Escrito por Felipe León
Fotos por Alejandra Besoain
Pese al frío, Espacio del Ángel albergó una calurosa jornada de intensidad y emoción, donde se pudo observar a varios entusiastas de sonidos ligados al hardcore, congregados con la sola intención de disfrutar. Y por supuesto, experimentar un momento de vida a cargo de una electrizante descarga de viscerales gritos, imposibles de obviar. Pues, el pasado sábado 11 de mayo Joliette regresó a Chile, y lo hicieron acompañados de Chances y Cienfuegos.
En ese sentido, la fecha triple organizada por el colectivo TNMTH (Todos nuestros mañanas terminan hoy) no solo funcionó como un muestrario de la vigencia de los mexicanos, sino que también evidenció las sólidas propuestas que existen por estos lados.
Chances: desgarrada conmoción
Desde la irrupción de su reciente LP homónimo liberado hace poco más de un año, la carrera de Chances no ha hecho más que ir cuesta arriba. Un logro ad hoc a los atributos del proyecto, dada su inexorable capacidad de sostener la atención de la audiencia, a pulso de emotivos reflejos de su costado más vivo. Impulsos que tienen a la banda sonando mejor que nunca, quedando demostrado, por ejemplo, en esta intensa velada que además sirvió para mostrar su reciente sencillo, «Druidas», en compañía de Gastón Prado de los propios Joliette.
Como era de esperar, la presentación estuvo cargada a su último álbum con piezas como «Primero en caer», «Condena» o «Panóptico», concretando una grata primera impresión de la jornada. Debido a la entrega de la banda, marcada por una química instrumental algo sísmica y atmosférica. A cada instante, desgarrada por la conmoción de su voz.
Había energía y sobre todo ganas de escuchar por parte del público, y eso se notó, sobre todo, cuando tienes a una banda con las características de Chances: directos, oscuros y pesimistas. Mucho más ominosos que en ocasiones anteriores, lo que demuestra el constante flujo creativo que les impulsa siempre más allá.
Cienfuegos: iracunda melancolía
La posterior irrupción de Cienfuegos canalizó una energía diferente, salvo por la manera gritada de entonar sus cantos, lo que sería una tónica de la jornada. En cierta medida, la banda de Santiago le brindó un matiz melancólico a su iracunda presencia, convergiendo notables arreglos instrumentales que apremiaban el desarrollo de canciones, pese a que la intensidad siguió latente con cada muestra florecida de su reflexiva propuesta.
No por nada, su puesta en escena consiguió atrapar la escucha atenta de la gente, que irremediablemente movía el cuerpo frente al magnético trance revelado por la banda. Gracias a una consumada introspección derramada en cada nota, la histeria promovida por su desgarrador screamo conectó con el ambiente que se vivía en Espacio del Ángel, dando espacio a mostrar piezas de su más reciente EP ‘Derrotero/devenir’ (2022), así como las de su corta duración homónimo (2019).
«Pedagogía de la venganza», «Desarraigo», o «La suave caída de los pájaros al caer» sirvieron como una fiel representación de lo promovido por Cienfuegos con los años, mostrándose entre tanto impulso emocional, bastante agradecidos de la fecha. Porque aún hay interés por este tipo de instancias en vivo, compuestas por grandes proyectos crecidos en estas tierras; y mejor aún con una visita como la de Joliette.
Joliette: desde las entrañas.
TNMTH gestionó un recibimiento a la altura de los mexicanos, ayudando a entrar en calor a las personas congregadas en el lugar. La energía estaba intacta, el ánimo revolucionado pero acogedor, pues había espacio para movilizarse al frente, con el fin de sucumbir al cautivador conjuro que su exorcizante música provoca. Respuesta inmediata a la agresiva determinación por estallar el lugar que mostró Joliette tan solo empezar.
Bajo esta lógica, el grupo canalizó una propuesta abrasiva y demoledora, de salidas frenéticas que parecieran convulsionar su sonido desde lo ansioso y cambiante. Música nacida desde las entrañas, atacada sin tregua a través de la vistosa interpretación de sus integrantes, capturados por la efervescencia que significa plasmar tan determinantes expresiones de rabia y odio. Por ende, la motivación se multiplicó entre las personas que conformaban tan inspirado pogo, a ratos desatado y escandaloso; a momentos atrapado en el shock.
La ‘Luz de Bengala’ que conforma su último EP, encendió una noche fría con canciones como «Charlotte» o «Lemus», que funcionaron como antorchas dentro del oscuro panorama acontecido. Con Joliette encarnando una sublime metáfora de lo que brilla en encuentros como estos, al son de un screamo con plenas salidas relativas al mathcore, pero también al post-rock, condensadas en una definición visceral de lo que es tocar.
De lo que es sentir.
XIII.
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