Disco de la semana
Idea Blanco debuta con un sensible, pero firme, canto a los matices del amor en su álbum homónimo. Son ocho canciones de minucioso trabajo que atraviesan las fronteras entre escenas para traernos una refrescante brisa cantautoral de pop, soul y folk. Un primer largaduración imposible de ignorar.
Está todo pasando en la música chilena, indie incluido. Hoy por hoy tenemos nuestra propia resurrección de los guitarreados y sufridos noventas, traída por grupos como Estoy Bien, Siniestra Pandora y Déjenme Dormir —todos encaminados a la consagración—, mientras que pequeños proyectos comienzan a echar raíces —diríjase inmediatamente a revisar a las bandas Gomitas Ácidas y Mala Postura, por ejemplo—.
Entre tanta distorsión y sufrimiento (sin ánimos de olvidar todo el esquema de géneros y sonidos que hoy causan furor en Chile), también hay quienes nos recuerdan que la vía de la guitarra de palo, las secuencias electrónicas y las sutilezas melódicas siempre se mantendrán relevantes. Artistas como Nando García y su “Decir Amor” (2024), que estrenó hace unos meses, e Idea Blanco, quien recientemente lanzó su esperado álbum debut: una carta de presentación homónima, compuesta por ocho impecables canciones.
El tiempo no se detiene
Producido en conjunto por Camila Flórez (Idea Blanco) y Martín Pérez Roa (Merci Merci), el LP debut de la artista talquina se construye en torno a las aristas del amor, utilizando como estructura el indie pop y dándose el gusto de explorar incluso más allá. Al formato banda de guitarra, bajo y batería se le suman coqueteos con el chamber pop: secuencias, samples y, mi highlight de este álbum, un uso espléndido de cuerdas y vientos. Estos últimos elevan completamente la experiencia en canciones como “Para: Paloma”, que admito desde ya que es mi favorita del álbum.
Es un trabajo minucioso, donde cada detalle encuentra su lugar, algo que queda claro desde “Los Modelos de tu Furia”, el comienzo de este viaje musical. Con una base lenta de guitarra y voz, complementada por percusiones reverberantes y melodías ambientales de sintes y guitarras, el canto de Camila sentencia: «tuve fe ciega y, gracias a dios, ya nada queda por compartir». Una justa introducción al disco, el primero de varios temas que mueven la balanza hacia el terreno de las piezas lentas, pero sin quitar espacio a cortes más activos y movidos.
Enganche pop total
Así, este contraste se alza en “Lo Perfecto”, canción que invita a Diego Lorenzini a sumar su característico sonido al de Idea Blanco, una fusión que deja en claro por qué este fue el primer sencillo del disco (sin contar la versión acústica de “Coliseo”): enganche pop total, dos voces de Talca unidas en un hit con matices de indietronica que motivan, al menos, a menearse de un lado para otro mientras suena.
Si “Lo Perfecto” no lo logró, “Para: Paloma” es el último empujón para mover los pies al ritmo semi-acelerado de una de las mejores canciones del álbum. Todo está en su punto, desde la indispensable y distintiva flauta hasta las capas y capas de elementos electrónicos, sampleados y sintetizados, que aparecen en los quiebres instrumentales del track, incluyendo un outro que varía en el tempo para terminar en lo más alto antes de bajar la intensidad en los próximos cortes del álbum.
Y no es que sea la misma pena
A estas alturas queda claro que uno de los encantos del álbum es la capacidad de Idea Blanco de armar la producción a través de las capas y los matices, una ambientación que brilla a lo largo de las canciones y que encuentra cobijo en la lentitud folk de “Coliseo”, tema que poco a poco se hace más grande hasta alcanzar un clímax de voces entrelazadas, guitarras y sintetizadores. Su hermana de tracklist, “Caída Libre”, mantiene la búsqueda atmosférica pero en un punto un tanto menos maximalista, contando con una bella mezcla de percusiones, armonías vocales, guitarras arpegiadas y cuerdas protagonistas.
De inmediato, otro de los cortes esenciales del álbum: “9’s”, un lento cuyo groove atrapa al instante. Si habían influencias soul en el disco, aquí están en su máxima concentración, expresadas a través de una canción de ritmo sensual con el más puro ADN de Sade, mezclado al talento e identidad de Idea Blanco. Parece soundtrack de película, de esas canciones que suenan en un bar cuya única fuente de iluminación es el escenario en el que una elegante, ¿melancólica, quizás?, cantante interpreta: «y siento tu amor, lo veo destruirse a través de un vidrio que miraré después sin entender». Magnífica.
Nada más falta, nada más quiero, nada más tengo
Quedan dos canciones para el fin y “Todas las Flores” entrega una gratificante experiencia de indie pop guitarreado, con una batería comandante y una buena dosis de melodías de guitarras y pianos que le dan una sensación primaveral, casi veraniega, al track. Antes de siquiera pensarlo, se acaba la canción; ¡tan corta que se hace y tan disfrutable que es!
Media hora de disco que no se hace nada y “Marie Laurencin” anuncia el final de la experiencia. «El invierno ya se ha instalado en mi cuarto y no quiero levantarme», declara Idea Blanco en las primeras líneas de un track que se despide entre capas de voces, rasgueos en cuerdas de nylon, pianos y sintetizadores, el punto aparte de una carrera que está recién empezando. Y vaya qué manera de partir.
Quienes siguen a Idea Blanco desde sus inicios saben que todas las cualidades presentes en este álbum ya se podían vislumbrar en “Textos, Vol. I”, el EP con el que se dio a conocer en 2021. Lo que vemos, entonces, en este LP homónimo es una maduración lírica y musical de una mujer que desde siempre ha sabido qué es lo que quiere entregar a su público. Se nota el trabajo detrás de “Idea Blanco” tal como se nota que, si así de bueno es el primero, los próximos van a ser incluso mejores. Indudablemente uno de los candidatos a disco del año, háganme caso.
Escrito por Alexander Castillo
«La idea de performar en el escenario, y que todo lo referente a las canciones en vivo se vuelva una experiencia, fue algo que tuve que descubrir con el tiempo. No existían tantas referentes femeninas en la escena indie chilena under que me hicieran sentido de esa forma. Tuve que mirar a otras escenas para ir nutriéndome de ideas.
Idea Blanco es un alterego que encapsula muchas cosas que quiero ser. Ocupar un espacio que no está satisfecho. Por eso me parece importante lanzarme con un nacimiento, por eso el homónimo conceptual donde el concepto es Idea Blanco«, comenta la artista.
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Por Idea Blanco
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Sello Casata / Agencia Ovoide