Babasónicos en Chile: Tres décadas de romance desfachatado

Escrito por Antonia Hernández
Fotos por Omar Yanez

Francisco Victoria fue el encargado de abrir la jornada, con las primeras notas inundando al Movistar Arena alrededor de las 20:15, el artista pop nacional recibió a la audiencia de Babasónicos con algunas canciones de su primer álbum debut, como “Marinos” o “Todo Lo Que Tengo”, que capturaron la atención del público rápidamente gracias tanto al electro pop excitante como a la presencia escénica de Francisco.

Las luces vibrantes acompañadas por el baile llenaron el espacio, y por treinta minutos Francisco cautivó a los presentes con su ejecución vocal y seguridad. “Te lo pido por favor”, canción de su último álbum que cuenta con la colaboración de Francisca Valenzuela, fue el punto álgido de la presentación, las letras emotivas de desamor acompañadas de la voz de un público familiarizado con la melodía darían paso a un emotivo momento que sentaría la emoción para un intenso show que aún estaba por venir.

Magnetismo

El magnetismo de Babasónicos en el escenario siempre ha sido elemento clave de sus presentaciones, y el Movistar Arena fue testigo de esta magia. A eso de las 21:20 horas, la banda, compuesta por Adrían Dárgelos en voz, Diego Uma en guitarra, Diego Rodríguez en bajo, Diego Tuñón en teclados y Mariano Roger en guitarra, subió al escenario con “Tajada”, desatando la emoción del público.

Se trató del show más grande de Babasónicos en nuestro país hasta la fecha, una presentación de larga duración que celebró más de tres décadas de trayectoria. Un público transgeneracional y entusiasta entonó numerosos hits que demostraron la relevancia de la banda y su capacidad de evolucionar y mantenerse resiliente a lo largo de los años.

Desde el rock alternativo hasta el pop psicodélico, el recorrido fue impecable, y pese a que se extrañaron ciertos himnos como “Pijamas” o “Como eran las cosas”, la fanaticada quedó más que satisfecha con las dos horas de éxitos que ofrecieron. Entre ellos destacaron las presentaciones de “Irresponsables” y “Microdancing”, que hicieron vibrar a toda la audiencia con sus coros memorables.

Una banda electrizante

«Hace 30 años empezó en La Batuta», comentó Adrián Dárgelos en un momento del concierto, remontándose a las primeras tocatas que Babasónicos realizó en sus visitas iniciales al país, en el icónico bar de Ñuñoa durante los años 90. Visitas que serían seguidas por múltiples shows en el territorio nacional, gracias no sólo a la cercanía geográfica con los trasandinos, sino que también en favor del notable cariño que la banda tiene al público chileno, quienes han tenido la fortuna de verlos en distintos recintos y festivales, tales como Lollapalooza en 2016, o el año pasado en Fauna Primavera.

El ingenio y la originalidad de las letras de Babasónicos se manifestaron a través de la particular voz de Adrián, quien encarnó las líricas de sus canciones con una inconfundible presencia y estilo en el escenario. Su desplante es esencial, y sus movimientos en el escenario transmiten confianza y seguridad que bordean lo arrogante, pero que se encargan de encantar a todo los presentes, es imposible no seguir el paso decidido y los movimientos certeros del vocalista.

Este dinamismo fue complementado exitosamente por el resto de los miembros de la agrupación: el carisma provocador de Diego Uma añadió una capa extra de magnetismo hipnótico al espectáculo, con sus bailes y giros enérgicos que parecían plantear una fuente de ritmo y vigor inagotables. Así mismo, la precisión y energía de la ejecución musical de la banda, acompañados por visuales hipnóticas y armoniosas, permitieron mantener siempre vivo el ambiente electrizante.

“Y qué” fue la encargada de cerrar la noche, un broche de oro perfecto para la banda, con una lírica desfachatada y característica que permitió entonar los últimos coros de lo que fue una cita romántica e incitadora para todos los presentes del Movistar Arena. La continua relevancia en la escena musical de Babasónicos y su estelar presentación dejan con gusto a más, y con ganas de poder tener de vuelta a los trasandinos con todos los éxitos presentes, y como no, los faltantes, para entonarlos ojalá en otra oportunidad.