Escrito por Felipe León
Fotos por Andie Borie
Más allá de que el término Rave englobe por lo general, fiestas clandestinas y escondidas de música electrónica, el show que dio Alice Glass la noche del viernes 3 de noviembre entra perfectamente en la esencia de estas. Instantes ácidos, oscuros y caóticos de liberación donde aflora la diversidad, y que a la vez sirven como puente para conectar y generar una comunidad entre la música y el público.
Un sitio para entregarse a la locura y los estímulos que un acto como Alice Glass puede entregar. En ese sentido, la fecha vivida ayer en el Teatro Coliseo aplica de manera idónea para este calificativo.
Los 2 actos apertura a la Rave
Dos fueron los actos de apertura que se congregaron previo al show de la canadiense.
Por un lado, el dúo de Valparaíso Diavol Strâin, compuesto por Lau M y Ginger Blue, congregó un aura ominosa al son de un rock gótico en su estado más infernal, siendo el tratamiento atmosférico, y una enérgica interpretación, parte de los atributos más destacables del proyecto. Esa constancia propia del deathrock, emerge como un distintivo dentro de los sonidos locales nacidos del post-punk, lo que fue bien recibido por el público. Canciones como «Todo el caos habita aquí» fueron parte de su presentación.
Por otro lado, MangoHell canalizó el lado duro, hipnótico e intenso de la electrónica, en un set de casi 40 minutos que propició aún más el ambiente previo a la presentación de Alice Glass. Dicho esto, la Dj acompañaría a la cantante en su debut solista en Chile.
Alice Glass y su legado en las Raves
Si hay algo que destacar a primera vista de su presentación, es el hecho que Alice Glass todavía preserva esa energía e intensidad de antaño. El mantener arriba los ánimos en todo momento, ya sea en los más ruidosos como en los bailables e incluso en los minimalistas, es una característica nata de su faceta artística. Así lo dicta el listado de canciones que ha recolectado, por lo menos, de mediados de la década de los 2000.
Ese carácter directo y desenfrenado de Rave que encarna, se ve fortalecido por una experiencia que le permitió guiar el camino en distintas direcciones, de forma equilibrada, sin perder el enfoque impredecible que logra a través de su desenfrenada interpretación. Aquello constituye parte importante de la experiencia que traduce la artista en vivo, donde los focos están puestos en su carrera solista.
Pues, si bien ya vino algunas veces antes con su anterior banda, pasó bastante tiempo. En ese sentido, Alice Glass aprovechó de ponernos al día de lo cosechado con sus logros solistas, bajo un contexto de constante bombardeo de hitazos para la pista de baile.
Alice Glass y sus logros en las Raves
Una pista de baile enfocada de lleno en su primer larga duración, dejando grandes momentos musicalizados en «Baby Teeth», «LOVE IS VIOLENCE«, «Suffer and Swallow» o «FAIR GAME». Del mismo modo, el notable juego de luces presentado en el show fue también protagonista del concierto, para así lograr una experiencia aún más potente.
Pero su repaso solista ahondo en profundidades de todo tipo, unas más cercanas a lo glitch e industrial con «White Lies», o la tremenda «Forgiveness». Sin olvidar aquellos sencillos que colorean su discografía como «CEASE AND DESIST», o la reciente «Not Enough» junto a Rezz. Lógicas de un electropop que abraza ciertas escuelas subterráneas que proliferan en estos entornos, por lo menos, desde los años noventa.
Porque Alice Glass es una emblemática embajadora de las Rave, sosteniendo su mística sin perder un ápice de su integridad. Lo logra con temas notorios de su repetorio solista, coronada a estas alturas con tesoros como «Without Love». Aunque tampoco reniega de lo hecho con Crystal Castles, sonando «Celestica» de su aclamado II (2010) o «Love and Caring» y «Alice Practice» del recordado debut de 2008.
Más fotos a continuación:
