Por Franco Ascui
Mientras las concurridas calles del centro de Santiago se veían vacías a las siete de la tarde en pleno fin de semana largo, en el Salón del Mambo llegaban los primeros fanáticos de Da Skate a esperar la apertura de puertas. La gente se iba colocando en una improvisada fila hasta que, repentinamente, se abre la puerta de entrada y sale toda la banda argentina del local rumbo a comprar café y cerveza. Los saludos se multiplican y los músicos acceden a sacarse fotos mientras se ponen al día con algunas caras conocidas.
Entremedio de los saludos, le toco el hombro a Leandro Flores, vocalista de la banda, para saber si estaría interesado en tener una entrevista con nosotros antes del show. Lea no tuvo reparos, y después de la acreditación nos invitó al backstage para conversar sobre Nefertiti, sexto álbum de Da Skate, sobre la vida moderna en Latinoamérica y sobre la evolución de la banda.
A una semana de la última visita de Da Skate, recordamos la conversación que tuvo Leandro Flores con el Expectador en el detrás de escena del Salón del Mambo.
Bueno, primero que nada, muchas gracias por estar conversando con nosotros. La primera pregunta es ¿cómo fue el proceso de Nefertiti? Porque si bien ustedes salieron de gira extensivamente después de la pandemia, ¿cómo llegó el momento para empezar a hacer este material?
Bien, eh, Creo que Nefertiti fue un proceso lento, muy, muy, muy tranquilo y arrancó apenas inició la pandemia. Ya tenía uno o dos temas y bueno, en pandemia sumé 17 demos que quedaron por supuesto en mi computadora y luego de la pandemia me parece que fue justo cuando terminó. Tomamos la decisión de darle forma a Nefertiti, que sea un disco y demás. Después de esos demos los llevamos un poco a la sala, pero muy poquito. Básicamente lo laburamos mucho a distancia, ¿viste? Hasta que buscamos un estudio de Argentina, de Buenos Aires, mítico, que digamos, es un estudio pro para decirlo ¿no? Y pudimos hacer el trackeo de algunos instrumentos ahí, grabamos algunos instrumentos en nuestros estudios y algunas en mi casa y de ahí como que fuimos dándole forma a Nefertiti por lo menos y viajó a Chicago. Lo mezclaron y lo masterizaron con Dan Precision y ahí volvió a Argentina. Así que yo diría que fue como un proyecto de año, año y medio largo.
¿Y de dónde sale la conceptualización de este disco? Porque en los últimos tres, sobre todo en Stalingrado y después con La teoría de los septenios, siempre han tenido recursos literarios que han sido distintos y representativos de cada disco. ¿De dónde viene este?
Mirá, yo creo que lo primero y principal es que como yo compongo las letras, muchas veces tienen un interés propio de quien escribe. En este caso la civilización egipcia. Entonces empecé a meterme en diversos lados, economía, política, cómo son sus sociedades, cómo estaban compuestas, qué es lo que hacían. Bueno, ahí me gustó la idea y empecé a encontrar algunas similitudes y, básicamente, el poder de la mujer en aquel entonces solo estaba representado con poder, como la del Faraón. Y en estos tiempos volvimos un poco a tener a la mujer, como en ese, en ese empuje, ¿no? Me parece que hay ciertas similitudes como para nombrarte una. Después me parece que estamos en procesos de necesidad de empezar a mirar hacia el cielo. Los egipcios miraban hacia el cielo y explicaban todo lo que pasaba con las estrellas. Quizás, no sé si necesitamos mirar justo al cielo en este momento, pero deberíamos enfocar algo para explicar un montón de cosas, porque me parece que hay muchas teorías, todas juntas, todas desordenadas, que nos dan una idea concreta. Así que son dos similitudes que veo.
Últimamente me he fijado que han sacado vídeos como cápsulas en YouTube de cada track de este último disco. ¿De dónde salió esa idea y cuáles son los frutos que ha sentido que ha tenido esa interacción con su público?
Bien, bueno, que bueno que lo hayan visto jaja. Era un poco mi duda, a ver si la gente le gustaba. Nació porque, no sé si lo vi en una banda que lo hizo (…) no track por track. Yo le sumé esto de track por track para hacer todo el disco, porque me parece que vale la pena verlo en conjunto. Yo como que me puse en un momento del otro lado. “¿Qué me gustaría saber si tuviese la chance de entrar al estudio y desarmar las pistas del estudio?” Y bueno, fui tomando como cosillas de cada de cada canción y las fui mostrando, sea de concepto o sea de producción, porque a veces hay cuestiones de producción que en el resultado final no se ven y son momentos de discusión, de momentos de creatividad que nacen frente a la consola. Así que bueno, fue un poco por eso, para mostrar un poquito más.
En el track número 14 mencionaste que era como uno de los primeros o el primero en que tenía un fade out al final de la canción.
Sí.
Una referencia tirada del Recipe For Hate de Bad Religion. Entonces me gustaría entender cuál es la importancia que tiene esa escena en la cual uno toca punk y es melódico. Es duro, pero al mismo tiempo es bastante reflexivo, como en lo que uno piensa. ¿Cuál es la influencia que tiene Bad Religion dentro de tu vida y dentro de tu banda?
Mira, eh, claramente para todos los que hacemos esta música Bad Religion es como el papá, ¿no? Así y todo, no siento que sea la única, digamos, corriente musical que marca. Yo me siento muy identificado por Pennywise, creo que está entre Bad Religion, Pennywise, Strike Anywhere, Rise Against, Good Riddance. Me parece que Offspring está sonando justo. Me parece que esas bases hacen Da Skate. Pero Bad Religion claramente podríamos catalogarlo como los papás de esto, de hacer algo melódico pero con fuerza, de melódico con un mensaje. Eso me interesa mucho.
Con respecto a los videos de YouTube que subieron mostrando track por track, me fijé que muchas ideas de las canciones venían a partir del bajo. ¿Por qué es tan importante? ¿Sientes que juega un rol importante marcando el ritmo de las canciones?
Bueno, buena pregunta. Muchos colegas arrancan al revés, arrancan con una melodía, arrancan con una letra y después construyen lo demás. En Nefertiti me procuré volver a las raíces, agarrar el bajo y pensar que si yo fuera Pennywise, ¿que haría?, si fuera The Offspring, ¿qué haría? Y en ese juego de buscar bases y demás es que el bajo fue el motor de todo, porque yo la verdad que guitarrista no soy. Grabo guitarras, toco alguna cosita, pero no nacen los arreglos de ahí. Me parece que después Dan Precision también lo nota porque tiene una preponderancia en el sonido del bajo en Nefertiti.
¿Cuál es tu canción favorita del disco?
Uf, a ver, me gusta mucho de Newark Para Malcolm, el track número dos, me gusta mucho Tienen Miedo, Campo de Juncos, la número 14 me gusta mucho también, Tierra negra… Me parece que tengo cuatro o cinco muy, muy parejitos ahí. Creo que es un disco, digamos, a mi criterio es el mejor de Da Skate. Pero bueno, esos son gustos, pero yo creo que es el mejor.
¿Cuánto tiempo te había tomado escribir todas las canciones?
Yo creo que demoré un año. Es más, las letras no las terminé completas por canción. Quizás escribía como una estrofa en una, una estrofa en otra. En otras versiones había más rabia. La Campiña era una canción mucho más agresiva, en la letra decía cosas mucho más agresivas y provocadoras. Charlando con Marcos, que ahora está en Irlanda, el Tano, me dice “me parece que la canción es más emotiva que agresiva.” Y bueno, después lo pensé y grabé una segunda versión y ahí dejamos las dos versiones, empezamos escuchando y votamos, y bueno, la banda votó por la más melódica.
¿Cómo te sientes tú como persona dentro de Latinoamérica? ¿Con todo lo que está ocurriendo no solamente en Argentina, sino que en Perú, en Chile, en Bolivia, siendo padre, siendo músico, cuál es la perspectiva que tienes dentro de tu forma de ver la vida moderna en Latinoamérica?
En mi opinión yo noto que son momentos bastante oscuros, de pocos valores, donde la palabra, donde la comunicación parecieran ser como cuestiones livianas, importa el éxito. ¿Qué tan famoso soy, cuánto me gustas tengo, cuántas reproducciones, el sold out, llevándolo a la música, ¿no? ¿Qué exitoso soy en la profesión? ¿Cuántos autos me compro con mi familia? ¿Qué casa grande tengo? Yo creo que deberían venir tiempos en donde haya un poco más de luz, más colores, más en el sentido de decir, bueno, cada cual tiene su historia, su vida, tienen objetivos diferentes. Entre las personas somos distintas, tenemos culturas diferentes, tenemos colores diferentes en la cara, pensamos diferente, políticamente somos totalmente diferentes unos de otros. Me parece que el mundo está medio enloqueciendo. Así que yo veo eso, más que nada en Latinoamérica. En Europa también están locos. Pero Latinoamérica es como que es todo como… es como más, más intensidad. Pasamos de un extremo al otro todo el tiempo. Mucha calma, lío. Mucha calma, lío. No podemos estar en algo más previsible, un camino donde veamos un par de objetivos.
¿De dónde sacan la motivación, la ética de trabajo? Hace harto tiempo que llevan juntos y más encima esta formación lleva también bastante tiempo tocando en vivo. ¿Cómo se sienten ustedes como grupo y como función dentro de la familia hardcore punk latinoamericana?
Mira, nosotros estamos muy felices de lo que logramos, de lo que sale con Da Skate, lo de viajar, de tocar. Nos sentimos parte, por supuesto. Creemos que nuestro aporte viene del lado del mensaje, un poco con lo que te decía recién, de un mensaje un poco más amable, pero por ser amable no es que no pueda ser agresivo, porque yo escribo canciones agresivas. Son interpelantes en el sentido de, digamos, las cosas oscuras no las necesito. Yo necesito mirar otro lado un poco más brilloso, pero, para pasar de este lado a este lado vos tenés que interpelar, tenés que direccionar el mensaje. A veces ese mensaje es amable, y a veces no, porque en una discusión en cualquier lado siempre los tonos varían. Entonces me parece que los tonos de mis canciones también son a veces muy amables, a veces muy agresivos, pero siempre van en dirección de un lugar que es que yo voto estar de aquel lado, del lado de lo brillante, no de lo oscuro.
¿Cómo sientes que esta última trilogía de discos, Diecisiete, La teoría de los septenios y Nefertiti? ¿Cómo sientes que ha sido la evolución de la banda y qué es lo que ustedes apuntan para el futuro?
Yo siento que desde Stalingrado… podemos partirlo en dos quizás, hasta ese disco y de ese disco para adelante. Son dos etapas de Da Skate, una más agresiva, una más melódica. Hasta ese disco frecuentamos más la escena hardcore en Argentina y estábamos más nutridos de nuestros amigos más hardcore. Después, con el tiempo fuimos teniendo nuestro propio camino y quizás eso hardcore se fue diluyendo y se fue mezclando. La agresividad en el sonido, en el grito, quizás se transformó en otra cosa.
Ahora tienes multipistas llenas de diferentes melodías que antes no existían. De hecho, en este disco en particular, tanto en guitarras como en voces.
Exactamente. Justo iba a eso de esta nueva etapa que tiene que ver con el crecimiento. ¿Qué edad tenés?
Tengo 23.
Bueno, hablemos a los 33 y después hablemos a los 43. ¿Trato hecho?
Trato hecho.
Bueno, y cuando hablemos a los 33, me vas a decir que cuando escucho la entrevista que le hice a Leandro a los 23 le hubiese preguntado otra cosa o hubiese dicho tal cosa. Y cuando hablás a los 43 vas a decir definitivamente que la entrevista que le hice a Leandro no la hubiese hecho. Entonces todos, todos aprendemos, todos caminamos, caminamos, caminamos, caminamos. Ahora, lo que sí yo no tolero es que vos a los 43 hagas peores entrevistas ¿eh? Vas a hacer mejores entrevistas. ¿Por qué? Porque vas a ser más sabio en lo que haces. Bueno, Da Skate ahora también es más sabio.