Escrito por Felipe León
Fotos por Aarón Castro
No es la primera vez que vienen a Chile y aún así se sintió especial. La nueva visita de CLUBZ tuvo los ingredientes predilectos del proyecto a la hora de plasmar su música, brindando un espectáculo que se sostuvo por la solidez instrumental de sus integrantes, dando espacio a una comunicación que se fue palpando con mayor confianza a medida que avanzaba el show.
El lugar escogido fue Club Subterráneo, espacio que una vez más abre sus puertas a la música en vivo en lo que es una decisión totalmente acertada. Así como la presentación de los mexicanos, entre carisma, destreza y una confianza ganada con los años, pero también incentivada por el recibimiento de la audiencia.
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Bailable frescura
Con dos álbumes a su haber, el último de estos lanzado este mismo año, Zebra 93 fue la banda encargada de abrir la jornada. Una decisión consecuente considerando los atributos sintéticos del pop que tan bien profesan, lo que quedó demostrada en un teloneo divertido y bailable.
El magnetismo fue la tónica a medida que iban surgiendo sus canciones, las que priorizan esa estela movida y electrónica tan propia de la herencia disco. En ese sentido, piezas como «Amanecer» o «Corazonada» de su reciente LP, ‘Paisaje’, sirvieron para amenizar la espera, a punta de melosas y fiesteras interpretaciones que animaron en más de una ocasión al público.
El proyecto ya ha demostrado que ningún escenario les queda grande, ya sea Beck o CLUBZ, quienes ya se alistaban para su gran noche.
Sintética sofisticación
Ya con algunas personas más entonadas por la música y los tragos, llegaba el momento más esperado de la velada. Así, el dúo formado por Coco Santos y Orlando Fernández se pusieron manos a la obra en Club Subterráneo, junto a dos músicos que los acompañarían en esta verdadera aventura por el lado sintético del pop.
Su entrega fue aprovechada de principio a fin por el público, que no dudó en danzar al son de su sofisticada propuesta. Pues, cada nota, melodía, ritmo y canto fue ejecutada con una solidez destacable, sin dejar de lado ese aspecto más suelto y efusivo que despertó pasiones tanto sobre como bajo el escenario.
Tanto el bajo como la batería, el saxofón y la guitarra fueron protagonistas de un viaje con referencias a los ochenta en un contexto contemporáneo. Porque «Templos» como «Épocas» son piezas que suenan muy actuales, pero a la vez familiares; como si fueran clásicos legados del pasado, directo al hoy.
Ciudad favorita para tocar
Sin embargo, la nostalgia no fue factor determinante para CLUBZ, pues hubo espacio para temas «viejos» como novedades. Una de estas últimas fue la interpretación de «Fugazi», corte estrenado hace poco tiempo y que tuvo una de sus primeras apariciones en directo. Lo mismo con «Fútbol Rock», estrenada el pasado 2023 y que fue cantada por el público con el mismo entusiasmo que otras más antiguas.
El álbum ‘Destellos’ fue tan protagónico como la propia agrupación. Un celebrado trabajo que sigue cosechando suspiros hasta la fecha, en base a cortes como «Áfrika», «El rollo» o «Nagano», los que promueven su versatilidad dentro de los planteamientos sonoros que han venido desarrollando desde sus inicios en 2013.
Una fiesta desatada que obtuvo mayor sintonía entre las partes, por ejemplo, cuando dos de sus miembros se bebieron un trago al seco. O también cuando el guitarrista se acercó a otro sector del recinto para deslumbrar y acompañar a quienes, felices, disfrutaban del show.
CLUBZ siguió entregando temazos, sin tranzar el carisma y deleite habitual que provoca su música. Para ellos mismos, porque como bien manifestaron en cierto momento, Santiago es una de sus ciudades favoritas para tocar. Este concierto es prueba de aquello.