Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Alejandra Besoain
La edición 2024 de Lollapalooza Chile dio arranque con un primer día con múltiples propuestas y nombres que hicieron de las suyas en los diversos escenarios esparcidos por el Parque Cerrillos. Una jornada que, en general, brilló por un line-up diverso, probablemente el más diverso de todos los días del festival. Después de todo, el reggaetón, el metal, el indie pop y el trap fueron claros protagonistas.
No sólo eso, sino que la diversidad de mejorías que estableció la producción realmente vieron sus frutos. Así sea la disposición de espacios hecha de forma mucho más equilibrada, múltiples puntos de hidratación, y por sobre todo, que el Alternative Stage estuviese techado. Además de la disposición de un plan de transporte en Metro más prolongado ayudó a que a la salida del festival el público se tomase las cosas con mayor calma en el regreso a sus hogares.
Pero bueno, vayamos a los detalles del día.
Primer acto: Encendiendo los motores
Los encargados de abrir la jornada fueron ni más ni menos que Machuca, quienes desde las 12:30 en el Banco de Chile Stage hicieran una muestra cruda y directa del buen punk rock de corte clásico. Nada más que riffs e himnos inagotables que ya sentaban un precedente a la locura que se vendría durante el día en shows más pesados y veloces. No por nada temas como «Vi a ella», «Corazón desilusionado» y «Al patíbulo» fueron coreados con mucha garra, a pesar del sol que no daba tregua.
Mientras El Significado de las Flores entregaba una vívida muestra de su comentado dream pop en el Lotus Stage, Ceaese abría el Perry’s Stage trayendo sorpresitas como la aparición de Aqua Vs, e incluso un pequeño tributo a blink-182 con una interpretación de «All the Small Things». El veterano del género urbano chileno no muestra agotamiento alguno a la hora de brindar un espectáculo de alturas. Asimismo, la mexicana Bratty debutó en Lollapalooza abriendo el Cenco Malls Stage con una presentación de corte tan íntimo que se palpaba como florecían las emociones de canciones como «Ya no es lo mismo, «Tbdn» o «La última vez» –track que dio cierre a su show–, marca registrada de su indie pop/bedroom pop que sigue encantando a miles y miles en Latinoamérica y el mundo.
La jornada seguía desarrollándose con el trap del argentino Bhavi, iniciando su show con «Piso» y «Aeróbico», desafiando a la audiencia al no tocar los temas completos por lo que, en sus palabras, «no tocará temas completos porque no cantaron «Piso». Otra historia era la que se contaba en Cenco Malls Stage, con el show electrizante de Kenia OS, quien brindó un show bastante cuidado en lo estético y el baile, mostrando el oficio que ya ostenta en esta etapa de su carrera, no sin antes darse la oportunidad de interactuar con sus fanáticos, incluso de cerca en la propia barricada.
Y como una suerte de coincidencia, los colores más indie y alternativos se toparon con las presentaciones de León Larregui en el Alternative Stage, y Dayglow, por su parte, encandiló a toda la audiencia que amontaba en el Banco de Chile Stage para presenciar su debut y emocionarse hasta la médula con «Close to You» o «Can I Call You Tonight?». Si hasta una canción inédita nos regaló al comienzo del set.
Segundo acto: Huellas perpetuas
El debut de Jessie Reyez en Lolla fue, quizás, la sorpresa más grande del festival. Y es que el carisma de la canadiense-colombiana, quien se expresaba en español con su público, gozaba de un magnetismo irresistible, ingrediente perfecto para que su R&B alternativo pudiese cobrar todas y cada una de sus credenciales. De seguro cosechó miles de fans en este primer contacto con nuestro país.
Uno de los choques más comentados fue el de Pierce the Veil y AKRIILA. Y sí, no tocan sonidos ni remotamente parecidos pero cada quien llegaba en momentos claves. Los primeros debutaban en Lollapalooza Chile en el Alternative Stage, entregando un show entretenido, carismático e intenso a más no poder, en el que se dio un contraste perfecto entre la emocionalidad de temas como «Hold On Till May» –con una fan en el escenario–, la brutalidad de «A Match Into Water», o el carácter gigante de himno de «King for a Day». Por su parte, la trapper debutó también en el festival en su mejor momento –y hasta la fecha, pues su crecimiento no parece aflojar jamás–, sembrando un show energético e intenso que contó con distintos tracks de «001», mixtape que ya terminó su era, en conjunto con sorpresas como la participación de SOULFÍA y Young Cister.
El debut de Hozier fue uno de los que tuvo más congregación, y es que el irlandés era una de las grandes deudas del circuito de conciertos en Chile, y el finalmente ver aplacadas las ansias de poder verlo con canciones como «Would That I» y el hit inmortal «Take Me to Church», hicieron de la cuota más emotiva de toda la jornada apenas a las 6 de la tarde. De esta forma, el debut de Overmono en Perry’s Stage también cosechó comentarios, quienes llegaron en el momento preciso con su álbum aclamado «Good Lies».
Ahora, Jared Leto y cía. brindaron un show que contó con nada más que espectacularidad, y es que el presente de 30 Seconds to Mars recae bastante en el carisma del otrora actor, quien se encaramó en las estructuras del escenario en alturas, invitó a una hora de fans a subirse al escenario (e incluso a los fotógrafos de medios de comunicación, totalmente fuera de libreto), entre otras muestras de cariño y showmanship. Un contraste con la emotividad indie de El Mató a un Policía Motorizado, en el que los versos eternos de Santiago Motorizado dejaron caer el mar de voces –y lágrimas– con tracks como «La noche eterna», «El tesoro» o «El magnetismo».
Tercer acto: Entrega máxima en Lollapalooza Chile
Cuando decimos entrega máxima, es porque realmente cada uno de los nombres que hicieron de las suyas en la noche del viernes 15 de marzo en Parque Cerrillos dejaron postales para recordar por toda la posteridad.
Por una parte, Limp Bizkit destruyó todo. Todo el mundo estaba preparado y ansioso por entregarse a los riffs de Wes Borland y las líricas de Fred Durst, quienes con su rap metal dejaron una de las cuotas más agresivas en toda la historia del festival en Chile. Hits como «Break Stuff» –tocada al principio y al final del show–, «Take a Look Around», «Rollin'» y «My Generation» desataron moshpits incontrolables y sin forma aparte. No había nada más que reacciones viscerales y prístinas. Gritos, saltos, y una catarsis tan explosiva que dejó un saldo sumamente positivo.
Acto seguido, el colombiano Feid oficiaría como el primer headliner latinoamericano de Lollapalooza Chile, papel que se tomó sumamente en serio con una presentación de drones, una escenografía tan rimbombante –no acostumbrada a verse en festivales–, y, por supuesto muchísimo perreo. Si hasta trajo a De La Ghetto, Paloma Mami, Polimá Westcoast y Pailita para interpretar el remix de «Ultra Solo». Historia sumamente distinta a la que se contaría en el Alternative Stage, con la presentación de King Gizzard & the Lizard Wizard quienes brindaron el aporte de psicodelia y demencia justa y necesaria, y sumamente expresiva que daría cuenta del excelente momento en el que se encuentran. «I’m In Your Mind Fuzz», la agresiva «Dragon», o la excéntrica «Iron Lung» dejaron a un público satisfecho –aunque todo aquel que haya ido al sideshow del 14 de marzo en Coliseo sabrá que una hora no es para nada suficiente para la experiencia completa–.
Quienes aún guardaban algo más de energías, tenían el after listo. Así sea con la electrónica hipnótica de Meduza, o bien, el carrete en la fiesta más linda del mundo con la Bresh. Decisión acertadísima para que los flujos de gente cambien, y la salida sea más expedita al dividir el público entre aquellos que después de los headliners se fueron a sus casas, y aquellos que aún querían seguir bailando y cantando en Lollapalooza Chile.