Escrito por Felipe León
Fotos por Tania Morello
Desde que se anunció un regreso esporádico a los escenarios de Dënver, los ánimos no hicieron más que caldearse. Tanto así que Teatro Coliseo lucía a toda su capacidad minutos previos al arribo del dúo, evidenciando la gran expectación que existía por verles.
Recordemos que el proyecto cesó sus actividades en el año 2018, siendo sus apariciones en conjunto algo muy limitadas. Claro, Mariana Montenegro y Milton Mahan poseen sus respectivos y atractivos proyectos solistas, donde se les puede escuchar y todo, pero ¿Dënver? Bueno, nunca pierdan las esperanzas. Aunque sea solo para una ocasión especial.
En ese sentido, la décima conmemoración de su tercer disco Fuera de Campo (2013) (con versión física incluida) fue la excusa perfecta para tener al dúo nuevamente en actividad. Y sí, fue solo un concierto pero ¡qué concierto!
Una significativa reunión
Como dos luceros brillantes en medio de la noche, Milton y Mariana salieron a las 20 horas en punto para desplegar el concierto de sus vidas. Esta percepción puede variar dependiendo de las personas, pero es algo invariable el hecho que ambos artistas entregaron todo de sí, para darle un mayor sentido a esta corta pero significativa reunión.
Junto a un gran equipo de músicos, Dënver desplegó una profesionalidad nata, sumado a un constante «dejarse llevar» por las emociones que dictaban los momentos. Por ende, no era extraño ver a Mariana caminando sobre el escenario, haciendo poses y coreografías, saltando o simplemente bailando al son de la música. Por su parte, Milton se mostró efusivo, conectado tanto con la interpretación como con el público, yendo en varias oportunidades a rescatar un poco de aliento de la fanaticada apostada en la reja.
Esto es importantísimo, pues tanto el dúo como el público manifestaron de forma escandalosa las ganas de volver a sentir estas canciones. De vivirlas, dejarlas respirar, generar recuerdos nuevos con estas o viajar al pasado en busca de tesoros de la memoria. Los que sí o sí están musicalizados por Dënver.
La profundidad de campo de Dënver
En cierta medida, discos como Fuera de Campo (2013) marcaron a diversas generaciones por su contenido romántico y sonido discotequero. En su momento, esa suma ayudó a expandir los alcances de su indie pop y 10 años después tal decisión parece haber sido la correcta.
Evidencia de aquello fue el gran recibimiento que tuvieron canciones como «Las fuerzas», «Profundidad de campo» y «Torneo local», encargadas de abrir el show de forma mágica y colorida. Pero una cosa es el recibimiento de clásicos y otra muy distinta es hablar de lo bien que funcionan estos temas hoy en día, tanto por las líricas que ofrece Dënver como por la movida propuesta en sí.
La articulación de Fuera de Campo es en cierto modo curiosa, sin escapar de la matriz principal que exponía el dúo en esos años acerca del encanto del invierno. Porque las cualidades de himno se tiñen de variadas tonalidades invernales, abrazando al mismo tiempo la herencia de la indietronica en «El Árbol Magnético Ataca por Sorpresa», lo etéreo en «Medio mal» , la melancolía en «Medio Loca (Hasta el Bikini me Estorba)» o los aspectos de cámara en la ya mencionada «Profundidad de campo».
En medio de una fiesta por la memoria con Dënver
Dënver celebró con todo los 10 años de Fuera de Campo pero no de una manera tradicional, ya que lejos de concentrar fuerzas únicamente en este trabajo, aprovecharon la instancia para recorrer los distintos hitos que conforman su carrera. Por lo mismo, la odisea sonora expuesta por el dúo atrajo numerosas muestras de su obra Música, gramática, gimnasia (2010), dando entender de la importancia histórica sobre este lanzamiento que reside hasta la fecha.
Bajo esta premisa, Mariana y Milton recorrieron rincones punzantes y memorables en «Olas gigantes», lo triunfante en la gigantesca «Lo que quieras», el aura tweepop de «Diane Keaton» o la vitalidad con «En medio de una fiesta». Esta última sería repetida casi al final debido al deseo de grabar un videoclip para esta canción por parte del dúo. O sea, premio doble.
Pero lejos de quedarse atascados en este celebrado trabajo, trajeron al escenario un recuerdo muy antiguo, de su primer álbum Totoral (2008), con el evocador testimonio de ruptura con «Miedo a toparme contigo».
¡Que vuelvan!
Por último, las cinco canciones escogidas de su último LP Sangre cita (2015) tomaron alto protagonismo dentro de la dinámica general del concierto, debido a los terrenos dance que canciones como «Los Vampiros» «Mai lov» y «En el fondo del barro» expusieron.
Una sacudida nocturna que se vería consumada ya para el final por la mencionada «Vampiros», o la inigualable «Los adolescentes». Así como la repetición de «En medio de una fiesta», y otro de sus éxitos más grandes: «Revista de gimnasia». Un cierre a la altura del legado de Dënver.
Porque muchos fueron los momentos que dejó este regreso fugaz pero necesario, incluso desde la gente que gritaba en reiteradas ocasiones «Que vuelvan». Y sí, este show puede ser un empujoncito para retornar pero nadie sabe. Pero una cosa es cierta.
En un momento preguntaron quienes veían por primera vez a Dënver y por lo menos mucha gente ubicada en cancha levantó la mano, dejando a entrever el interés que existe aún por su música. Todo plenamente satisfecho en una noche perfecta.
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