Live Review

Raphael en Chile: Dramatismo apasionado de un alma en tensión

Escrito por Felipe León
Fotos por Diego Gamboa

Victoria‘ se titula el más reciente trabajo estrenado por Raphael, mismo que vino a presentar junto a sus grandes éxitos en un Movistar Arena repleto de personas que a su manera, independiente de la edad, mostraron gratitud, respeto y sobre todo fanatismo por el astro español. Del mismo modo, dicho título resume a la perfección lo que fue una noche mágica para este encuentro, demostrando que no importa cuantas veces uno pueda presenciar su actuación: siempre será sorprendente.

Raphael: Pasado, presente y futuro

En gran medida, el fenómeno que genera Raphael desde sus comienzos hasta nuestros días, guarda relación no solo con el valioso cancionero que a estas alturas representa un legado musical imponente en la música hispanoparlante, sino que también por el estatus de culto y vigencia que ha sabido amoldar a su propuesta. Por lo mismo, las 31 canciones que seleccionó para esta especial ocasión profesan el equilibrio existente entre su pasado y futuro, sin descuidar su presente.

La noche estuvo dividida en claras secciones aunque no de una manera obvia, pues el cantante se las arregló junto a su excelente banda de acompañamiento para que el concierto fluyera de la mejor manera posible. De este modo, su presencia y excelsa voz fue un carismático detonante a la hora de transportar la memoria hacia situaciones de lo más evocadoras, conectando de manera simbólica con los tantos recuerdos que la gente del lugar guarda con el artista. Algo que no es menor, dado el gran número de personas pertenecientes a la tercera edad que contra viento y marea lo siguen hasta estos días.

Una relación apasionante que bien lo sabe el cantante, dejando a entre ver numerosas sonrisas en medio de la tensión generada por su legendaria forma de gesticular en la interpretación, sumado al ya de por sí expresivo panorama que genera con su dramatismo y pasión. Porque en el mundo no existe otro como él, y la velada en el Movistar Arena dio cuenta de lo obvio: sigue siendo aquel, el Raphael de siempre.

Otra memorable huella

Un número importante de clásicos y parte de su nueva cepa ocupó parte importante de su presentación, dedicada casi de forma exclusiva al canto y la música más que las palabras y el habla con el público. Esto no quiere decir que Raphael no estuviera atento a cada jugada, al contrario, ya desde un comienzo con «De tanta gente», «Yo sigo siendo aquel», «Digan lo que digan» y «Mi gran noche» provocó la algarabía de su fiel fanaticada, evidenciando su gran manejo sobre el escenario, así como la respuesta cantada de las 12 mil voces que respondían sus eternos estribillos.

El español mantuvo las emociones desbordadas de principio a fin, dejando más momentos para el recuerdo con piezas como «A punto de besarte», «Estuve enamorado», «Qué tal te va sin mi» o la versión solo piano y voz para «A que no te vas». De hecho, uno de los momentos más especiales llegó junto a «Lo saben mis zapatos» y «Victoria», canciones de su ya mencionada última obra que plasmaron de forma genuina su potente forma de cantar.

Pero el show continúo por poco más de 2 horas y media, encumbrando por todo el lugar la perfecta sintonía instrumental y vocal, a través de composiciones inmortales como es el caso de «Maravilloso corazón», «Noche de ronda» o la bella muestra de «Gracias a la vida» que fue ampliamente aplaudida.

Así mismo, sus dotes artísticos elevaron aún más las emociones hacia el final gracias a la fantástica «Estar enamorado», «En carne viva», o la triada de «Yo soy aquel», «Escándalo» y «Como yo te amo». Los aplausos y las ovaciones no se hicieron esperar. Otra memorable huella de Raphael en el corazón de Chile.


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