KUINA en Sala Metrónomo
Live Review

KUINA en Sala Metrónomo: Esto no era sólo un juego

Escrito por Teresa Leiva
Fotos por Andie Borie

 

La reina sureña del trap, KUINA, arrasó en Sala Metrónomo con su primer gran show propio: “Kuentos de un Konejo Perdido”. Un domingo inolvidable para todos los fans que pudieron disfrutar de su propuesta escénica y musical, además de la posibilidad de conocerla presencialmente en un Meet & Greet que realizó antes del show.

Los conejos azules daban vuelta la cuadra de Ernesto Pinto Lagarrigue. Sus fans, caracterizados y motivados, llegaron alrededor de las 16:00 de la tarde. Algunos para el ya mencionado Meet & Greet, y otros para esperar la apertura de puertas, que era a las 18:00 hrs. La propuesta estética de la artista se expandía por la sala. Ella prometió un bosque encantado y lo construyó. Las luces azules, color sello de la artista, inundaban la pista mientras las personas se movilizaban y encaramaban en los rincones. Todo por tener la mejor visión de la artista.

KUINA en Sala Metrónomo

Un vistazo al camino recorrido

Leonora Tonini Cáceres, más conocida como KUINA, nació en Lautaro, región de la Araucanía, y desde muy pequeña supo que lo suyo era el arte. Comenzó grafiteando en su barrio –lo que dio origen a su nombre–, y subiendo temas con Beats de internet a sus redes sociales. El éxito de sus primeras canciones la impulsaron a mudarse a Santiago a los 18 años. Su corazonada fue certera y su carrera no tardó en emprender. Conoció a las personas correctas y formó un colectivo junto a otras intérpretes de la música urbana igual de rupuristas e innovadoras: AKRIILA, Cheskv Liz, Bela y Loyaltty. 

Hoy KUINA tiene 21 años y es una mezcla de referentes del pop, rap y electrónica. Sus letras son tan profundas como disparatadas. Toma prestados samples de programas de televisión, videojuegos y clásicos musicales como “Loba” de Shakira, que da inicio a “KARTIER”, canción de su último trabajo ‘SOLO ESTOY JUGANDO MIXXXTAPE’ (2024).

El inicio de Kuentos de un Konejo Perdido

El show se dividió en tres partes. La primera fue una presentación de la propuesta. KUINA apareció en el escenario 30 minutos tarde con las trenzas azules colgando de hilos que las manipulaban desde arriba. Las pantallas mostraban un bosque encantado y las bailarinas estaban maquilladas como payasos. Esos fueron los primeros indicios de la teatralidad de que se venía. 

El público cantó fervientemente el coro de “TU GATA”, la primera canción, y acompañó a la artista durante las siguientes ocho canciones que ella entrelazó, casi sin pausa. Junto a la intérprete, se presentó Marcokein y Akatumamy, en “SANTIAGO HORROR STORY” y “PONCEO 2012”, respectivamente. Esta última canción fue recibida con especial sorpresa y entusiasmo por los fans, dado que es un tema que ambas artistas hicieron juntas.

Siempre fue uno de mis grandes sueños.

La segunda parte del show fue más bien melancólica. Se cambió de vestuario y tocó canciones de sus primeros EP. El escenario se tiñó de rosado y la artista nos sumergió en un mundo más femenino y relajado. Las pantallas mostraban hadas y nubes de algodón de azúcar. Al terminar las ocho canciones, KUINA agradeció hasta las lágrimas la oportunidad de tocar en una Sala Metrónomo totalmente sold out. Siempre fue uno de mis más grandes sueños”, expresó. Para este segundo bloque la acompañó en el escenario Vlntna B, artista en ascenso del género.

El final del comienzo

Terminó el show con sus éxitos más acelerados y energéticos. La artista se convirtió en el conejo azul de su primer álbum de estudio: ‘KONEJO DI PLATA’ (2022), sin dejar fuera canciones de su disco más reciente. El segundo álbum, tal como dice su nombre, “SOLO ESTOY JUGANDO”, es una mescolanza que demuestra la entretención, imaginación y libertad presentes a la hora de crearlo. KUINA le quita la seriedad, pero no deja de ser pulcra en su propuesta. A través de sus tres outfits, actuaciones y bailes, fue posible percibir la planificación y motivación estética del show. A ratos, más que un concierto, parecía una obra de teatro o una intervención artística.

Supo medir los tiempos con pausas acompañadas por teloneros y lanzó botellas de agua a los que le pedían. La cantante no paró de moverse de un extremo al otro del escenario con un ímpetu impactante. Luego de 26 canciones, invitó a todo su equipo y amigos de la escena para despedirse con su último éxito: “TOY ENOJÁ”. Entre los invitados estuvo Maltrunks, Kuroh y Loyaltty.  


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