Entrevista

Cøncøn: «Música rural es una especie de ironía o de chiste»

Por Antonia Reyes

Después de lanzar su primer LP en solitario titulado «Estado» en 2021, y tras colaborar con Javsi en un proyecto que vio la luz en marzo de este año, el artista chileno Víctor Schelsinger, más conocido como Cøncøn, vuelve a sorprender con su nuevo álbum, «Música Rural». Este trabajo, que se presenta como una reflexión irónica y profunda sobre la vida en la periferia, está cargado de emociones y sonidos que desafían las expectativas, abarcando una interesante paleta sonora con ocho pistas que fusionan IDM, Hyperpop y Psicodelia. El LP desafía las expectativas y ofrece una experiencia auditiva enriquecedora.

En esta entrevista, Cøncøn nos habla sobre el proceso creativo detrás de su segundo LP, las motivaciones que lo llevaron a concebir este proyecto y lo que los fans pueden esperar de la próxima gira que comenzará el 15 de agosto en el Teatro Mori, en Santiago, y recorrerá varias ciudades a lo largo del país.


¿Desde cuándo vienes trabajando en este LP titulado «Música Rural»? Este sería tu segundo álbum en solitario. Primero lanzaste «Estado», luego trabajaste en una colaboración con Javsi que salió en marzo de este año y ahora este nuevo LP, ¿verdad?

Tal cual, «Estado» lo liberé a inicios de 2021. En ese tiempo vivía en Santiago. Saqué un EP en pandemia, y la vida me llevó a salir de Santiago, buscando nuevas oportunidades, porque lo que veníamos construyendo antes de eso se derrumbó. Me fui a vivir a un lugar llamado Vilches Alto. Estuve allí dos años, y de hecho, el disco «Estado» lo lancé estando allá. Una vez que lo lancé, comencé el proceso creativo de lo que terminó siendo este disco que se llama «Música Rural», que estrené el 21 de junio de este año. Ahora estaré tocándolo en vivo por primera vez el próximo jueves 15 de agosto.

El trasfondo de Música Rural

¿Cuál fue la motivación que te llevó a empezar con «Música Rural» y cómo finalizaste totalmente con este proyecto?

En realidad, fueron varias cosas. Hacer música es parte fundamental de quién soy. Es una necesidad para mí estar constantemente creando, aunque a veces dejo descansar el proceso de creación, pero nunca es realmente un descanso. Siempre es una acumulación de cosas que terminan por salir después.

Este disco fue apareciendo de a poco, y me costó bastante. Al principio pensé que iba a ser un EP, después una colección de algunas canciones, y así. Pero al final, lo que importa es lo que uno lleva a término. Hubo varios intentos fallidos tratando de profundizar y buscar una identidad sonora. Primero, me enfoqué en encontrar una paleta de sonidos que me convenciera, que siempre es súper importante para mí. Luego, tener algo de verdad que decir, porque si no, ¿para qué hablar? Eso fue lo que terminó de cuajar.

Al final, me tuve que ir de donde estaba en la montaña y me mudé a la playa. Ese cambio dejó una apertura que no sé muy bien cómo describir, pero finalmente, venía con toda esa carga encima y se soltó todo. Fueron como tres o cuatro meses donde todo terminó de cuajar. Salieron muchas canciones que forman parte de la columna vertebral del disco. De hecho, el disco va hacia atrás en términos cronológicos, porque las primeras canciones son las últimas que hice, y las últimas canciones son las más antiguas, las que compuse al principio del proceso.

¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al LP, considerando que el contenido sonoro no es lo que se esperaría con ese título?

Le terminé poniendo «Música Rural» porque, para mí, es una especie de ironía o de chiste. Con ese nombre, uno pensaría que debería sonar diferente a lo que realmente suena. En realidad, cuando te vas a vivir a la montaña, piensas que te vas a poner un poncho y tocar guitarra, pero eso no me pasó [ríe]. Así que le puse «Música Rural» también porque siento que los temas que he explorado siempre han tenido que ver con dos ejes: la vida y la muerte, en general, y la ciudad y la periferia. Es una reflexión un poco sociológica sobre cómo las ciudades dan este falso sentido de seguridad, algo con lo que vengo trabajando desde mi primer disco como Cøncøn.

¿Qué busca transmitir «Música Rural» al llegar a la gente? ¿Cuál es el impacto que esperas que tenga?

Es difícil porque no tengo ninguna expectativa sobre qué puede provocar en alguien. Trato de alejarme lo más posible de encontrarle un sentido a eso, y lo dejo en manos del oyente. Te puedo decir lo que significa para mí el disco, aunque sería revelar más de lo que uno debería como artista. Para mí, «Música Rural» significa alejarme del centro hacia la periferia, desde adentro. Entender que es imposible escapar completamente de las garras de la ciudad y del espacio mental abstracto y digital del cual seguimos participando. Trato de alejarme de lo mental con mi música, pero tiende a irse hacia allá muchas veces, a pesar de que hay factores emocionales. Es un reflejo de cómo las problemáticas que uno vive día a día estando lejos de la zona urbana no cambian demasiado, salvo que he tenido que aprender a vivir en lugares donde el agua escasea, donde los problemas son si vas a tener agua o no. Eso es lo que conlleva vivir lejos de la zona urbana.

Acerca de la gira

Respecto a la gira que comienza el 15 de agosto en el Teatro Mori (Santiago), ¿cuáles serán las otras ciudades donde mostrarás tu LP?

Después del Teatro Mori, estaré tocando en Matucana 100 durante el mes de octubre. En noviembre, tocaré en Concepción y en Valdivia. En diciembre, volveré a Santiago. Eso es lo que está confirmado por ahora, aunque también hay un par de festivales y otros eventos que no puedo anunciar aún.

¿Qué elementos interesantes podemos encontrar en la gira, desde el aspecto audiovisual y la puesta en escena?

Para mí, es otra manera de explorar los límites tecnológicos, porque el disco se creó utilizando técnicas como sobreprocesar voces o utilizar sonoridades digitales. El show en vivo es una extensión del disco. Se presenta en formato live set, donde sostengo la presentación por más de una hora, solo, aunque acompañado de todas las máquinas que me ayudan a sonar grande sobre el escenario. Estar tocando y cantando solo tiene que ver también con adaptarse al momento en que vivimos, donde es complejo generar giras con bandas numerosas. Estoy desafiando un poco el estándar del formato de banda y explorando el live set, que es un formato relativamente nuevo y ligado a la electrónica, pero quiero ver hasta dónde lo puedo llevar como show en vivo, que sea la experiencia que uno esperaría tener al ver una banda en vivo.

Una parte importantísima es el uso de visuales. En el show en vivo, me acompaña la artista visual Bernyro, y hemos trabajado mucho tiempo en generar esta experiencia audiovisual. Por eso lo vamos a presentar en un teatro, que más bien va a ser como un cine, con una gran pantalla y música cinemática. El viaje que tratamos de presentar en el show es igual de cinemático, y se complementa muy bien la música con la narrativa visual.

Eso le da un plus al show, lo cual considero necesario con tanta competencia en el área. ¿Cómo vives esa experiencia competitiva en la música?

Este tema me parece súper importante. Creo que ha habido una suerte de intoxicación dentro de la industria de la música en los últimos seis años, como un eco de otras épocas donde se generaba mucha plata con la venta de música grabada. Parecería que eso abre oportunidades para que todos podamos vivir mejor de la música, pero cuando empieza a haber mucha plata, empiezan a aparecer intereses ajenos a la música, que tratan de hacerse con un pedazo de la torta. Además, la pandemia minimizó los espacios. En Santiago, es triste ver cómo muchos de los lugares importantes para la escena independiente murieron, aunque algunos han resistido y otros han intentado nacer.

Para mí, llevar el show en este formato tiene dos componentes. Primero, me acomoda trabajar de esta forma en vivo. Segundo, me permite moverme con más agilidad. Estamos en un momento crítico en el sector, y creo que el llamado es a colaborar y apoyarnos entre quienes estamos en este camino difícil. Mi trabajo en la música va mucho más allá de lo que hago con mi disco o mi show en vivo. Es lo que me hace latir el corazón, pero también ocupo otros roles en el mundo de la música. He hecho de todo, tratando de apoyar a otros proyectos. Recientemente, abrimos una cooperativa de productores y artistas musicales, un sueño que veníamos trabajando hace tiempo, que se llama Ronda. Eso es la otra mitad de mi proyecto como artista y productor musical, y es un espacio donde el llamado es a colaborar y ayudarnos mutuamente.

Víctor, para ir finalizando, ¿quieres entregar algún mensaje al público, ya sea una invitación a escuchar tu nuevo LP o un mensaje que te salga del corazón?

Yo diría que la invitación principal es a juntarnos a través de la música y no olvidarnos de sentir y conectarnos con nosotros mismos. A través de eso, poder conectarnos con más personas. Creo que la música es mágica en ese sentido, en todas sus formas, ya sea grabada o en vivo. Esa es la razón por la cual hago esto. Trato de, a través de mi música y mi trabajo diario, generar puentes entre las personas en un mundo que está bien complejo. Así que, a juntarnos a través de la música, no solo de la mía. Si quieren ir a verme en vivo, encantado, pero a juntarnos y no olvidarnos de nuestra humanidad y de todos los que compartimos este mundo.


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