfoque más melódico.

A pesar de la promesa que mostraba Brawl, el grupo enfrentó varios desafíos, incluyendo tensiones internas y diferencias artísticas. Tras un corto período de tiempo, la banda se disolvió, pero la chispa de Draiman no se apagó. En 1996, junto a los miembros Dan Donegan, Steve Kmak y Mike Wengren, Draiman fundó Disturbed, donde su estilo y presencia escénica encontraron un espacio propicio para florecer.

 

La Fama Instantánea de The Sickness

Con un proyecto muy influenciado por bandas del creciente nu metal de ese entonces, tales como Korn, Deftones y Limp Bizkit.  Disturbed, supo aprovechar esos cánones y con la ayuda del sello Giant Records, logra debutar en la escena con su álbum ‘The Sickness (2000). Es aquí donde la agrupación toma una suerte de fama instantánea, logrando un récord de ventas y posicionándose en las emisoras y mainstream general. Aquí, canciones como «Voices,» -donde interpreta a un paciente psicótico-, «The Game» y el icónico «ooh-wah-ah-ah-ah» de «Down with the Sickness» tomaron por sorpresa a muchos, provocando un revuelo en la industria del género.

Sin duda, la presencia y carisma del frontman es uno de los puntos fuertes del grupo. Las influencias del metal alternativo y nu metal de la época se vieron contrastadas con ciertas muecas hacia géneros como el hip-hop y otros más lejanos como el dub, una esencia muy representativa de David Draiman.

De la fuerza a la Melodía del Metal Alternativo

La cara de Disturbed va derivando a una identidad mucho más enraizada en el metal alternativo. Mucha de la prudencia que toma Disturbed en los álbumes ‘Believe’ (2002) yTen Thousand Fists (2005), en especial el último mencionado, muestra quizás la seriedad más melódica del proyecto. Claramente sigue siendo una banda punzante en todo el aspecto, pero logra un aspecto más atento al sonido de cuerdas y a la escritura de riffs interesantes. No por nada ‘Ten Thousand Fists es uno de los discos más aclamados de la banda, donde hay canciones icónicas como “Stricken” que sigue resonando en la memoria nostálgica dosmilera (sobre todo a los fanáticos de la WWE).

Caso similar se propone en un álbum como ‘Indestructible (2008). Aquí quizás estén algunas de las mejores canciones de la banda. La intro espectacular con la canción que le da vida al álbum “Indestructible” muestra cómo la faceta de conseguir coros oreja, rítmicos y llenos de carisma junto con unos riffs bien tonificados puede ser el arma principal de Disturbed. Así mismo con “Inside The Fire,” uno de los tracks principales y más tocados de la agrupación en vivo. Este último demuestra también cómo el lirismo de Disturbed está lleno de referencias a la salud mental y la lucha interna, temas que resuenan profundamente con su audiencia. En «Inside The Fire,» Draiman explora la angustia de enfrentar demonios personales, creando un ambiente poderoso que invita a la reflexión y la conexión emocional.

Retos y Críticas: La Dificultad de la Innovación

A pesar del éxito inicial de Disturbed, pronto comenzaron las críticas sobre la falta de evolución en su sonido. Álbumes como ‘Asylum (2010) e ‘Immortalized’ (2015) dejaron entrever una fórmula predecible —riffs potentes, coros épicos y la poderosa voz de David Draiman— que, aunque efectiva, empezó a generar fatiga entre parte de su audiencia.

Muchos esperaban más riesgos creativos, pero la sensación de repetición fue ganando terreno. Con ‘Evolution (2018), la banda intentó un enfoque más suave y emocional, incluyendo baladas como “A Reason to Fight.” Aunque el mensaje fue bien recibido, para algunos, Disturbed había llegado a un sonido diluido y sin el carisma de los discos más primarios.

 

Un Nuevo Capítulo: Divisive y la Resiliencia de Disturbed

Con ‘Divisive’ (2023), Disturbed recupera algo de su energía inicial, aunque sigue en un sonido ultra radial -incluso con tintes de millennial pop-. La colaboración con Ann Wilson de Heart en «Don’t Tell Me» añade un toque emocional al disco. Aunque no es innovador, este álbum logra mantener el impacto característico de la banda, mostrando que todavía tienen algo que ofrecer en la conversación del nu metal.

Sin duda alguna, Disturbed supo hacer un lugar en el género. A pesar de las críticas de los más puristas, muchas veces injustificadas, el proyecto liderado por Draiman logró un profundo éxito comercial con una esencia digna y una narrativa importante. Su capacidad para conectar con temas profundos como la lucha interna y la salud mental les otorga un valor duradero en la escena musical, demostrando que, aunque no sean la banda más aclamada del género, definitivamente tienen algo relevante que aportar. Con el Knotfest a la vista, es el momento perfecto para celebrar esa energía explosiva. ¡Así que afilen esos cuellos y prepárense para el moshpit!

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