Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Pedro Downey
Por decirlo en breve, lo que demostró el debut de Elephant Gym en Chile, fue algo que de alguna manera se siente inaudito en tiempos como los de hoy. En palabras de KT Chang, «tener una banda es riesgoso«, una verdad que es transversal a todo tipo de realidades y culturas para aquellas personas que se entrometen en este mundo. No son pocas las noticias de que alguno de nuestros artistas favoritos se ven en la obligación de cancelar un show o una gira completa por ser bastante caras. A veces incluso si es que los conciertos son sold outs, hay muchos casos en que igual pierden dinero –el DJ y productor Porter Robinson reveló esta cruda verdad en uno de sus streams–.
En el caso de el trío conformado por los hermanos Tell Chang y KT Chang junto al baterista Tu Chia-Chin no sólo se ven enfrentados a esta áspera verdad, sino que también son susceptibles a la realidad política de Taiwán. Ante esto, el guitarrista nos comentó en una entrevista con Expectador lo siguiente: «Creo que los problemas de Taiwán en relaciones internacionales es muy complicado, por lo que… Para mí y nuestro baterista, cada hombre en Taiwán tiene que servir en el Ejército por un año, y a veces tenemos que volver allí para entrenar. Al menos yo pienso que la guerra no es una cosa imposible (de suceder), jamás tomo la paz por garantizada«.
Ambos factores mencionados anteriormente son de una carga gigante, que podría mermar las ganas de seguir en un proyecto musical para cualquiera. Sería mucho más que entendible. Pero es justamente por eso que impresiona la personalidad genuina y humana de los músicos, con un nivel de cercanía que está lejos de cualquier relación parasocial. Incluso para el subgénero musical bastante cerebral que tocan: el math rock.
Con esta premisa, es que llega a dar orgullo lo bien que resultó el debut de Elephant Gym en Chile. Todo estaba meticulosamente cuidado, después de todo, era un debut que demoró 10 años en llegar. Desde la congregación en el Club Chocolate más repleto que se haya podido ver a la fecha, hasta los teloneros mismos: las figuras estelares del math rock chileno, tortuganónima. Todo era una señal de buen augurio, de que viviríamos una noche histórica.
¿Cuántas veces han visto el recinto lleno para una banda telonera? Digo, realmente repleto, como si fuesen el headlining show. Bueno, así fue con tortuganónima, la selección más adecuada para abrir para los taiwaneses, quienes se encargaron de deleitar a la audiencia –de la cual fácil la mitad era fan de antaño– con piezas increíbles como «Aleph», «Joseph K» y el cierre sublime con «Cortes de papel». La ovación tras su set fue categórica, pidiendo más, y es que ¿cómo no? Si los muchachos dieron una verdadera masterclass del género, con interpretaciones viscerales, llenas de vida, y ganándose en el acto a aquellos que no les conocían.
Cuando era el turno del trío taiwanés, en los minutos previos los mismos músicos se encargaron de montar y hacer los últimos preparativos técnicos para que todo saliera a la perfección. Uno que nos brindaría una hora y media de nada más que júbilo y éxtasis, al ver a KT, Tell y Tu irradiando una confianza y alegría contagiosa desde el primer minuto con «Frog» y «Games», sorprendiendo no sólo porque realmente perfeccionaron su arte, tal cual maestros de sus instrumentos, sino por esa cercanía natural que iba muy de la mano con su carisma.
Además, aún si es que por definición lo que diré es parte del math rock, no deja de ser absurdamente sorprendente como hacer ver tan fácil interpretar estas piezas. Coloridas y accesibles, sí, pero digo, ver a alguien como KT Chang interpretar con soltura esas líneas de bajo y cantar en un tiempo aparentemente distinto a ello, no deja de ser algo increíble de por sí. El mismo Tell tomó el lugar del japonés TENDRE en la canción «Feather», demostrando un dominio vocal de sedosa interpretación que sacó aplausos.
Oh, sí… Los aplausos. Otra cosa totalmente inaudita. Es decir, el público chileno es apasionado, eso es un hecho. Todo el mundo sabe que Brasil, Argentina y Chile tienen los mejores públicos del mundo. Pero cuando digo que las ovaciones eran ensordecedoras y largas entre canción a canción, realmente lo digo en serio. Me atrevo a decir que desde el debut de Foo Fighters en Lollapalooza Chile 2012 no veía a una audiencia tan devota y con tantas ganas de demostrar su afecto y admiración al punto de «interrumpir» el ritmo natural del show. Era cosa de ver los rostros de los músicos en escena, las sonrisas se dibujaban en sus rostros como una reacción química inevitable. Todo el mundo estaba demasiado feliz.
Así fue el transcurso del show, y es que entre temazos como «D», «Mirror» o la monumental y clásica «Spring Rain», difícilmente encontraríamos otra forma de corresponder a lo que sucedía en el escenario. Si hasta momentos de humor hubieron –y bastantes–, en especial cuando la bajista tomó el sillín para interpretar el teclado en solitario «Dreamlike», con un público entusiasta que no fue capaz de aplaudir al ritmo cambiante de esta pieza. Ella misma se puso nerviosa, pero no dejó de ser una interpretación objetivamente majestuosa.
Y es que los mejores conciertos son aquellos que construyen momentos irrepetibles. Algo que quedará mucho en la memoria fue en cómo Tell Chang nos contaba de que estaba agradecido de poder girar en el mundo en este momento de paz que se vive en sus tierras. Dijo sobre el escenario que la situación política allá es delicada, dejando un mensaje sumamente poderoso: «estoy agradecido de estar sosteniendo una guitarra en vez de un rifle«. Las ovaciones explotaron.
«Witches», qué temazo y que momento; la versión en mandarín de «Moonset» –al someter a votación a mano alzada si era esa o la versión en japonés–; o el debut en el tour de «Happy Prince», todos instantes de cuidada inspiración en el que nadie quería que acabara. El sonido estaba en punto, el regocijo estaba a la carta, cada quien fue celebrado individualmente también. Si hasta regalos les llegaron a los músicos en escena de parte de sus más ávidos seguidores presentes.
Así, con «Galaxy» llega el final de una de las mejores presentaciones que haya visto nuestro país este año. La resiliencia, el amor por su oficio y los anhelos de llevar estos matemáticos sonidos alrededor del mundo realmente crearon una sólida comunidad la noche de ayer, y esperamos que su regreso no demore mucho, y en un recinto más grande para que absolutamente nadie quede fuera.
Gracias por el cariño y la música.
Setlist de Elephant Gym en Chile:
- Frog
- Games
- Shadow
- Feather
- Underwater
- D
- Dreamlike
- Mirror
- Midway
- Spring Rain
- Witches
- Anima
- Moonset
- Half
- Finger
- Quilt
- Happy Prince
- Ocean in the Night
- Galaxy
Revisa la galería completa de Elephant Gym en Chile: