Desde el extremo sur de Chile, en específico Punta Arenas, brotan todo tipo visiones creativas y frutos sonoros que a la larga profundizan aún más el amplio panorama local. Sabidurías como la del grupo Diógenes, que en su nuevo larga duración homónimo proclaman uno de los cruces mejor logrados entre la cosmovisión Mapuche y la música electrizada.
Tal como lo anuncia la segunda y tercera parte de su suite Pewen, “nacimiento de la vida”. De tal modo que en su música habita una sostenida comunicación entre el folk metal y el rock andino, capturada en 10 canciones que brindan versatilidad al camino de la banda. A partir de tres secciones musicales que más allá de corresponder a lógicas propias, no dejan de sonar hermanadas.
Es esta provechosa consistencia un factor determinante al escuchar el disco de Diógenes en su totalidad, desde la ya mencionada Pewen II con los interesantes toques prog. Así mismo piezas más a la mitad como “Caminante del fuego” le otorgan mayor épica al sonido, mientras que “Hasta que valga la pena” florece como una primaveral resistencia, con un estribillo que se pega en la cabeza al instante.
Las tres partes finales de Diógenes desembocan con solemnidad en este catártico, y a la vez mucho más calmo y expansivo final, sellando con creces la prosperidad del proyecto. Porque este disco está hecho para ser recordado, independiente del tiempo que pase. Siempre es buen momento para descubrirlos.
Escrito por Felipe León
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Por Diógenes
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Halim Music Records
