Adelaida en Temuco: Un retrovisor con una mirada tranquila

Escrito por Steven Ojeda
Fotos por Nicolás Molina

A menos de cuatro meses de su última llegada a la novena región, Adelaida volvió a Temuco a presentar su último aclamado disco ‘Retrovisor’ (2023) y sus clásicos imponderables. Junto a las bandas teloneras Todos mis Amigos están Tristes y Brisa de invierno, casi repletan el teatro del Centro Cultural Galo Sepúlveda, subiendo un peldaño más a diferencia de la fecha anterior, que fue en la conocida sala de conciertos MICROSALA.

Todos mis Amigos están Tristes: La promesa temucana

Marcando las 19:10, se abrió por primera vez el telón para presentar los primeros fuegos de la noche. Y si hablamos de fuego, empezamos con un incendio. De cero a 200 sonó con potencia la banda telonera, o más bien, Todos mis Amigos están Tristes; llamemos con propiedad a una banda emergente que con riffs grunge, demasiado rock en el cuerpo, incluso con un saxofonista, marcaron un destacado inicio que sorprendió a más de uno en el público. Con una canción en Spotify solamente, les queda trabajo por producir, pero no por practicar. Muy prolijos, se notan los ensayos. Una joven promesa que asemeja a la profesionalidad de Asia Menor.

Brisa de Invierno: Validez al frio

Segunda apertura del telón, Brisa de Invierno entró al escenario siendo las 20:00 hrs. Con un show con más tranquilidad, marcó la depresión intermedia de la noche, sin dejar que el público se apagara, pero validando el frío de su calma. El bajo junto a la batería fueron los protagonistas. Riffs de bajo bien marcados y platillos veloces acompañaron a las canciones que quisieron habitar en el teatro. Mostrando singles, canciones nuevas, aludiendo sus canciones a videoclips próximos a sacar, Brisa de Invierno aprovechó la instancia de quedar en el oído del público. Son una banda que está constantemente en distintas instancias; harto trayecto en escenarios. Con un EP que será lanzado el próximo 23 de agosto, es una banda que demuestra que el invierno de Temuco puede ser acompañado de buena música. Una banda con un fiel sonido indie rock.

Adelaida: Un retrovisor con una mirada tranquila

20:40, tercera y última esperada apertura del telón. Adelaida, con suavidad y shoegaze, abrió el show con “Resplandor”, mostrando desde el primer momento la capacidad vocal de Claudio, más conocido como Jurel Sónico. Su nueva llegada a Temuco los reconforta y, a pesar de que sea un escenario nuevo, la experiencia los acompaña. “Caída Libre» bajó con rapidez al oído del público y empezaron a hacerse más notorios los coros de la gente.

Antes de que llegara “Retrovisor”, la bajista de Adelaida, Anke Steinhöfel, da las primeras palabras al público y alusivas a la luz del lugar: “De verdad no se ve nada desde acá, pareciera que estamos solos”, sacando risas del público. Retoma Claudio: “Agrademos a Todos mis amigos están Tristes” y a Brisa de Invierno por tocar”.

“Retrovisor” da una buena bienvenida de lo que es el álbum. Siendo la primera canción de su último LP, el rock alternativo viene acompañado del headbanging y el público no se hizo esperar. Omitiendo un poco la serenidad, los pies empezaron a tocar los tambores y las cabezas a agitarse al son de los riffs. Y como si no fuera planeado, la última canción del LP fue la siguiente: “Desdén”. La transición de los arpegios presentes en la canción hasta el riff principal marca un encadenamiento impecable. No por nada fue el primer single de su quinto álbum.

“Vamos Temuco, no escucho ná”, se hacen escuchar los gritos del público y Claudio prosigue: “Se ve que están super cómodos, nosotros estamos super bien, ayer tocamos en Puerto Montt, la estamos super, así que para ustedes: Océano”.

Su último álbum fue el protagonista, pero desde su primer EP ‘Narval’, hicieron un recorrido a través de sus más de 10 años de carrera.

“Holograma” fue la llegada a la cúspide para mantenerse ahí hasta el final del show. El estribillo cantado por Claudio, Anke y Marcus y un duelo de bajo y batería contra guitarras, fue un no parar de situaciones que dejaban con la boca abierta. Muchas sonrisas se esbozaron por admiración de tal espectáculo. “Los Dientes” y “Alma en Pena” fueron las joyitas para que cada uno tenga su lugar destacado del show. En especial Marcus Sobarzo con “Alma en Pena” que ya le faltaba un momento para destacar todo el grunge y post-punk que puede plasmar en su guitarra.

Con varias falsas últimas canciones, llegó el final: “Gracias a todos, espacio muy lindo, gracias a ustedes, esperemos volver pronto” menciona Claudio Jurel Sonico, que marcó la salida con “Cerbatana”. Aun así, el público, insaciable y a la vez ambicioso, empezó a aplaudir y pedir más canciones. Claudio preguntó: «¿Quieren todo de nuevo?, ya, ¿se puede?”, y marcando el visto bueno de producción, tocaron las últimas dos canciones para luego tener tiempo para compartir con el público.

Firmas, conversaciones con las bandas teloneras sobre música, pedales, experiencias, y un público agradecido, fue un final de un retrovisor que, con la vista de una banda serena y con experiencia, lo miraba con tranquilidad hacia el pasado, porque el futuro, de alguna manera, ya lo escribieron: ser una de las bandas más relevantes de la escena alternativa chilena.

Setlist de Todos Mis Amigos están Tristes: