Bikini Kill en Chile: Girls to the Front

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Andie Borie

34 años tuvieron que pasar para el debut de Bikini Kill en Chile, siendo una de las deudas históricas más notables en las guitarras y el punk en general. Es decir, como emblemas del riot grrrl que son, esto era un suceso que debía pasar. Además, como una poderosa metáfora y señal, el concierto se llevaría a cabo ni más ni menos que el día anterior al 8M, siendo la antesala perfecta para que las mujeres dejaran hervir sus ideales en el explosivo show que brindó la agrupación estadounidense.

Setenta fueron los minutos en los que Kathleen, Kathi, Tobi y Sara hicieron gala de una muestra directa y a la vena del espíritu riot grrrl que reside en sus canciones. Uno que congregó a un público de una demografía compuesta mayoritariamente por mujeres y disidencias –a diferencia de otras agrupaciones de punk rock–, y que, por lo mismo, se generó una sinergia en el público en donde el respeto mutuo fue la tónica, sin dejar de lado la propia locura esparcida por los ruidosos decibeles de temas como «New Radio» –track con el que abrieron su show» o «This Is Not a Test».

En ese sentido, todo estaba motivado por la profunda convicción que hay bajo de la consigna «Girls to the Front», en el que la propia camaradería y sororidad llevó al respeto profundo por las indicaciones interpuestas previamente por la producción, al pedir encarecidamente que no se fumara ya que la agrupación estaba con problemas de salud. En especial Tobi, quien se hizo a cargo de las voces en distintas ocasiones –con la propia rotación de instrumentos que ello conllevaba, para nuestro deleite–, y que declaró que estaba enferma, pero haría su mejor esfuerzo.

Baquetazo tras baquetazo, y riff tras riff, Bikini Kill ganó a punta de una sencilla puesta en escena, y una interpretación intensa, a toda una Blondie totalmente agasajada en temazos como «I Hate Danger», «Carnival», «Capri Pants» o «I Like Fucking». Cortes de breve duración, unos más que otros, fueron de la mano con un público cada vez más incendiario. Como si se tratase de un acto de liberación puro, en el que el sudor poco cansaba a quienes saltaban al ritmo de temas como «Reject All American», «Rah Rah Replica» y «Sucky My Left One».

Cánticos feministas, comunidad y mucho júbilo terminaron por invocar el encore con «Double Dare Ya» y «Rebel Girl», dejando el show en lo más alto. Se gritó cada verso, se saltó cada golpe, se río con cada humorada de Kathleen, y se celebró con cada persona que asistió a la Blondie. ¿El resultado? Una fotografía inolvidable, nutrida por principios atemporales.