A.N.I.M.A.L. en Chile: Las venas abiertas de América Latina

Escrito por Felipe León
Fotos por Mario Miranda Del Río para Sala Metrónomo

Como una voz sangrante en sus gritos, incesante en su rabia y memorial en su actuar, lo de A.N.I.M.A.L. dentro de la escena metalera latina merece un lugar estelar, gracias a una impronta rebelde que ha sabido tomar el pulso a los tiempos. Un mensaje testimonial galopante que recorre con sumo respeto y deseos de liberación; las venas abiertas de América Latina.

Por lo mismo, no es de extrañar que en sus temáticas encontremos ataques directos al colonialismo, cultivados desde un deseo pleno por mostrar las atrocidades cometidas contra las civilizaciones aborígenes. Así como la eterna explotación de los pueblos, sus riquezas y cultura por parte del poder. Siempre haciéndoles frente.

Todos estos elementos fueron canalizados con la frescura de siempre por el trío integrado por Andrés Giménez, Cristian Lapolla y Marcelo Castro, en un potente concierto brindado en Sala Metrónomo.

Rama: Culto a la vigencia

En la previa del show de A.N.I.M.A.L, las personas congregadas en el recinto pudieron disfrutar del siempre sorprendente directo de Rama. No por nada son el acto local nacido en lo que su momento fue la explosiva escena ‘aggro metal’ —en pleno cambio de milenio— que mejor ha sabido sortear el paso del tiempo, debido al interés suscitado con frecuencia en torno a sus creaciones, siempre apostando por la vigencia.

Lo mejor es que los años pasan y la banda sigue al pie del cañón, fluyendo entre un directo y emotivo metal alternativo que rescata lo mejor de su trayectoria. En ese sentido, sus clásicos de antaño y los más recientes generaron un ambiente de movida complicidad entre sus integrantes y la audiencia, que en más de una ocasión respondió cantando y saltando.

Rama concretó así un set de casi 45 minutos en los que sonaron temas como «Cobardes», «Comunicar», «La Señal» o «Ramazuka».

A.N.I.M.A.L: saltar hasta el techo

La presentación de los trasandinos se dio en el marco de una visita que los tuvo el pasado sábado 23 de marzo en el Festival REC 2024, luego de varios años de ausencia por estas tierras. Lo cierto es que el tiempo pasa y el amor por la banda de parte de su fanaticada de siempre se mantiene intacto, evidenciando esta especial conexión de principio a fin con el demoledor show que desató la locura en Sala Metrónomo.

Es quizás el valor de sus letras que retratan la resistencia de la gente latina frente al imperio, el saqueo y exterminio, lo que mejor representa la vitalidad de A.N.I.M.A.L., hablando de problemáticas y realidades que de cierto modo une a un gran porcentaje de su gente. La que no tuvo reparos en hacer sentir su gratitud en base a constantes saltos, impulsivos movimientos y aplanadores mosh que fueron la tónica durante todo el evento.

En medio de estas dinámicas, un ir y venir de canciones de todo tipo pertenecientes a sus clásicos noventeros como ‘Fin de un mundo enfermo’ (1994), ‘El nuevo camino del hombre’ (1996) o el popular ‘Poder Latino’ (1998), así como posteriores tipo ‘Animal 6′(2001) o ‘Combativo’ (2004).

La resistencia

En sus canciones se refleja el sufrimiento de los pueblos aborígenes, la represión policial o la codicia de las clases dominantes. Sin embargo, la impresión más fuerte del proyecto se traduce en el sentido de comunidad que buscan instalar como una resistencia frente a los actos de injusticia y la violencia.

En ese sentido, la comunicación sobre todo por parte de Andrés Giménez fue clave, contando anécdotas, dedicando un tema al fallecido ex baterista Martín Carrizo, e incluso invitando en más de una ocasión a personas a subirse al escenario. Carisma y gratitud frente a un público que quería locura; la obtuvieron.

Porque el set de A.N.I.M.A.L. desplegó bombazos a la memoria como «Revolución», «Guerreros urbanos» o «Combativo», hasta joyas tipo «Escrito con sangre», «Fin de un mundo enfermo», «Lejos de casa» o «Familia (es la oportunidad)». Un recorrido agresivo e incesante que iba desde el groove metal con «Sol», pasando por el nu metal de «Loco Pro», o derechamente el crossover thrash de «Barrio Patrón».

Por supuesto, el remate con la inmortal «Solo por ser indios» y el cover de Body Count para «Cop Killer» sellaron lo que sería otro encuentro memorable con los argentinos.