Escrito por Bryan Sepúlveda
Fotos por Juan Manuel Hernández
‘El mundo no se hizo en dos días’ (2022) es el nombre del disco con que Pedro Aznar se presenta por 3 noches en el Teatro Oriente, esto acompañado además de la virtuosidad instrumental que lo caracteriza, y los éxitos que ha consagrado a lo largo de su carrera musical.
La asistencia a un espectáculo de Aznar no solo conlleva el implacable apartado musical, sino que es una experiencia íntima, siendo posible apreciar mensajes personales que el artista quiere transmitir al público expectante. Si bien Argentina se encuentra rodeado de artistas de renombre, el sello que impregna Aznar a su música lo instala en el jet set de músicos y compositores con un elevado número de herramientas para la expresión de su arte.
En cuanto a la música, hizo un claro recorrido por su último trabajo, sus himnos ya habituales, y entregando sorpresas poco habituales en su sonido, como es el caso de la canción de su última producción ‘’no voy a cantarle a tu culo’’ experimentando con sonidos urbanos, reggaetón, y esto obviamente acompañado de movimientos sensuales, que permite expresar de mejor forma este tipo de sonidos poco habituales en el artista. El público aumenta la expectación del momento en esta parte del concierto, dejándose llevar por los movimientos de Aznar, y también ante la apertura de cruzar nuevas líneas musicales.
El show estuvo plagado de sorpresas, donde tuvo tiempo de emitir un discurso crítico en torno a la explotación de los recursos naturales, la concentración del poder y la pobreza que esto genera, el rol de los medios de comunicación y como se usan para moldear un imaginario social. Aznar utiliza la poesía como arma de lucha, apelando a que la toma de conciencia podrá generar los cambios necesarios para un mundo con mayor justicia en las distintas áreas que se desenvuelve y habita el ser humano.
La locación del concierto fue en el espectacular Teatro Oriente, lugar que desde el año 2021 fue nombrado patrimonio nacional por la historia que carga desde su apertura en la década del 1930, por lo cual la elección de realizar los conciertos en este lugar suman un valor agregado al espectáculo, tanto a nivel histórico, arquitectura, comodidad y acondicionamiento para la puesta en marcha de espectáculos musicales y artísticos de todo tipo.
Se sabe que el público chileno tiene una gran simpatía y admiración por el arte que producen los argentinos. Las bandas y artistas del otro lado de la cordillera suelen sentir el cariño de Chile, y el día de ayer en el concierto de Pedro Aznar quedó demostrado, una vez más, esta idea. El respeto y admiración era palpable en el ambiente. Si bien podemos tener legítimas diferencias con el resto de los países del cono sur de América, la música es un punto en común y de encuentro que merece la pena potenciar a fin de poder unificar y mejorar nuestra calidad de vida, al menos esta es la enseñanza que trata de instalar Pedro Anzar con su puesta en escena, o al menos es la enseñanza que en particular me entregó a mi.
Por lo demás, siempre es sumamente valorable apreciar un set de alta calidad en el que aparecen canciones como «Rencor», «Un simple abrazo», «Última pieza», «A cada hombre, cada mujer», entre tantos otros que hicieron vibrar a cada asistente del Teatro Oriente, en una exitosa primera noche de conciertos en nuestro país.
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