Live Review

Carnifex en Chile: El paso devastador de un desastre natural

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Francisco Aguilar

 

Siendo una de las bandas más relevantes e icónicas del deathcore, Carnifex realmente tenía una deuda con el público chileno, quienes a lo largo de los últimos años clamaban por el debut de los californianos. La sed por sus breakdowns, riffs y canciones demoledoras era más que real, la que se hizo notar de inmediato con el anuncio de la llegada Scott Ian Lewis y sus compañeros, quienes además estarían acompañados por los nacionales DiametralBefore Breathing, y la llegada de último momento del death metal brasileño de Krisiun. Con esos ingredientes, el 7 de diciembre en Sala Metrónomo era una instancia mucho más que auspiciosa.

La armería nacional: Before Breathing y Diametral

Los encargados de encender las primeras llamaradas de la noche, fueron Before Breathing, quienes dieron gala de un deathcore muscular e insidioso, que en su articulación con subgéneros hermanos como el metalcore y el death metal, fueron capaces de comandar la primera masacre de la calurosa tarde. Nada del todo descabellado, y es que con vocalista en cancha y todo, canciones como «Breathe Again», «Dead Thoughts» y «Oceans of Hate» dejaron múltiples cuellos contracturados por el headbanging.

Por su parte, Diametral trajeron todo el vigor de su death metal melódico de alta herencia metalcore, apostando por una disposición más bien cercana entre amistades que venían por un buen rato –o al menos así era el trato de los músicos con su público–. Una tarea oficiada con destreza que, bajo el alero de riffs inquietos y una disposición simbiótica entre el pasado y el presente del género, levantaron las temperaturas en una Sala Metrónomo que atestiguó verdaderos mazazos como «Testigo», «Hell in Me» o el cierre explosivo con «Identidad forzada».

Krisiun y el death metal latino

En una movida de último momento, los brasileños Krisiun se suman a esta estruendosa velada nada más que el día anterior, trayendo la cuota de death metal de corte clásico de alto octanaje. Si bien una movida arriesgada a la hora de considerar la respuesta del público, el recibimiento del trío fue de lo más cálida –además de bastante numerosa también–, manteniendo los circle pits en movimiento constantemente en la medida que dejaban caer bombazos de temas como «Swords Into Flesh», «Combustion Inferno» y «Necronomical».

Por lo demás, la agrupación entabló un diálogo entrañable que apostaba por la hermandad mancomunada entre los presentes. Dos grandes países de Latinoamérica, así como al mismo tiempo dos grandes productores de metal extremo en este lado del mundo, lo que terminó por prender la llama aún más con una versión abrasiva de «Ace of Spades» de Motörhead, y la metrallada de éxitos como «Blood of Lions», «Serpent Messiah» y «Apocalyptic Victory»

No apto para sensibles: Carnifex

Con una Sala Metrónomo repleta y ansiosa, el mazazo inicial de Carnifex con «Dark Days» engendró lo inevitable; un caos vertiginoso que no dejó metro cuadrado sin metalheads enloquecidos por el deathcore de los californianos. La espera de 18 años terminó, y sólo quedaba disfrutar ante el paso dominante de tracks como «Pray for Peace» e «In Coalesce with Filth and Faith», en un paso fugaz por toda una discografía que devoró a la audiencia entre cortes del presente y el pasado.

Y es que, después de todo, fue el oscuro y enigmático «Necromanteum» el álbum que finalmente les trajo a nuestro país, con su tema homónimo desgarrando músculos por doquier. Así, quedaba patente el hype que inundaba todo el ambiente, y es que cada segundo era aprovechado de una forma particular. Es que, después de casi dos décadas, prácticamente toda su discografía llega en calidad de clásicos, lo que fue visto de forma evidente con un tema como «Hell Chose Me», con un público que dejó sus cuerdas vocales a su suerte gritando cada uno de sus versos.

Sin embargo, y como era de esperarse, la llegada de los favoritos de los fans tendría un impacto de carácter exponencial aún superior a lo ya establecido, con una dupleta del ‘Dead In My Arms’ (2007) con «Lie To My Face» y «Collaborating Like Killers», dejando una reacción química instantánea que explotaba una y otra vez, gritando al unísono what the fuck?!, o con la agresiva danza de los slammers que no perdonaba a nadie. Mismo caso para otro fan-favourite, ‘Die Without Hope’ (2014) con su pieza homónima y «Hatred and Slaughter».

Tras el vendaval de «Slit Wrist Savior», la hecatombe de Carnifex no dejó nada en blanco ni sin cumplir. Todo el mundo sabía lo que iba a suceder, aún si es que nunca habían pasado por estos lados. Son como un desastre natural, y es que si existe la certeza de que pasarán por cierto lugar, hay una certeza del 100% que quedará todo devastado. La única diferencia es de aquellos que tenemos que decidir si burlarla o aceptarla, y bueno, el público chileno se dejó tragar por las fauces de los californianos.


Revisa la galería de fotos completa a continuación:

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

También puede gustarte...