Por Alexander Castillo
Negándose a ser encasillados en un sólo género, el dúo nacional La Hipocresía Mató al Gato conversa sobre sus pretensiones artísticas, el proceso tras su segundo disco “Reflexiones Tempranas” (2024) y sus feats soñados, de cara al lanzamiento en vivo de su álbum en el Centro Gabriela Mistral.
Activos desde 2020, los productores Nicolás Roa y Tomás Cordero han explorado en conjunto el arte de hacer lo que quieren porque quieren. No buscan el reconocimiento en un estilo, sino que se pasean por diferentes sonidos y géneros a lo largo de sus canciones. Debutando en 2022 con un disco homónimo, el proyecto musical estrenó a comienzos de mayo «Reflexiones Tempranas«, álbum que presentarán al público el próximo sábado 1 de junio a las 20.00 horas, en el centro de Santiago.
Ustedes se definen como una banda “multi estilística” y un grupo que “busca desmarcarse de los parámetros convencionales de la música popular”. ¿De dónde nace esta propuesta?
Nicolás: Fue una búsqueda muy genuina. Hicimos canciones, maquetas, desde el disco uno y desde ahí decidimos hacer música sin límites, sin estilo. Que sea lo que nosotros queramos hacer. Igual se siente que las canciones tienen una línea editorial, a nivel sonoro o estructural, quizás, pero no tenemos una idea de que debemos sonar a algo. Simplemente queremos hacer la música que nos resuena.
Tomás: El hecho de definirlo como multi estilístico es algo que alguien te pide. “¿Qué tocan, cómo se definen?”. Al final esto nace desde las ganas de hacer música, jugar un poco y expandir nuestros propios límites de creatividad. Nos gustan tantos estilos, ¿por qué cerrarse solamente a hacer uno? Obviamente la definición que pide la industria es que somos multi estilísticos, pero nosotros hacemos los que nos gusta. Si el día de mañana queremos hacer un disco solo de rock, probablemente lo hagamos.
Siendo este su segundo disco, ¿cómo fue el proceso de creación de este álbum? ¿Qué aprendizajes o nuevas exploraciones decidieron tomar, en comparación a su primer LP?
Tomás: El primer disco salió en pandemia. Se trabajó día a día durante tres meses y fue una especie de catarsis, las canciones iban saliendo en el momento. Fue mucha improvisación y botar lo que estábamos sintiendo: que todo era muy extraño. Veníamos saliendo del estallido social para pasar a un encierro que no sabíamos cuándo iba a terminar. De ahí fue volver a hacer canciones, a enfocarnos en una canción, después otra, eso más que pensar en esta gran historia como fue el primer disco. Nació de eso, de componer y después ver para donde iban.
Fue una recopilación de todo lo que ha ocurrido estos últimos tres, casi cuatro años de nosotros, y dimos con este relato de un día normal en la vida de una persona que, básicamente, creo que somos nosotros. Las canciones son mucho más personales, hablan de nuestras vivencias. Del cansancio de vivir en una ciudad que va más rápido de lo que nosotros podemos ir, de desahogos emocionales, penas de amor, etcétera.
¿Y qué los llevó hasta Argentina para grabar parte del disco?
Nicolás: Nos llegó una oferta de un estudio que se llama Romaphonic. Se nos dio la oportunidad de ir a grabar y también hacer unas fechas, ver cómo es el movimiento, conocer gente, productores. Ir a cachar cómo estaba funcionando la cosa allá. Grabamos las baterías en Romaphonic con un doctor que es como un técnico de baterías muy bueno, Tano Cavalletti, nos enseñó caleta. También fuimos al estudio La Siesta del Fauno a grabar teclados y sintetizadores. Ese igual estaba buenísimo porque es como el cielo de los pianos. Fue una experiencia inolvidable, aprendimos muchísimo y creo que también se nota en el disco cómo suenan las baterías, por sobre todas las cosas.
¿Cómo se han preparado para el lanzamiento en vivo en GAM?
Tomás: Durante la grabación del disco en Argentina, que fue cuando empezamos a montar estas canciones, fueron un montón de horas de ensayo para llegar súper precisos y estudiados. Luego tuvimos una gira, el año pasado, donde tocamos las canciones en diez ciudades diferentes. Tocamos mucho las canciones, venimos con harto tiempo tocando y cada concierto ha sido distinto, cada vez que lo hacemos hay un aprendizaje o cosas que se nos ocurre que podemos lograr de mejor manera.
Para este lanzamiento también ha sido una preparación de meses. De pensar en cómo lo vamos a hacer, cómo vamos a interpretar este disco. Queremos hacer una experiencia más inmersiva. Habrá una especie de audio inmersivo en algunas secciones del concierto. Estamos trabajando con Seba Morales, un gran iluminador con mucha experiencia; en el fondo él toca en vivo con nosotros. Los iluminadores no solo programan todo, sino que van tocando e interpretando tu música a través de las luces, entonces hay una conversación entre música y luces en la que él estará ahí con nosotros.
Creo que este es el show más bonito que hemos preparado hasta ahora. Estamos conformes, entusiasmados. Muy ilusionados del resultado que creemos que va a tener este concierto.
¿Veremos algunos de los feats del álbum, como los de Bronko Yotte o Masquemusica?
Nicolás: Sí, van a haber sorpresas.
Tomás: Por supuesto.
Chicos, ¿hacia dónde piensan ir después de este lanzamiento? ¿Qué es lo que quieren hacer en esta nueva etapa?
Nicolás: Ahora mismo tocar lo más posible, difundir el disco, tocar las canciones. También darnos un espacio de composición, de ver qué estamos escuchando y lo que hemos aprendido. Hace rato no nos sentamos a hacer música y creo que ahí saldrán muchas preguntas y respuestas sobre lo que empezaremos a hacer. Un disco es más lejano que un EP, quizás, o canciones sueltas con artistas con los que nos gustaría colaborar. Creo que este proceso de difusión del álbum está bueno para hacer temas que vayan saliendo de a poco, floreciendo nuevas interrogantes y formas de ver la vida con relatos más cortos que un disco de 40 minutos.
Hablando de colaboraciones que les gustaría hacer: ¿Con qué artistas sueñan con colaborar? ¿A quienes les gustaría invitar en el futuro cercano?
Tomás: Estamos haciendo algo con Nando García, gran amigo y gran músico. También con Pau tenemos muchas ganas de hacer música. Hay ideas por ahí y probablemente ocurran. Ya soñando en grande ambos somos muy admiradores de Dulce y Agraz. Nos gustaría colaborar con productores que son bacanes, como Sebastián Aracena que es un súper productor. Artistas internacionales como Willy Rodríguez, de Cultura Profética, también. Ya soñando en grande (risa), es uno de nuestros ídolos y un genio. Nunca está mal soñar con esas cosas que pueden ocurrir.
