Escrito por Isidora Blanco
Foto por Fabián Suspensivo
En el marco de una gira Latinoamérica, Diego Lorenzini se va despidiendo de los escenarios chilenos en el Teatro Universidad de Chile.
Con fechas en países como Argentina, Uruguay, Perú, México y Colombia junto con la compañía de distintos artistas nacionales como: Simón Campusano, Niña Tormenta y Rosario Alfonso. Se cierra un tour que él define como “puros show que me dejan contento”.
PERCEPCIÓN
¿Cómo te sientes tras esta gira por Latinoamérica 2023? ¿Cumplió con tus expectativas?
Fue super bonito, porque en realidad yo había estado en una gira similar. Si bien se sumaron algunos países que no había ido el año pasado como Uruguay, Argentina y Ecuador. Sí, yo había estado en Perú, Colombia y México y no hace tanto. Entonces el poder volver en esta gira con un show diferente, porque en todos los países en donde estaba volviendo en menos de un año toqué en un formato diferente.
En Colombia por ejemplo toqué con la Niña Tormenta, Rosario Alfonso y con la Matiné Uva Robot, donde tocamos junto a Briela Ojeda y la Muchacha, dos cantautoras colombianas que a mi me encantan. Entonces era un super honor compartir con tantas autoras y cantautoras y tan geniales. Pero al mismo tiempo era un show diferente, entonces la gente que me había ido a ver hace poquito que había visto un show, ahora veía otro, donde hubo canciones que se repetían, y otras eran nuevas.
Sentí que había una continuidad que también era fresca porque era mostrar otras partes que yo hago, que es esta parte colaborativa. Y otros formatos de las canciones, como con más instrumentos, o arreglos distintos entonces eso era muy bonito. Y al mismo tiempo, en términos emocionales, era súper entretenido estar con Simón o encontrarse con Tiare y con Rosario. Parecía un paseo de curso, como poder darse el lujo de no solo viajar a tocar, si no que compartir en el extranjero.
Había algo que contaba con una mística, cierto punto, había un color, un tono que había en las cosas que estábamos haciendo, que yo siento que para la gente que nos va a escuchar en Colombia se quedaban con una imagen de la música en Chile, de la música independiente, o de la cantautora, muy profunda, por mucho que no sea en absoluto representativo de todo lo que pasa en Chile, les llamaba mucho la atención y eso era motivo de orgullo.
¿Cómo es el recibimiento que te dan en otros países? ¿Cómo te sentiste?
Es muy bonito, muy sorpresivo, muy inesperado, muy difícil de darlo por sentado. Porque quizás en una segunda gira, uno puede decir bueno más o menos en términos cuantitativos hay como cierta expectativa, o ciertas predicciones, a cómo se puede aportar y administrar una gira. Pero definitivamente en términos emocionales, en términos profesionales y creativos para mí es bien increíble ver que exista gente de lugares distintos del mundo que conecten tanto con lo que uno hace.
En Latinoamérica hay una conexión mucho más orgánica de la música sobre todo en este ámbito más independiente. Más busquilla, que es muy natural, la gente se involucra mucho y le gusta mucho, y no hay ningún chileno. Pero muchas de mis canciones tienen mucho de esos dichos chilenos, que algunos no los entienden, y no es necesario que los entienda, porque es poesía. Uno no tiene porqué entender todo, lo que se siente ya puede disfrutarlo, pero aún así hay un interés también. Entonces hay palabras y cosas que a veces adoptan o les parecen divertidas. O también uno empieza a ver el chile, y las particularidades del lenguaje desde la melancolía. Un lugar que te hace apreciarlas como si las vieras por primera vez.
DIEGO LORENZINI Y LA TRAYECTORIA
Este año se cumplen 10 años desde tu primer álbum de larga duración “Trenzas Ad Honorem”, ¿Cómo ves todos estos años de carrera hacia atrás?
Un lindo camino. La mitad de ese camino lo pase sin dejar de sentirme avergonzado al definirme como músico. De estos 10 años, cinco mínimo, yo sentía que no era músico, me daba vergüenza decirlo. Después ya me sentí avergonzado de decir que no era músico, que era lo que hacía y ser malagradecido. En el fondo, esto representa la manera en que ha sucedido todo que ha sido muy gradual, muy desde el accidente o desde las oportunidades, que también están un poco fuera de mis manos.
Pero yo a medida que ha ido avanzando el tiempo, y ver “Trenzas ad honorem”, veo que está el aprendizaje al aire. Hay mucho del aprendizaje de grabar, de como componer. Pero también está en ese disco en particular una ingenuidad que me gustaría seguir manteniendo, o me gustaría al menos contener o proteger la capacidad de asombro. Porque a veces claro, cuando uno empieza a tocar y va mucha gente, pero ya cuando tocas por 5ta vez en un teatro donde hay mucha gente. A mi no me ha pasado, pero me imagino que llega un momento como a un cirujano que abrir una persona por primera vez debe ser una experiencia muy épica. También que te ponga muy nervioso, pero ya después de un tiempo muy mecánico. Me gustaría que la música nunca fuese algo mecánico.
Has pasado por varios proyectos durante todo este tiempo como Tus amigos Nuevos y Nuevos Artistas, además de todo su trayecto con Uva robot. ¿Podemos esperar nuevamente algún proyecto de este estilo?
Es una pregunta que yo mismo me estoy haciendo. Siento que si bien todavía hay cosas de lo que estoy haciendo como solistas que tengo pendiente, tengo canciones y tengo formas de trabajar que me gustaría poder llevar a cabo en este proyecto.
Que cuando se agote voy a hacerme las otras oportunidades, pero si he estado pensando mucho que hay algo de eso. Por ejemplo en esta gira con Simón, tocábamos como Simón y Diego, pero había otros shows que tocábamos las canciones de él y las mías juntos. Eso ya me satisface me ha satisfecho la necesidad de estar ahí con alguien tocando. Y lo mismo con la matiné, viene ahora el festival Uva Robot, que estamos terminando de gestionar. Igual estaba pensando un poco, de pronto armar un proyecto colectivo, armar una banda. Tengo ahí como algunos bichitos que me están picando, y también personas que he estado conociendo con las que me gustaría hacer algo.
MIRADA A FUTURO
Y ahora que termina la gira, ¿Qué se viene? ¿Nueva música? ¿Nuevos proyectos?
Tengo muchas canciones nuevas,algunas las he tocado en algún momento en algún concierto, pero hay muchas que aun no he mostrado. Pero ya estoy ya en una etapa final, a veces me demoro mucho tiempo en una canciones, en alguna un poco menos, pero voy acumulando. Pero siempre estoy sacando canciones, pero ya tengo un grupo que es más o menos pareciera ser parte de un disco que me gustaría empezar a grabar al terminar la gira. Voy a estar un poquito más en Chile. Pero en el fondo voy a aprovechar de estar aquí para ir acumulando materiales para estas canciones. Ciertas colaboraciones, ciertos instrumentos que siento que aquí podría grabar de mejor forma.
Esta pregunta que me hacías antes me parece interesante, me haré preguntas nuevamente, estas posibles nuevas bandas o proyectos, también quiero darles una oportunidad. Creo que palabritas y palabrotas siendo un disco de 24 canciones, «De Algo Hay Que Morir», que tiene 17 y el pino que tiene 18, son una trilogía que quizás me permite hacer algo nuevo.
En términos específicos voy a empezar a grabar esas canciones. A donde me va a llevar eso sí a una banda o una cosa solista, aún no lo tengo del todo claro. Quiero grabar en Talca, es algo que me gustaría poder hacer, lo cotidiano del oficio. En febrero me devuelvo a Barcelona y me gustaría llevarme estas piezas.