Live Review

Los Bunkers en Talca: Una noche a la velocidad de la luz

Escrito por Tomás Alarcón
Fotos por Joss Moisan

 

Luego de una exitosa gira en México, Los Bunkers se embarcan en su nueva gira nacional “Ven aquí”, donde Talca fue la ciudad escogida para comenzar con el pie derecho en su segunda fecha. En un Estadio Fiscal casi repleto, la banda chilena interpretó un amplio repertorio que incluía toda su discografía, dejando  a todo el público coreando sin parar, en casi dos horas y media de concierto.

Después de un pequeño retraso, las pantallas se iluminan con las letras traducidas de la canción “Solsbury Hill”, de Peter Gabriel, la cual enfatiza en el regreso a casa. Tras su término, el ambiente se caldea gritando el nombre de Los Bunkers, hasta que finalmente los hijos de Concepción se suben al escenario para comenzar la fiesta con “Miño”.

El comienzo de la trayectoria

A continuación, canciones como “Miéntele” y “Te vistes y te vas”, acompañadas de visuales que iluminaban a un cielo que poco a poco se iba apagando, encendieron al público talquino. Así, Los Bunkers demostraron toda su calidad en un espectáculo de alto nivel al que no se suele estar acostumbrado fuera de Santiago. Posterior a “Yo sembré mis penas de amor en tu jardín”, Francisco Durán es el primer miembro del grupo que toma el micrófono para hablar con el público, explicando lo emocionados que están por volver a realizar una gira en Chile. Seguidamente, dedica “Una nube cuelga sobre mí” a todos los niños, niñas y niñes presentes.

El cielo se oscurece y Mauricio Durán introduce “Diamante negro”, canción perteneciente a su último álbum lanzado el año pasado tras diez años de separación: “Noviembre”. Este disco refleja la madurez de la banda y toda la experiencia acumulada en el tiempo de su receso, pues contempla canciones de variados estilos musicales, manifestando distintas temporalidades del rock y el pop.

La cercanía hacia el público

Más tarde llega el momento del tributo a Silvio Rodríguez, pues la banda nacional obsequia “Quién fuera” y “Un ángel para el final”, siendo coreadas con bastante emocionalidad e iluminadas por las linternas de los celulares de la galería. Tras terminar “Bajo los árboles”, las luces se apagan y Mauricio Durán se acerca a la cancha mediante el puente del escenario y comienza a improvisar para finalmente transicionar a “Ahora que ya no estás”, desatando un estimulante griterío. 

Finalizando la canción, los hermanos Durán caminan hacia el puente para realizar un dueto musical a través de sus guitarras ante los ojos de más de ocho mil personas. Así, esto estableció una tónica que se repitió durante todo el concierto, el acercamiento de Los Bunkers hacia el público, los cuales lo recibían con mucho entusiasmo cada vez que sucedía.

Pues, al terminar “La velocidad de la luz”, toda la agrupación se reposiciona en el puente para comenzar con un set completamente acústico. Durante aquello, interpretan canciones como “Pequeña serenata diurna”  y “La exiliada del sur”, de Silvio Rodriguez y Violeta Parra respectivamente. Para así, finalizar con “Calles de Talcahuano” y “Si estás pensando mal de mí”. De esta manera, la emotividad y la añoranza se hacen presentes en el lugar.

Los Bunkers como reyes del estadio

El estadio queda a oscuras, no obstante, el ruido del público no se detiene al querer más. Hasta que, como si de un telón se tratase, las pantallas revelan el nombre de la siguiente canción: “Deudas”.  La fiesta del regreso continúa. De esta forma, el público no para de vibrar con canciones como “Rey”, “Las cosas que cambié y dejé por ti” y “Pobre corazón”, siendo animados constantemente por Álvaro López, quien no demoró en mostrar sus icónicos pasos de baile.

Tras haber pasado la hora y media de concierto, el público es recargado con “Nada nuevo bajo el sol” mediante las vocales de Francisco Durán. Al finalizar, la bola disco del escenario comienza a brillar y las luces se convierten en una especie de láseres. Ha llegado el momento de “Bailando solo”.  Siendo coreada con mucho entusiasmo, la canción es interrumpida antes del icónico solo por una melodía pegadiza de un sintetizador y las luces comienzan a parpadear incansablemente.

En medio del parpadeo, Álvaro López junto a los hermanos Durán llegan hasta el puente e incrementan la emoción por escuchar el solo. Así, las dos guitarras comienzan a sonar alternadamente  junto a la batería y dan paso hacia el sintetizador, desatando el baile entre el público y López.

Luego, sin dar descanso, continúan con “Ven aquí”, canción que le da nombre al tour. Al finalizar una vibrante interpretación, la banda se despide del público y se aleja del escenario. Instántaneamente, los espectadores solicitan que regresen. Al pasar unos minutos, Los Bunkers regresan con una gran energía para despedir la fiesta en un encore que contuvo cinco canciones, como “Noviembre” y “No me hables para sufrir”. Finalmente, Francisco Durán nos introduce a través de su sintetizador la última canción: “Llueve sobre la ciudad”, en donde los espectadores cantaron más fuerte que nunca. De este modo, Los Bunkers se van de Talca dejando bien claro que han vuelto, en una noche que pasó a la velocidad de la luz. 

Cabe mencionar que la gira contempla otras trece fechas, entre las cuales se incluye la presentación en el Festival de Viña del Mar, y culminará en el Estadio Nacional. 


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